El segundo II Encuentro estatal Stop Ganadería Industrial se celebrará en Minglanilla, en Cuenca, los próximos días 26 y 27 de mayo. La elección de la región no es una decisión fortuita. Así lo explica la secretaria de la Plataforma Loporzano Sin Ganadería Intensiva, Rosa Díez, el movimiento ciudadano más antiguo fuera de Cataluña que nace como movimiento vecinal. “Salimos hace unos dos años y medio, cuando no se hablaba de este tema fuer de territorio catalán y no había ni interés ni difusión”.
El recorrido de esta plataforma fue, primero, en solitario. Sin embargo, de a poco han ido surgiendo cada vez más Plataforma a lo largo de España y llegó el momento de sumar fuerzas. “Nos teníamos que poner todos en contacto”, explica Rosa. Así fue como nació el primer Encuentro, de la mano de Loporzano, Amigos de la Tierra y Food and Water Europe. “Empezamos a formar la coordinadora estatal, cuando vimos que iba a más, sobre todo en cuanto a la relación de los medios”, afirma.
En el verano de 2017 se vivió una “auténtica explosión” de las Plataformas. “Cambió totalmente la situación: nace Pueblos Vivos Cuenca, Yecla en Murcia con movilizaciones enormes en contra de los proyectos de El Pozo, se empezó a mover todo”, explica Rosa. El primer encuentro fue un “exitazo” con más de cien personas que fueron hasta Huesca. Sin embargo, para la segunda edición esperan que los asistentes sean muchos más. Y es que el engranaje del movimiento ciudadano en contra de las macrogranjas ha sido “muy rápido”. “Se inicia la Plataforma regional en Castilla-La Mancha, luego en Castilla y León, y también en Andalucía. Mes a mes la cosa ha avanzado muchísimo”.
Este encuentro funciona como una manera de dar continuidad a este trabajo que se está llevando a cabo en toda España. “Tenemos mucho trabajo por delante y se decidió que iba a ser en Cuenca, dado que era donde más plataformas hay en Castilla-La Mancha. Es un reconocimiento a la explosión tremenda que ha ocurrido”, asegura Rosa Díez.
Principalmente, se trata de dar forma definitiva a la coordinadora estatal, para luchar contra un modelo industrial con “unas empresas que controlan todo el proceso”. “Desde el pienso, hasta la venta directa”, asegura. Y es que consideran que este modelo “castiga duramente” a las zonas despobladas, con población envejecida. “Principalmente, se trata de defender nuestro territorio. Somos vecinos y vecinas que lo vemos como una amenaza a nuestra calidad de vida”. Así, descartan el argumento de la creación de empleo que ofrecen este tipo de proyectos.
“Crean poco empleo y el que ses crea es muy precario y conflictivo. Es un modelo que no quieren en Europa, y mientras tanto, lo acogemos en España con brazos abiertos. Los Gobiernos están subvencionando y fomentando muchos de los proyectos que tienen numerosas irregularidades en temas de agua o gestión de purines”, recalca Rosa. Además, aseguran, los vecinos se ven “indefensos” ante los proyectos.