La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Castilla-La Mancha llora la pérdida del cineasta albaceteño José Luis Cuerda

Las reacciones no se han hecho esperar tras la noticia del fallecimiento del director, guionista y productor José Luis Cuerda. Desde las administraciones, el deporte y la cultura han despedido en redes sociales a uno de los personajes más ilustres de la ciudad de Albacete y de Castilla-La Mancha. Su legado, ahora y siempre, no serán solo sus películas sino también la impronta que ha dejado en los pueblos de la Sierra del Segura (Albacete) donde rodó la mítica 'Amanece, que no es poco'.

Desde que Jimmy (Luis Ciges) y su hijo Tedoro (Antonio Resines) llegan con su sidecar a un pueblo sin nombre de la geografía española en esta película, toda la historia de la película de José Luis Cuerda se desarrolla en un mismo sitio. Al menos en la ficción.

En la vida real, este filme fue rodado en tres pueblos de la Sierra del Segura, en la provincia de Albacete, esas montañas en las que amanece por donde no debe y en las que José Sazatornil pronunció la frase que da fin a la película: “¡Me cago en el misterio!”.

30 años de rutas

Muchos fans de esta mítica película llevan más de 30 años visitando estos escenarios, antes incluso de que la Junta de Castilla-La Mancha inaugurara hace 10 años la ruta temática oficial. Ayna, Liétor y Molinicos sufrieron una auténtica revolución en el verano de 1988 cuando el cineasta albaceteño y todo su equipo cinematográfico comenzaron a desplegar cámaras, escenarios y atrezzo para el rodaje de la película más surrealista de la historia del cine español.

Más tres décadas después, las localizaciones de muchas de sus escenas se encuentran señalizadas en cada uno de los pueblos mediante paneles informativos. La ruta se completa con conjuntos esculturales y un centro de interpretación en la antigua Ermita de los Remedios de Ayna.

Siguiendo las indicaciones, todos los fans de Cuerda y de la película pueden recrear cada escena como si el tiempo no hubiera pasado. Esto ha hecho que el turismo se haya reactivado en una zona despoblada que ha convertido el cine del cineasta fallecido en su mejor arma para luchar contra el olvido.