Castilla-La Mancha inicia un expediente sancionador a las polémicas becerradas de Valmojado
El pasado verano, el Partido Animalista-PACMA denunció en un vídeo las becerradas celebradas en la localidad toledana de Valmojado. El partido documentó los hechos, al igual que había hecho con otros eventos, y aseguró que se trataba de eventos de “extrema” crueldad y dolor para los animales. “Estamos tristemente acostumbrados a ver escenas de crueldad hacia los animales”, lamentaba el partido.
La Asociación Nacional para la Protección y Bienestar de los Animales denunció entonces los eventos por una presunta vulneración de la normativa taurina que rige en Castilla-La Mancha. Por ejemplo, señalaban que en el artículo 80 de Reglamento de Espectáculo Taurino regional, regido por el Real Decreto 145/1996 prohíbe “apuntillar antes de que caiga”.
En los vídeos de PACMA, asegura la ANPBA, se muestra a los aficionados que tomaron parte en las becerradas sujetando al animal por las orejas y lo apuntillaron mientras el animal seguía en pie. Por otro lado, explican que otro becerro todavía parpadeaba después de haberle cortado las orejas. Esto es una “señal indicativa” de que el animal seguía “vivo, consciente y sintiendo el dolor de la amputación” pero que no podía mostrarlo debido a la tetraplejia ocasionada por haber sido clavado con un puñal de apuntillar.
Entre las otras “barbaridades” denunciadas por la Asociación, se encuentran las estocadas a “jovencísimos” animales que dejaba ver medio estoque por el costillar de las víctimas o el degüello de un becerro que vomitó “grandes bocanadas de sangre”, también conocida como hemoptosis. Sin embargo, la asociación lamenta que en el oficio de la Junta no se detalle contra quienes se ha incoado el expediente.
El Ayuntamiento acusó a PACMA de “manipulación
Tras las distintas denuncias de los colectivos animalistas, el Ayuntamiento de Valmojado, gobernado por el PP, quiso mostrar su “rechazo absoluto” hacia cualquier tipo de maltrato animal pero señalando, a la vez, que las becerradas locales son una tradición “seria”. Por tanto, explicaban, se rigen por normas y un reglamento, así como están dirigidos por un profesional como director de lidia y supervisados también por una autoridad gubernativa y el servicio veterinario.
El consistorio también recalcó que contaban con la “aprobación expresa” de la Junta de Comunidades para todos los festejos taurinos. Sin embargo, el Ayuntamiento aseguró que se habían utilizado “insultos, amenazas y vejaciones” por los colectivos hacia los vecinos de la localidad “manchando el buen nombre” del pueblo y sus tradiciones. Por eso, los servicios jurídicos anunciaron que estudiaron los hechos para buscar un posible indicio de delito y evitar una campaña de “acoso, difamación y persecución” que, aseguraron, sufrieron los vecinos.