El último Observatorio de las Personas Mayores elaborado desde la Federación de Pensionistas y Jubilados de Comisiones Obreras en colaboración con la Fundación 1º de Mayo reafirma la necesidad de “potenciar” los servicios públicos, con especial énfasis en sanidad y atención a la dependencia. Este “exhaustivo” informe analiza los principales indicadores en materias que afectan directamente a las condiciones de vida, salud y recursos de las personas mayores.
En el caso de Castilla-La Mancha, desde el sindicato destacan indicadores como el del descenso de la esperanza de vida, motivado por las sobremortalidad que ha dejado la crisis sanitaria del coronavirus. Según estos datos, la esperanza de vida ha caído en 2,5 años en el caso de ellos y en dos años en el caso de ellas. Por otro lado, recalcan que otras cifras muestran un “notorio desequilibrio” en regiones respecto a las camas hospitalarias, por ejemplo, mientras en Cataluña, Aragón y Castilla y León se superan las 3,5 camas por cada 1.000 habitantes, en Castilla-La Mancha la media es de 2,34 por cada 1.000. También se recogen datos sobre el personal sanitario en atención primaria, atención especializada y geriatría.
“El repaso a la situación que queda tras la pandemia nos refuerza en que es preciso que las administraciones mejoren la atención a las personas mayores, más cuando la población está cada vez más envejecida; aunque se han dado pasos positivos, como la reforma del sistema de pensiones, vemos con mucha preocupación la incidencia de la subida de precios de los alimentos o la energía, que afecta en particular a muchos hogares con personas mayores”, ha señalado el secretario general de la Federación de Pensionistas y Jubilados en Castilla-La Mancha, Juan Antonio Navalón.
El informe alude en efecto a la mejora de las pensiones que se pagan cada mes con el acuerdo alcanzado por el Gobierno y sindicatos: “Aquí en Castilla-La Mancha lo hemos visto ya este año, con una pensión media por encima de los 1.000 euros; que nadie olvide que hace poco, en 2018, el importe medio era de menos de 858 euros”, ha destacado el responsable de la Federación de Pensionistas y Jubilados.
Juan Antonio Navalón ha señalado a la vez otros indicadores que recoge el informe que evidencian que la atención a los mayores es mejorable: “Lo vivido en la pandemia ha dejado fuera de duda que necesitamos más plazas públicas en residencias, también que debe haber un control administrativo mayor en los centros de mayores privados, y hay que mejorar las plantillas y la calidad en la atención; siempre decimos que estos centros deben adaptarse a las necesidades de las personas usuarias, no al revés”.
Del mismo modo, CCOO, a tenor del informe, reclama que los poderes públicos actúen “para que las personas mayores reciban mayor atención domiciliaria y se refuercen los centros de atención diurnos y nocturnos”, al tiempo que se subraya “el grandísimo esfuerzo que han demostrado en la pandemia las personas trabajadoras de residencias, trabajando muchas veces en condiciones precarias”.