Más de un centenar de activistas antitaurinos piden el fin de las corridas de toros en Ciudad Real

Entre 100 y 150 activistas acudieron a la concentración convocada en Ciudad Real frente a la Plaza de Toros de la capital, coincidiendo con la celebración de la Feria Taurina de la ciudad. Seis activistas animalistas participaron en una performance en la que simbolizaban los animales que serían “asesinados” en el recinto. “Este fin de semana matan 18 toros, seis por día, y creemos que esto tiene que acabar”, reclamab desde Conciencia Animal Tres Patas.

El evento fue convocado por los colectivos Santuario La frontera, Conciencia Animal Tres Patas, Gatómicas, Animalcazar, Calatrava en Acción, Asociación Miguelturra Animalista, Arañazos, Aspa Galeca, La Bienvenida, Plataforma NAC y Colectivo antitaurino de Aranjuez. Desde Consciencia Animal relatan como la concentración tuvo que cambiar su ubicación, para evitar problemas al coincidir con el homenaje taurino al torero ciudarrealeño José Tomás Reina Rincón.

“Hubo varios de ellos que nos insultaron, especialmente en la lectura del manifiesto”, señalan desde Conciencia Animal. Desde el colectivo reclaman que “no es normal” que se haga sufrir a un animal “por diversión”. Recuerdan, también, que la alcaldesa de la localidad, Pilar Zamora, “también es antitaurina y nos apoya como puede”, y por eso han reclamado al resto del Gobierno municipal y al Consistorio que muestren “más preocupación” por los derechos de los animales.

En este sentido, han pedido que se retirasen las subvenciones, al considerar que “no hay razón para poner dinero para matar a un animal y menos cuando se reconoce que reciben mucho dinero al año”. También pedían directamente a Globalcaja que dejase de patrocinar los eventos. “Pedimos que haya un poco de empatía con los animales y, por supuesto, que no le llamen arte”, afirman desde el colectivo.

En el manifiesto leído en la concentración se afirmaba que “no hay justificación” para la celebración de eventos taurinos y que la concentración se realizaba porque “se nos parte el alma cuando vemos cómo los toros echan el corazón por la boca”. Además, rechazaban que se trate de una “maestría” y tampoco “arte”, sino más bien una “carnicería”. “Estamos aquí, porque no queremos verlos morir”, destacaban.