De cómo Cervantes logró dar una voz a las mujeres en su obra

39 mujeres son las que hacen su aparición en 'El Quijote de la Mancha', indiscutiblemente la obra más importante de Miguel de Cervantes. El papel femenino no sólo es importante en cuanto a cantidad, sino también a la calidad de sus intervenciones en el libro, que es lo que celebra y destaca también la profesora Julia Barella, directora de la Escuela de Escritura en la Universidad de Alcalá. Barella habló junto a Fanny Rubio, catedrática de Literatura en la Universidad Complutense y el catedrático de la Universidad de los Lagos, Claudio Ramón Yáñez, acerca del papel de la mujer que tienen una voz en este espacio del mundo cervantino.

Y Barella celebra cómo Cervantes plasmó a la mujer entre sus páginas, en una “polifonía” de voces que tratan temas tan importantes como la educación,el matrimonio, las relaciones y el amor. “Esto es quizás uno de los valores más importantes que nos puede ofrecer el escritor”, explica la profesora. Y es que la gran diferencia, apunta, es que es el único que pone el micrófono en la voz de las mujeres.

“Esto en un siglo en el que prácticamente en un momento en el que a la vez se les trataba de silenciar y de limitar a espacios domésticos”, explica Barella, quien recuerda también que la vida del estuvo fuertemente marcada por un ambiente femenino. “Su mujer, su madre, sus hermanas. Esto a lo mejor le hizo desarrollar una información de calidad del comportamiento de la mujer y se dio cuenta de que era importante”, explica la profesora.

Barella señala que la época en la que Cervantes escribió el Quijote coincidió también con que las mujeres empezaban a tener la posibilidad de tiempo de ocio, lo que también les permitía poder leer o escribir.

Marcela y el arquetipo femenino

“El regalo de Cervantes es que nos permite ver a lo largo de los dos tomos del Quijote aldeanas, duquesas, cortesanas, moras, cautivas, doncellas a prostitutas. Quizás menos monjas, hay de todo”, explica la profesora. Es un regalo, afirma, porque así se puede conocer el papel que tuvieron las mujeres hace tantos años, algo que no se puede encontrar en otros ejemplos de la literatura española.

No es que no haya más ejemplos de mujeres en los libros: la picaresca, de hecho, señala Barella, también cuenta con un abanico de personajes femeninos, mientras que hay más mujeres “maravillosas” como Santa Teresa de Jesús. Pero es sólo en el Quijote, puntualiza, donde se puede encontrar de todo.

La falta de atención al papel de la mujer no es propio solamente de la época Cervantes, sino también de la actual. “No se le ha puesto la atención necesaria a la perspectiva femenina”, asegura la escritora, quien lamenta que muchas veces la mujer queda “desfocalizada” del estudio hispánico.

Barella ha destacado especialmente el personaje de Marcela, al entender que es un arquetipo “muy claro” de Artemisa, la cazadora. “Me gusta estudiar los arquetipos femeninos que vienen desde la época clásica, pero también desde el horoscopo y el tarot. ”Son distintos modos de enfocar a la mujer: la madre, la puta, la santa, distintos tipos“, señala. Marcela, en este sentido, es una mujer poderosa, liberada y virgen que incorpora diversos datos de la mitología grecolatina. Ella dice ”soy libre y hago lo que debo hacer, no me gusta el hombre, yo quiero vivir en la naturaleza con mi gente. Es totalmente novedoso“, concluye.

39 mujeres son las que hacen su aparición en 'El Quijote de la Mancha', indiscutiblemente la obra más importante de Miguel de Cervantes. El papel femenino no sólo es importante en cuanto a cantidad, sino también a la calidad de sus intervenciones en el libro, que es lo que celebra y destaca también la profesora Julia Barella, directora de la Escuela de Escritura en la Universidad de Alcalá. Barella habló junto a Fanny Rubio, catedrática de Literatura en la Universidad Complutense y el catedrático de la Universidad de los Lagos, Claudio Ramón Yáñez, acerca del papel de la mujer que tienen una voz en este espacio del mundo cervantino.

Y Barella celebra cómo Cervantes plasmó a la mujer entre sus páginas, en una “polifonía” de voces que tratan temas tan importantes como la educación,el matrimonio, las relaciones y el amor. “Esto es quizás uno de los valores más importantes que nos puede ofrecer el escritor”, explica la profesora. Y es que la gran diferencia, apunta, es que es el único que pone el micrófono en la voz de las mujeres.