De entre más de 600 proyectos, más de 52 de Castilla-La Mancha, han sido tres los proyectos de institutos de la región que han resultado finalistas de 'Desafío STEM', un concurso interescolar, impulsado por Telefónica Educación Digital, para contribuir a la implantación de una nueva forma de aprender ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, en sus siglas en inglés). Los institutos Brianda de Mendoza de Guadalajara y el IES Los Olmos de Albacete resultaron finalistas en la categoría 'Advance' y el colegio Giovanni Antonio Farina de Azuqueca de Henares en la categoría 'High'.
Los equipos trabajaron durante nueve meses en la creación y desarrollo de los proyectos que podían estar relacionados Internet de las Cosas, Educación Digital, eSalud, Industria Local, ciberseguridad u otros temas similares, y contaban con recursos en dos plataformas de aprendizaje gratuitas y abiertas, ScolarTIC y STEMbyme para los alumnos que han acumulado más de 130.000 horas formativas. Un juzgado formado por profesores y analistas serán los encargados de elegir ganador y finalista de cada una de las categorías.
Contaminación y reciclaje
Los alumnos de Tecnología Industrial del Instituto de Educación Secundaria Brianda de Mendoza, liderados por el profesor Lorenzo Gordo, llevaron a cabo el proyecto 'Meteoshuttle'. Se trata de una cápsula que al ir alojada en un cohete, puede tomar medidas de variantes como la presión, altura, temperatura y humedad. En un principio se trataba de un proyecto que nace de una propuesta del Ayuntamiento de Yebes de cara a la Expoastronómica de la localidad. A pesar del éxito del proyecto, Gordo lamenta que las cosas deben hacerse “con más voluntad que dinero”, y que finalmente la idea salió adelante a pesar de las dificultades para los materiales.
A la hora de presentarlo al 'Desafío Stem', se realizaron ampliaciones en la gama de variantes que se pueden medir en la cápsula para ir acercándolo más hacia el estudio de factores medioambientales. De este modo, se buscan las causas de contaminación como las partículas de suspensión, óxido de carbono gracias a los distintos sensores que se han ido incorporando al módulo. “Cambiando la programación se van registrando las medidas y se van registrando en una tarjeta SD con las que se pueden analizar los datos”, explica Gordo.
“Es un estímulo para los alumnos trabajar sobre algo concreto y real, especialmente cuando ven resultados y que son capaces de hacer ciertas cosas que parecen imposibles”, explica Gordo.
Los alumnos de María Dolores Trigo apostaron por el reciclaje para la construcción de su propia impresora 3D con “coste cero”. En el colegio Giovanni Antonio Farina ya se han proclamado ganadores de este certamen y por eso los chicos ya tenían ganas de volver a participar en el mismo, explica Trigo. “Cuando vimos qué era la impresora 3d pensamos que sería fabuloso para nosotros y por eso nos pusimos a investigar cómo se podría fabricar de manera casera”, explica la profesora.
“Coste cero”
A partir de restos de ordenadores viejos, vídeos y dvds, lograron montar una impresora sólo con basura electrónica. “Ha sido muy interesante no sólo para ver de qué servía la tecnología sino también para ver que todos los campos estaban íntimamente relacionados. Pudimos poner a prueba todas las competencias STEM que se utilizan en la educación hoy en día y se han quedado sorprendidos”, explica la profesora. Si bien reconoce que en este caso el proyecto fue “coste cero”, también afirma que no había “dinero ninguno” para apoyar el proyecto, pero que ha sido “increíble” y muy productivo buscar los materiales sin poder gastar nada. “Han podido aprender una barbaridad”, concluye.
El último proyecto es el del Instituto de Educación Superior Los Olmos, en Albacete. 'Agrotech' es un prototipo para automatizar la gestión de explotaciones ganaderas a través de una placa arduino y un conjunto de sensores que permite rellenar el pienso en los comederos, llenar de agua en los bebederos, controlar la iluminación y la ventilación o avisar en caso de incendio o intrusos y eliminar de residuos, mientras se reflejan los datos en tiempo real a través de internet. El profesor Manuel López, explica que está orientado a la industria local y destaca la elaboración de un software específico que ha sido obra de uno de los alumnos, en un nivel “muy amenazado para su edad”.
“Es la gran diferencia, que con el software se puede controlar las variantes desde cualquier móvil, en cualquier parte del mundo”, afirma López. Los alumnos, recuerda, estaban “muy motivados” y pudieron dedicarle mucho tiempo de la clase de Tecnología Industrial al no ser parte del currículum que se evalúa en la prueba de acceso a la universidad. “Llevarlo todo a nivel práctico ha sido muy motivador para ellos”, asegura el profesor, que también lamenta el “problema” que supone no contar con los medios suficientes para sacar adelante estos proyectos.
“Todos pusimos una cantidad para comprar la circuitería, y luego sólo necesitábamos un portátil. Pero es verdad que los medios de secundaria son escasos y que los chavales tienen que poner de su parte al estudiar asignaturas de este tipo”, concluye.