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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

ALBACETE

La ciudad de la poesía

Si reúnes a un grupo de poetas y les preguntas ¿Qué es poesía? Te darán mil respuestas distintas. Esta realidad poliédrica es una de las fortalezas de este género literario que durante siglos ha marcado el camino del lenguaje y el pensamiento humano.

Hoy, el lugar que ocupa es más humilde. Y no por las ganas de quienes escriben ni por la fidelidad de sus lectores. El apoyo precario de los medios de comunicación o una sociedad empujada al consumo barato, tal vez. Estas son algunas de las razones que explican el ostracismo de la poesía verdadera en la cultura de masas. Pero no hemos venido a llorar, sino a contar que este martes y 13, Albacete acoge el último evento lírico organizado en la ciudad. Oh Poetry! Y no es un hecho aislado.

El encuentro tendrá lugar a las 19:30 horas de la tarde en el Parque de Abelardo Sánchez y se darán cita diez poetas de todo el panorama nacional, habrá espacio para las editoriales independientes, presencia de Radio 3, música en directo y lectura de los jóvenes creadores de la ciudad. Una tarde que será posible gracias al Ayuntamiento de Albacete y la colaboración de Popular Libros.

Y os decimos que este evento lírico no es un rara avis porque para quien aún no lo sepa, Albacete es tierra de poesía. En los últimos años han nacido dos proyectos editoriales y se ha producido una eclosión de escritores del verso que han blincado las estrechas fronteras provinciales.

Queremos saber más y hemos hablado con algunos de ell@s. El organizador de Oh Poetry!, Andrés García Cerdán, es un poeta que conoce bien el estado de la cuestión. “En todos y cada uno de los nombres de la poesía albaceteña hay una aventura individual, luego cruzaron sus caminos y se respetaron para ser más y quisieron leerse y escucharse muy bien. Además, hay que tener en cuenta que el mundo de Albacete es brutal y hermoso y sediento. Es muy fácil aquí ser poeta. Con mirar a las nubes te sobra”, nos explica el autor, entre muchos títulos, de un ensayo sobre la poesía de Cortázar que acaba de publicarse en Visor Libros.

García Cerdán sabe que la legión de poetas en Albacete es única, a la gran mayoría los acogió en dos antologías El Peligro y el Sueño y El Llano en Llamas. Hiriendo un pedernal.

En los últimos quince años más de una docena de autores han obtenido reconocidos premios que han puesto a Albacete en el mapa de la poesía patria. Sin embargo, la chispa de esta gran lumbre prendió hace siglos. En 1663, ya escribía Cristóbal Lozano: “Con una grande losa // ve que cierra la puerta tenebrosa, // entra más dentro y luego, // hiriendo a un pedernal, enciende fuego”. Uno de los primeros poetas albaceteños a los que siguió el silencio kilómetro de centurias.

Pese al tiempo llovido, la poesía siempre empapa a quien la necesita. Sara Monsalve, una de las más jóvenes creadoras de la ciudad, autora de El Puente, resume toda una forma de existencia “la poesía me ha querido triste y feliz, es por eso que un día decidí refugiarme en ella y desde entonces no concibo la vida sin ella”. Las raíces de esta espléndida generación no están tan lejanas.

Otro autor y maestro reconocido entre los poetas de Albacete, Arturo Tendero, publicó hace dos décadas La Generación Fanzine. En el libro daba a la luz pública la labor de muchos jóvenes que se fogueaban por entonces en revistas hechas por ellos mismos, con medios sencillos pero con unas intenciones muy profundas.

Tendero recuerda: “Tal vez todo empezara con las jornadas de letras de Cultural Albacete y con la revista Barcarola, que abrieron el camino a los recitales de poesía que yo mismo he organizado en la Universidad y que siguen en el propio Cultural Albacete, y a la aparición de revistas como El problema de Yorik o La siesta del lobo, que a su vez continuaron en una explosión de fanzines juveniles. Además los poetas del grupo 'La Confitería' fuimos por los institutos y estuvimos conectando con los chavales que ya se inclinaban a la escritura”.

De esta época de fanzines también se acuerda con mucho cariño Pedro Gascón. “Fue un proceso de aprendizaje, no solo en lo literario; lo más bonito fue conocer a ciertas personas que han sido importantes posteriormente en mi vida y también en el descubrimiento de autores muy dispares y vivir la literatura con mucha intensidad”, nos cuenta el entonces músico de rock y hoy, editor de Chamán. Una editorial independiente hecha en Albacete y que lanza sus libros al mundo entero. Una aventura para valientes que Gascón, junto a su mujer Anaís, llevan años rumiando.

Los libros, bien cuidados y mejor elegidos, abarcan el ensayo, la narrativa y por supuesto, la poesía. La colección Chamán ante el fuego está recopilando lírica variada en estilos, formas y procedencias. El mundo editorial de Albacete ha ampliado sus horizontes con una última incorporación empresarial que vio la luz cuando la del planeta se apagaba. Solo unos días antes de comenzar la pandemia, echó a andar InLimbo.

Una de las responsables de la editorial, la poeta y escritora, Ana Martínez Castillo, cuenta a los lectores cómo surge una idea así: “Hace un par de años enloquecimos de manera definitiva y nos pusimos a trabajar para hacer el proyecto realidad. Mucha gente se toma esto de haber creado una editorial como una forma más de autodestrucción y nos llaman insensatos. Pero no es más que la llamada de la vocación”.

El catálogo de InLimbo ofrece “la evasión como arte, lo inquietante como una forma de ver la vida”, indica su editora. En el equipo que lo hace posible también se encuentra un pionero del movimiento poético albaceteño en las décadas más recientes, Valentín Carcelén. El poeta formó parte del grupo de 'La Confitería' junto a Frutos Soriano, Ángel Aguilar y otros.

“Han pasado quince años desde la segunda antología conjunta. Desde entonces, la actividad de los miembros de La Confitería ha aumentado más que considerablemente, se ha ramificado con amplitud, sin dejar de priorizar la poesía, y ha dado sus mejores obras hasta la fecha. Sin la retroalimentación del grupo en los años fundacionales, las cosas hubieran sido diferentes para todos, y no creo que mejores. A veces pienso que no sería mala idea considerar otro proyecto común”, nos cuenta Carcelén.

La relación entre generaciones era inevitable. Otro de los poetas que ya rondaban las tertulias en aquellos tiempos ilusionantes fue León Molina. Destacado poeta y aforista, explica que a partir de 'La Confitería', “se crea una dinámica, una cadena continua de relaciones y amistades en las que los aficionados a escribir poesía encuentran iguales con los que compartir, y eso es una fuerza notable”.

Después ayudó mucho también el hacedor de versos y periodista, Andrés Gómez Flores, que llevó durante un tiempo una colección de poesía en la Diputación de Albacete. En esta plataforma dio a conocer una gran pléyade de poetas. A finales de los años ochenta comenzó a llegar a Albacete lo mejor de la literatura en España e Hispanoamérica.

La labor cultural desarrollada por la Fundación Juan March con 'Cultural de Albacete' convirtió a la ciudad en un foco de atracción en el que muchos se forjaron. Así lo rememora otro escritor de dilatada carrera y polivalencia, Javier Lorenzo Candel. “Fuimos muchos los que bebimos de las fuentes de los mejores y algunos nos dedicamos a formar a una generación posterior”, explica Candel y recuerda a compañeros como Luis Martínez Falero o Juan Carlos Gea. El poeta acaba de publicar Dos cartas, para toda Hispanoamérica y será uno de los participantes de Oh Poetry!

También declamará sus versos este martes, Rubén Martín Díaz. Después de cinco años de silencio, Rubén tiene nuevo libro Un tigre se aleja, editado por Renacimiento, un texto muy esperado por sus lectores y que fue presentado hace unas semanas en la escalinata del Museo Arqueológico de Albacete. “Trata de los tiempos sin nombre, de algunos pedazos de vida irrepetibles y de ese animal salvaje que es la juventud”, nos sintetiza Martín Díaz para este reportaje y celebra las enseñanzas que recibió de Ángel Aguilar o Arturo Tendero. Y afirma que “mi vocación poética siempre estuvo ahí, esa mirada especial sobre el mundo siempre me ha acompañado”.

El poeta de Albacete ganó en 2009 el premio Adonáis, quizá el más prestigioso para los autores jóvenes. Antes, solo un albaceteño lo había conseguido en más de cincuenta años, Luis Matínez Falero, en 1997. Después del galardón a Rubén, también lo alcanzó Constantino Molina, con sus Las ramas del azar y en alguna ocasión, Javier Temprado ha sido finalista.

El último libro publicado de Javier es Ciudad Cero. Poetas con proyección nacional e incluso internacional, asiduos en recitales, publicaciones, entrevistas de radio y festivales.

De los juegos florales a las poetry slam

“Talentos únicos, personalidades grandísimas, deseos muy grandes”, dice Andrés García Cerdán. Una figura carismática de este boom lírico albacetense es David Sarrión. En el año 2008 y 2009 coordinó el Festival Poético Joven de la Feria de Albacete, por donde pasaron, entre otros, Vicente Gallego, María Rozalén o Lucía Plaza.

A este proyecto le siguió desde 2011 y hasta 2016, el Festival Fractal de Poesía, “con el que hicimos un trabajo de desarrollo en el ámbito artístico e intentamos poner de manifiesto que cualquier capacidad artística nace de la virtud poética”, nos comenta David.

Durante cinco años, gran número de artistas pasaron por Albacete pero “acaba desapareciendo por la falta de ayuda institucional”, señala el músico y poeta. Desde aquellos juegos florales de finales del siglo XIX que llenaban de versos el Ateneo de Albacete, la evolución del festejo poético ha deambulado al compás de la propia transformación de los tiempos o quizá, adelantándose.

Después de ciclos como Poesía Viva o Poetas en Otoño; en pleno 2021, en la ciudad existe un lugar de culto underground. “La Cachorra Yeyé es la vida al margen de las frecuencias modernas y actuales”, describe Sarrión, mientras prepara con Clacowsky su segundo disco de estudio. Él es gran parte de este rincón para los conciertos, las exposiciones y las slam, los micros abiertos, acá donde cualquier puede echarse de espontáneo al escenario y recitar.

Al fin y al cabo, si la poesía no se comparte, escuece en las entrañas. El veneno lleva siglos corriendo por las venas. Aunque nunca hasta ahora los creadores de Albacete habían tenido tal repercusión. Antes de los fanzines de los noventa o Barcarola, nacida durante la transición democrática, existieron revistas literarias. La Pasionaria (1849), El Alba (1861), El Liceo (1871), La Revista (1898), La Juventud Literaria (1899), ágora (1934), Horizontes, Altozano (1935), Cal y Canto (1959). Raíces por donde treparon voces del ayer como Matías Gotor, Eleázar Huerta, Ramón Castellanos y después llegarían otros como Antonio Martínez Sarrión, Joaquina Pomareda, Ismael Belmonte y el grupo Alcor, Ramón Bello o Dionisia García.

Antes eran muy pocos. Pocos sabían escribir. En 1983, José Manuel Martínez Cano, publicó una antología de poesía con más de treinta autores de Albacete y escribía con pesadumbre, “la soledad de fondo que han sufrido los poetas albacetenses a través de los siglos es algo tan cierto como patente”.

En este mismo sentido, se lamentaba Francisco Fuster en un texto en el que recordaba a José. S. Serna, “escribir en Albacete es morirse de angustia”.

El talento y la amistad

En 2009, la Guía de Poetas de Albacete ya recogía las semblanzas de 127 poetas. Desde entonces, la nómina ha crecido. Le preguntamos a Matías Miguel Clemente, autor de libros como Dreno, y nos dice: “Ahora mismo, la poesía es una manera de sentirme arropado por mis amigos. Para mí, en este momento, mi poesía y mi cultura son mis amigos y mis amigas, con los que siento que a la poesía le agrada sentarse a escuchar, silenciosa. Antes era, como decía Pessoa, del ser poeta, una manera de estar solo. Hoy es mi manera de sentirme acompañado”.

La llamada, correcta o incorrectamente escuela albaceteña, se ha fortalecido con el talento y la amistad. Julián Cañizares, María Moreno, Carlos Hernández Millán, Mercedes Díaz Villarías, Amparo Alfaro, Juan Lorenzo Collado, Llanos Guillén, Llanos Monteagudo o Gracia Aguilar. Poetas de Albacete que han ensanchado nuestra forma de mirar. Esta última autora nos relata que “las nuevas generaciones han cambiado los fanzines por las redes sociales, lo que amplía al tiempo que deslocaliza el público al que acceden”. E incidiendo en la relación generacional, añade: “muchos de los jóvenes entraron en contacto con los poetas más mayores gracias a que estos eran llamados a recitar a institutos, con un repertorio adaptado a esas edad; me da la sensación de que mi generación tiene una vida más ajetreada y precaria que no deja tanto tiempo a este tipo de actividades”.

Gracia fue premiada por su brillante Libérame Domine y será otra de las voces albaceteñas para este martes en el Parque de Abelardo Sánchez. Ella aprendió en casa este lenguaje casi al tiempo que a hablar, su padre es poeta y “yo le dictaba poemas desde antes de saber escribir y él los copiaba entusiasmado, para mí ha sido una manera natural de relacionarme con el mundo”, nos recuerda. La vocación poética suele ser siempre arrebatadora y trascendental. Antonio Rodríguez Jiménez, que intervendrá igualmente en Oh Poetry!, confirma que la poesía es “una actitud frente al mundo; una manera de interpretar, mediante el lenguaje, lo que nos rodea”.

Y lo que nos circunda es una tierra de poetas cada día más agarrados al verso. En cualquier caso, insiste Rodríguez Jiménez, creador de una extensa obra cuyo título más reciente es Nuestro sitio en el mundo, “todo esto ha ocurrido – y sigue haciéndolo – bajo el desconocimiento total y deliberado de todas nuestras instituciones públicas, que creen que el hecho de financiar una revista como Barcarola cubre todas las necesidades literarias de la ciudad ad aeternum.

Nunca han querido hacerse eco de este hecho tan singular, de este auge sin precedentes en una ciudad pequeña como la nuestra, apoyando de verdad un festival, un premio o un ciclo de poesía en condiciones“. Al final, la verdad siempre sale a flote y la poesía no tiene otra forma de existir que de alma en alma. Pese a los nuevos lenguajes que está asumiendo, estudiosos como Javier Lorenzo Candel le augura al género un lugar imprescindible para asimilar las nuevas sociedades. Arturo Tendero, que también ejerce la crítica literaria en prensa, opina que ”el fenómeno de la poesía ha entrado en erupción y se divisan hogueras similares a la albaceteña en muchos sitios: Extremadura, la Andalucía cordobesa y granadina, pero también la de más al sur, en Jerez, Valencia, por supuesto, Asturias … hay muchos focos“. Otros hablan de Jaén o Galicia. ”De donde no se sabe nada es de Cataluña o del País Vasco“, apunta García Cerdán y añade, ”habría que pedirle a la gente que de verdad mirara a su alrededor y cuidara su lenguaje; de momento, la poesía debe seguir siendo un regalo para pocos“.

Dice León Molina que “si puede ser dicho de otra manera, no es poesía”. Comenta el creador, entre otros tantos, de Tirar la piedra y esconder la mano o Un hombre sentado en una piedra, “leer poesía – y sé que muchos no estarán de acuerdo conmigo – no es fácil. Y la historia de Occidente es una búsqueda constante de la facilidad hasta la actual ligereza de lo intrascendente, lo vulgar. Algunos han decidido escribir intrascendencias en busca de la masividad, pero para mí ese no es el camino”.

Para los poetas entrevistados en este reportaje, tampoco ese es el destino por donde debe andar el poema. La poesía precisa sosiego. Necesita tranquilidad y tiempo. “Más que publico, lectores”, concreta Valentín Carcelén. Y en la búsqueda de esos espíritus políticamente incorrectos, de esas llagas abiertas a la emoción, de esas personas que quieren entender; en esta búsqueda insaciable, los poetas paladean el verso. Mientras alguien vocea: “Hoy la poesía de Albacete es ritmo, regreso a la tierra y felicidad del conocimiento”.