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El confinamiento en Villamalea: la“incertidumbre” en un pueblo de tradición cooperativista y gran industria agroalimentaria

Villamalea

Alicia Avilés Pozo

19 de agosto de 2020 19:14 h

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Villamalea es un municipio singular dentro de la comarca de la Manchuela albaceteña a la que pertenece, y lo es incluso dentro de la propia provincia. Su tradición cooperativista en la industria agroalimentaria, su dinamismo económico, su voto tradicional mayoritario a los partidos progresistas y la convivencia en sus calles de más de 20 nacionalidades distintas le otorgan parte de ese carácter especial. Desde hoy, esta localidad de más de 4.000 habitantes está confinada debido a dos brotes coronavirus registrados el pasado fin de semana que han derivado en un centenar de contagios, la mayoría asintomáticos y jóvenes. Una nueva cuarentena, esta vez local, en el núcleo de la zona.

Precisamente, este municipio cuenta con un gran porcentaje de población joven, una de las circunstancias que hacen que sea sociológicamente muy diferente. Las causas se remontan sobre todo a las décadas de los 60 y los 70, cuando buena parte de su población emigró a Holanda, a la zona de los altos hornos, importando de allí, con el regreso de muchos de ellos, métodos avanzados e innovadores de la industria agroalimentaria.

El movimiento cooperativista es la gran singularidad del pueblo, generado antes de la democracia pero que con la llegada de la transición, sufrió un fuerte impulso. Las cooperativas más importantes son las de la industria del champiñón, siendo la mayor de ellas Champinter, la que más factura en España con este producto. También hay otras de conejos, de almendras y de vino. Es decir, es un pueblo eminentemente agrícola, aunque también destacan algunas industrias de carpintería.

La situación “nuclear” del pueblo queda reflejada en otros aspectos: es sede de la Denominación de Origen Manchuela y de oficinas presenciales de organizaciones agrarias como ASAJA y UPA. Pero la gran seña de identidad la tiene la Cooperativa Champinter, donde trabajan cerca de 400 personas de hasta una docena de localidades de alrededor. Desde la gerencia de Champinter detallan a elDiarioclm.es que, al igual que ocurrió durante el estado de alarma, la actividad continuará con normalidad salvo que se detecte algún positivo, una circunstancia que no descartan.

Precisamente es el cooperativismo y el desarrollo de toda su industria agroalimentaria lo que ha hecho que este municipio sea uno de los pocos que mantienen su propia caja rural, que es única y exclusiva del pueblo.

Además, la tradición cooperativista es algo que está en el ADN de muchos vecinos y vecinas. Algunos expresan la “incertidumbre” ante esta situación pero aseguran que la fortaleza económica de la localidad será precisamente lo que haga que salga adelante. Dueños de comercios que han tenido que cerrar por no ser esenciales y otros de tiendas de alimentación que se mantienen abiertos coinciden en que “si salimos de la situación anterior, lo haremos ahora también”.

“La verdad es que desde que supimos del cierre de las actividades antes del confinamiento, ya nos lo figurábamos porque sabíamos que iban a aumentar los contagios. No ha sido sorpresa. Es una piedra en el camino para el pueblo, hay incertidumbre, inquietud, pero aquí somos muy trabajadores y podemos con todo, así que no habrá problema, porque además seguro que nos concienciamos todos juntos y salimos de la situación”, relata María Ángeles, vecina de 57 años.

Migraciones de ida y vuelta

El retorno de parte de los emigrantes, la llegada de inmigrantes de otros países, muy necesarios como mano de obra para su dinamización en el sector agroalimentario, y la eclosión de su actividad económica también han sido factores esenciales para el auge de Villamalea desde el año 2000. La de Marruecos siempre ha sido una colonia importante de vecinas y vecinos, pero actualmente también trabajan en el municipio muchos hombres y mujeres procedentes de Rumanía y Colombia, algunos de ellos pendientes de peticiones de asilo. De hecho, es la población femenina de migrantes la que encuentra trabajo con más facilidad en las tareas de laminado del champiñón. La otra vertiente es que el pueblo no tiene capacidad habitacional para tanta gente, lo que ha ocasionado problemas de vivienda.

Mónica (nombre ficticio) es una de las personas que llegaron a trabajar hace cinco años desde Rumanía en el sector agroalimentario. Lo peor para ella también es la incertidumbre. Aunque seguirá trabajando durante el confinamiento, está preocupada por si esta nueva cuarentena acaba afectando no solo a ella, sino también a algunos de los familiares que llegaron después. “Espero que no, pero como nos han estigmatizado tanto, al final tienes ese miedo”.  

Y otra de las grandes apuestas del municipio en el nuevo siglo han sido los servicios sociales de atención primaria. Allí desarrolla su labor un equipo de profesionales que ha conseguido que el trabajo social en este pueblo sea un referente en la región, con ejemplos como una vivienda de personas mayores con 9 plazas (que vuelve a estar confinada), un Servicio de Estancias Diurnas con 20 usuarios que permanece cerrado y un aula para personas con discapacidad psíquica. Precisamente, uno de estos trabajadores ha confirmado a elDiarioclm.es que el Consorcio Provincial ha decidido mantener la ayuda a domicilio durante este nuevo confinamiento, garantizando equipos y medidas de protección para el equipo de auxiliares que lo prestan.

Por ahora, la Dirección General de Salud Pública de Castilla-La Mancha ha reforzado la vigilancia epidemiológica en el pueblo y se seguirán realizando pruebas PCR, con el objetivo puesto en que los contagios no se multipliquen una vez restringida la movilidad en esta localidad de la Manchuela albaceteña.

Un ejemplo de “lucha y solidaridad”

Por su parte, el Ayuntamiento ha hecho un llamamiento a la calma explicando que el Servicio de Salud sigue realizando los correspondientes protocolos para el seguimiento de los casos confirmados y sus contactos. “Debemos extremar las precauciones y es necesaria la colaboración y el comportamiento responsable de toda la población, cumpliendo con todas las medidas sanitarias ya establecidas”.

Además, subraya que el pueblo de Villamalea “es un ejemplo de lucha, de solidaridad”, y se ha mostrado convencido de que entre todos “cumpliremos estas medidas tan rigurosas impuestas por la autoridad sanitaria para en el menor tiempo posible superar esta difícil situación”. “Mucho ánimo a los afectados, a sus familiares y a todo el pueblo de Villamalea. Con responsabilidad individual y todos unidos superaremos toda adversidad”.

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