El consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha y el “azote” del virus: “Sabía que aquí había que venir llorado, pero no tanto”
“Hemos sido una región muy azotada”. Eran las palabras del consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha en su intervención ante la Comisión General de Comunidades Autónomas del Senado en la que ha intervenido junto al resto de representantes de los territorios del país.
La Cámara Alta ha cumplido este jueves con su papel de altavoz de las comunidades autónomas con intervenciones, por territorios, ante una crisis sanitaria sin precedentes en la historia de la vigente democracia.
El consejero castellanomanchego ha citado “la cercanía a Madrid y no lo digo como manera de culpar” y también la incidencia del virus en el área sanitaria de La Mancha, durante su comparecencia. “Nos ha hecho estar a la cabeza en número de casos tras Madrid y Catalunya y también junto a Castilla y León con quien compartimos demografía y maneras de abordar los problemas”.
“Este azote en casos y en fallecidos, en asistencias que hemos tenido que prestar, nos han hecho ser más fuertes, pero también pensar que algo extraordinario, aunque podamos hacerle frente, exige más medidas extraordinarias”.
Ha citado la necesidad en la región, durante estas semanas, de incorporar 1.300 camas más en los hospitales, multiplicar por cuatro las UCI y contratar a más de 4.300 profesionales sanitarios. “Hoy tenemos 34.000”, ha dicho.
“Las residencias de ancianos no estaban preparadas, no lo estaba nadie”
También se ha referido a la situación de los centros socio-sanitarios, explicando que el 4% de la población regional son mayores de 85 años. La crisis, decía, “ha repercutido en los contratos en residencias públicas y privadas” y las ha defendido: “No las tenemos que hacer malditas en ningún caso, aunque es verdad que no estaban preparadas, no lo estaba nadie” y también las ha calificado de “foco de conflicto de todo tipo, sobre todo en lo que se refiere a fallecidos”.
Un “emocionado” Fernández Sanz, tal y como él mismo ha reconocido durante su intervención -diez minutos como las del resto de representantes de las comunidades autónomas- ha trasladado las condolencias del Gobierno de Castilla-La Mancha a las familias de las personas que han fallecido durante esta “maldita crisis”, como la ha calificado en varias ocasiones durante su intervención.
“Desde que me incorporé al cargo en 2015 sabía que aquí había que venir llorado, pero no tanto”. El titular de la Sanidad castellanomanchega ha reconocido que la crisis sanitaria sorprendió a su departamento por su evolución. “Creíamos que con protocolos en Urgencias o en Atención Primaria iba a ser suficiente y se convirtió en extraordinario, como lo sigue siendo hoy”.
Ha recordado como Castilla-La Mancha registró su primer caso a primeros de marzo. Un caso, decía, que “llamamos importado porque parecía que nos iba a tocar de lejos. Empezamos despacio y se tornó en virulento para meternos en el lío de los EPI y los respiradores”. En este punto agradecía al Gobierno de España su intermediación con Turquía para conseguir traer “los respiradores que tanto dolor de cabeza nos han dado”.
Fernández Sanz ha apelado a la “unidad, el rigor, la fortaleza y el trabajo sin fronteras” para vencer al virus. “Ahora en la transición, desde el punto de vista epidemiológico debemos seguir con las ideas claras y comunes”, decía dirigiéndose al resto de comunidades autónomas presentes en la Cámara Alta. “Hemos pasado de hablar de Sanidad a hablar de Salud después de descubrir que el sistema sanitario ha dado la talla a nivel nacional”.
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