La tasadora inmobiliaria TINSA ha hecho público el informe ‘Radiografía del stock 2016: suelo y vivienda nueva’ que se basa en los datos que proporcionan sus tasadores e informantes en 459 municipios en el caso del suelo y en 900 para las viviendas. La principal conclusión de este estudio es que 2016 ha dejado subidas significativas de precios en grandes ciudades y determinados enclaves de la costa, así como un crecimiento interanual notable (sobre todo partiendo de los niveles de los que se viene) de compraventas, hipotecas y visados de obra nueva.
Sin embargo, solo cabe hablar de una “recuperación selectiva”, no generalizada, que progresa “de forma pausada”. Los analistas de TINSA tienen claro que la (baja) calidad del empleo generado “no está permitiendo crear una demanda con suficiente confianza y niveles de solvencia como para reactivar el mercado de manera generalizada”. “Existe una demanda embalsada de vivienda que sigue sin tener acceso, ya sea porque no tiene empleo estable o su salario es insuficiente y, además no dispone de ahorros para plantear la compra de una vivienda”, subraya.
Según el Informe, en España existe suelo finalista, es decir con gestión urbanística completada y obras de urbanización ejecutada, para construir 1.565.000 viviendas, de las que el 52,2% se concentra en las capitales y ciudades de más de 50.000 habitantes. Al ritmo actual ese suelo permitiría abastecer la demanda durante los próximos ocho años y medio.
En Castilla-La Mancha hay solares para levantar 98.120 viviendas, destacando las provincias de Guadalajara y Ciudad Real. Este suelo permitiría satisfacer la demanda existente durante los próximos cinco años en el caso de Cuenca (que como veremos cuenta con un importante stock sin vender); nueve años y medio en Albacete, que se considera que tiene “suelo escaso a corto plazo”; diez años en Toledo, más de once en Ciudad Real -cuya situación se considera “holgada”- y doce años y medio en Guadalajara.
Por su parte el stock de viviendas nuevas sin vender se cifra en 340.000, un 21,3 % de las finalizadas desde 2008, mientras que otras 63.000 están en construcción. Dicho stock, siendo elevado, se ha reducido en 50.000 unidades durante el año pasado, pero como se ha seguido construyendo a finales de año se habrán añadido otras 40.000 al parque de vivienda nueva en venta.
Castilla-La Mancha concentra 27.957 viviendas nuevas sin vender, el 25,55% de todas las que se han construido desde 2008, y algo más del 8% del stock nacional. En números absolutos destaca Toledo, con 12.870 viviendas y un 29,5% sobre el total terminado en esa provincia desde 2008, lo que la sitúa como la sexta provincia del estado con mayor porcentaje de stock.
El caso de Cuenca
Pero curiosamente, en ese ranking , la provincia de la región más “destacada” es Cuenca, con un 36,2% y en segundo lugar. Es además donde más cuesta reducir el stock, rebajando apenas un punto porcentual en 2016 respecto al año anterior, mientras que en el polo opuesto Toledo ha pasado del 34,7% al 29,5%. Albacete y Guadalajara son otras de las provincias donde más intensa ha sido la absorción del stock el pasado año, reduciéndolo en más de cinco puntos. En Ciudad Real no se ha registrado variación significativa.
Finalmente, según TINSA, la obra nueva está siendo muy selectiva a nivel nacional en cuanto a ubicaciones y tipologías, bien por agotamiento del producto terminado en determinadas zonas o porque el que hay no satisface las preferencias o necesidades de la demanda solvente que compra vivienda en la actualidad.
La media estatal en variación interanual del número de visados de obra nueva ha sido del 40,6%, superada ampliamente en la región, con un 56,39%, aunque hay que advertir que la contribución más significativa a la actividad de nueva construcción se concentra en las provincias Guadalajara (con 539 visados, y un incremento que triplica los del año anterior) y Toledo (613 visados). En conjunto se han dado 1822 visados en 2016, es decir 657 más que el año precedente.