Después de cuatro días de trabajo duro en una de las zonas de Nepal más castigadas por el terremoto, hemos podido contactar con José Luis Romero ‘Topo’ que, a través de la ONG Sonrisas y Montañas, encabeza una expedición que partió desde Ciudad Real para colaborar en las labores de ayuda a los afectados por el devastador seísmo.
“Han sido cuatro días muy intenso de emociones”, explica este deportista cooperante ya de vuelta en Katmandú después de haber estado ayudando en las labores de desescombro y reconstrucción en las aldeas más próximas al epicentro del terremoto. “Sin pensarlo mucho, nos fuimos a estas aldeas, donde aún no había llegado ninguna ONG”, nos comenta.
Para ello tuvieron que hacer una larga travesía por el país asiático, que incluyó seis horas en coche y dos horas caminando, debido a que estas zonas rurales donde más fuerte sacudió el terremoto son inaccesibles por carretera por los destrozos causados. Un camino que hicieron cargando más de 250 kilos de medicamentos y comida que adquirieron con los fondos recaudados antes de viajar a Nepal y que han repartido entre la población del lugar.
Allí, como se puede apreciar en las fotografías, “el paisaje que nos hemos encontrado es desolador”, destaca este joven cooperante, al que sin embargo le llamó poderosamente la atención que “aun así los nepalíes siguen sacando una ligera sonrisa”.
Esta misma madrugada, y ya con todo el material agotado, regresaban a Katmandú donde seguirán echando una mano en la capital y alrededores, hasta el domingo, cuando tomarán el avión que les traiga de regreso a España, de donde partieron el pasado viernes.
Con esta acción, los cooperantes de Sonrisas y Montañas, una ONG especialmente vinculada con Nepal donde había ayudado a financiar la construcción de varias escuelas, han querido aportar su granito de arena ante una catástrofe que ha dejado más de 7.500 muertos y cientos de miles de afectados.