La coordinadora antitaurina regional rechaza “tajantemente” la novillada en Toledo en una situación sanitaria “tan crítica”

La coordinadora antitaurina de Castilla-La Mancha ha rechazado “tajantemente” la organización de la novillada de este viernes 14 de agosto que se va a celebrar en la plaza de toros de Toledo y a la que podrán asistir de forma gratuita los niños menores de 13 años. “Más cuando la situación sanitaria y social es de una dimensión tan crítica”, recalcan, a la par que recuerdan que en la provincia de Toledo hubo más de 5.000 contagiados por coronavirus y más de 800 fallecidos por la enfermedad.

Estas cifras, critican, “no son suficientes para frenar los deseos tauricidas de una minoría que maneja las decisiones de las administraciones a su voluntad”. Este contexto “terrible”, aseguran que “podría evitarse” con más infraestructura y fondos. “Un sector cultural paralizado, cines y teatros con extrema vigilancia en el cumplimiento de las medidas anticovid, conciertos cancelados para evitar cualquier posible aglomeración, deportes celebrados a puerta cerrada para impedir que se dispare de nuevo la propagación de la enfermedad”.

Y, por el otro lado, “la actividad taurina que sobrevive gracias a las ingentes cantidades de dinero público que subvencionan los ayuntamientos, las Diputaciones Provinciales, la Junta de Comunidades, el Ministerio de Cultura y la PAC Europea”. Y en este sentido, aseguran que todas estas subvenciones “no son suficientes para reflotar un minoritario sector abocado irremediablemente a la desaparición”. Recuerdan que la Fundación Toro de Lidia “exigió” al Gobierno Central la cifra de 700 millones de euros extra “para poder perpetuar sus negocios durante algo más de tiempo”.

“Visto tan próximo su ocaso y tratando de salvar los muebles, corren a coger la última paga”, recalcan. “Desde las organizaciones animalistas y antitaurinas, protectoras y santuarios, alentamos a reconvertir sus empresas y exigimos a las instituciones políticas, agrarias, medioambientales, culturales e industriales que procedan a diseñar un plan integral que transforme estos negocios hacia vías éticas como el ecoturismo rural. La sensibilidad hacia los animales, los cuidados por la vida, el respeto por nuestra tierra son conceptos propios de una filosofía cívica que crece exponencialmente”.

Además, asgeuran que son numerososo los vecinos y vecinas que “rompen el anonimato y alzan la voz contra una actividad que ha contado toda la vida con impunidad y beneplácito”, de actos que tachan de “macabros” e “impropios” de una sociedad avanzada. Por eso, reclaman que se reconsidere la organización de estos eventos, porque suponen un riesgo “inmenso y evitable contra la salud pública”.