Faltan tres días para que se cumpla el plazo que el Gobierno de Castilla-La Mancha estableció para que el código QR de control de la COVID en bares y restaurantes , bajo la denominación de la APP ‘Ocio Responsable’, se implantara de forma obligatoria en todo el sector hostelero de la región. Pero finalmente no va a ser así. El Ejecutivo regional ha decidido que esta medida va a seguir siendo voluntaria, debido a que actualmente hay una “colaboración técnica” con el Gobierno central para poder llevar a cabo una “experiencia común” en todo el país.
Esta decisión la ha adelantado el presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, tras la reunión del Consejo de Gobierno, explicando que la experiencia de puesta en marcha durante las últimas semanas ha tenido “muy buen resultado desde la voluntariedad”. Debido a ello y al inicio de conversaciones con el Gobierno, la Junta ha optado por no hacerlo obligatorio de momento, dando marcha atrás sobre los planes previstos.
“Hasta que el Gobierno de España defina ese modelo, que ojalá se pueda extender de manera amable por todo el país, estamos en colaboración técnica y política para que pueda ser una experiencia común. Y en tanto que se produce esa solución, vamos a mantenerla de manera voluntaria, no tenemos de ir más allá en la aplicación obligatoria. Puede que combine muy bien con una estrategia de rastreo a nivel nacional que nos llenaría de satisfacción”, ha concluido.
Este cambio de estrategia se produce justo un día después de que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha haya denegado las medidas cautelares solicitadas por ASECEM, la Asociación de Empresarios Centro Mancha, para suspender esta aplicación. El Alto Tribunal ha seguido la doctrina general del Tribunal Supremo en relación con la COVID-19 sobre la adopción de medidas cautelares y afirma que la actual crisis sanitaria está provocando “importantísimos perjuicios económicos”, concretamente en la hostelería si bien, matiza, la obligatoriedad de la aplicación 'Ocio Responsable' en Castilla-La Mancha “no es una de las medidas sanitarias más perjudiciales”.