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“El recuerdo de ver llegar a mi padre en coma al hospital lo voy a tener presente de por vida”. Son palabras de Patrocinio Lozano, hija de Julián, uno de los ocho fallecidos por COVID-19 que se han registrado en los últimos días en la Residencia de Mayores El Lucero de Talavera de la Reina, en la que en el mes de octubre se detectaron un total de 91 contagios de coronavirus y de la que otros ocho usuarios están ingresados en el Hospital Nuestra Señora del Prado por esta enfermedad, según los datos que confirma la Consejería de Sanidad.
Lozano afirma que ha habido “falta de medios” personales para atender al centenar de personas que residen en esta residencia privada en la que la Junta tiene concertadas 14 plazas, según cifran fuentes de la Consejería de Bienestar Social que confirman también que los servicios de inspección acudieron este lunes a El Lucero para elaborar un informe sobre la situación de la misma y valorar si cumple el acuerdo marco establecido que determina el número de profesionales con los que han de contar estos centros.
“Lo han ido dejando hasta llegar a una situación límite. No han puesto los medios que tienen que poner”, lamenta la hija de uno de los fallecidos por COVID en esta residencia en la que también su madre es usuaria y se contagió de coronavirus. “Ahora están haciendo las cosas bien, le toman las constantes vitales, antes lo hacían cómo podían”, apunta respecto a la atención que tienen los residentes de El Lucero, cuyo personal, del que no tiene “ninguna queja”, “no puede dar más de sí”.
En este sentido, señala que tras detectarse el elevado número de contagios en la residencia el pasado mes de octubre, “no había médico ni enfermera” por el contagio que también sufrieron estos profesionales. Además, apunta que desde “antes de la pandemia ya faltaba muchísimo personal”. “Hay dos auxiliares por la noche para todos los residentes y ahora, a base de protestar, tenemos un médico y una enfermera las 24 horas”, explica Lozano, que espera que “se pongan cartas en el asunto” sobre la gestión de la pandemia en los centros socio-sanitarios.
“Estas cosas no son nada agradables, sobre todo por los trabajadores que los tengo en el alma. Alguien tiene que echarles una mano, no hay derecho a esto... ”Lo que me indigna es que los inspectores que van a ver eso lo ven perfectamente y pasan del tema. Tienen que meter mano y no lo han hecho“, recalca Lozano sobre la situación de esta residencia.
Respecto a la información que les proporcionaban desde el centro sobre el estado de salud de sus familiares y la comunicación que podían mantener con ellos, Lozano indica que sí que pudo hablar con su padre e incluso verlo desde la calle. “Ahora podemos llamar durante las 24 horas del día o hacer vídeollamadas. Ahora se hace cómo se debe hacer. Son mayores, tienen patologías y han de tener una asistencia digna para darles calidad de vida”, recalca.
Desde la Dirección de la Residencia, con la que este medio no ha logrado ponerse en contacto, se emitió la semana pasada un comunicado en el que indicaban que “las medidas de seguridad, prevención e información adoptadas por el Centro se han venido practicando desde el mes de marzo de 2020, dentro de los protocolos exigidos por las normativas sanitarias, y siempre contando con el apoyo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el SESCAM”. Asimismo, aseveran que el centro “cuenta con el personal suficiente y cualificado para el normal desarrollo de sus labores profesionales y para la atención individualizada de los residentes”.
“Seguro que estuvo solo toda la noche”
Respecto al fallecimiento de su padre, Lozano recuerda que llevaba “varios días malito” y cree que la noche en que entró en coma y tuvo que ser trasladado en ambulancia “seguro que la pasó solo” por “las condiciones en que llegó” al hospital talaverano, en un estado crítico y con una grave neumonía bilateral de la que no pudo recuperarse.
Sobre esta situación, una de las nietas mostró también su desolación en una publicación en las redes sociales: “Mi yayo dio positivo en COVID, no tenían un control exhaustivo de los enfermos, no les tomaban la temperatura ni la saturación a menudo, no había nadie vigilando por la noche, o si lo había eran dos auxiliares para 120 personas, y 80 infectados, por lo que era imposible abarcar a todos los ancianitos”. “Él no se merecía un final así, sino todo lo contrario, un final grandioso, como él era, grande de corazón y hermoso”, agregaba esta familiar, que consideraba que “los responsables de esta situación no deben quedar impunes” ya que, a su juico, “se han cometido delitos muy graves”.
Según los últimos datos de la Dirección General de Salud Pública, hay 108 centros socio-sanitarios de Castilla-La Mancha que tiene algún caso confirmado por infección de coronavirus. De estos 108 centros, 57 se encuentran en la provincia de Toledo, 15 en Cuenca, 13 en Ciudad Real, 13 en Guadalajara y 10 en Albacete. Los residentes de estos centros con casos confirmado son 862 y los fallecidos por COVID son 1.481 desde el inicio de la pandemia.