Ocho décadas de historia definen el Complejo Petroquímico de Repsol en Puertollano, la comarca industrial más importante de Ciudad Real y de las más significativas de Castilla-La Mancha. Desde que en 1942 la dictadura franquista asentara allí la Empresa Nacional Calvo Sotelo de Combustibles Líquidos y Lubricantes, esta refinería e instalaciones adyacentes diversificadas han sido la seña de identidad de una zona castigada después por las reconversiones industriales y las sucesivas crisis. Allí se produjeron los cierres de Solaria, Siliceo Solar, Elcogas, Sevillana-Eon o Encasur, entre otras empresas.
La pandemia de COVID-19 también ha ‘tocado’ ahora a Repsol. Ha anunciado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para 618 personas por un periodo de seis meses que ha desatado las alarmas entre la plantilla. Porque esta herramienta ha sido una solución para muchos trabajadores y trabajadoras en otro tipo de empresas, pero no en una multinacional de las características de Repsol. Además, consideran que afectará en total a más de 1.500 familias debido a las empresas auxiliares y contratas que se paralizarán.
De las instalaciones de Repsol sale una gran cantidad de productos. Múltiples tipos de combustibles derivados del petróleo como gasolina, gasóleo, gases licuados de petróleo (LGP), disolventes, lubricantes, betunes y plásticos para todo tipo de usos. El crudo de petróleo se almacena en tanques una vez que llega a Puertollano por oleoducto desde la terminal marítima de la refinería de Cartagena. Aunque Repsol dispone de una plataforma petrolífera en el Mediterráneo, lo cierto es que la totalidad del crudo que se refina en Puertollano procede del exterior: África (Angola, Congo, Libia, Guinea Ecuatorial), y el resto proviene de Arabia, Kuwait, Irán, Rusia, México, Colombia, Brasil y del Mar del Norte. En el área química se producen resinas EVA, una especialidad que únicamente se produce en el complejo castellanomanchego. Por último, cuenta también con producción de energía eléctrica, con la cual se autoabastsece pero también la exporta a la red de distribución.
Uno de los requisitos medioambientales más importantes al que ha tenido que hacer frente es el contenido en azufre en los productos y, para su eliminación, el complejo cuenta con plantas de desulfuración. Las principales chimeneas del complejo poseen analizadores que miden de forma continua las emisiones realizadas. Recientemente la empresa presentó su Plan Estratégico de Resiliencia 2021-2025, hacia la descarbonización y eficiencia energética: establece objetivos de reducción de emisiones, con una disminución de la intensidad de carbono del 12% para 2025, del 25% para 2030 y del 50% para el 2040.
La pandemia... y la transición energética
Estos planes sin embargo se han visto ensombrecidos por la pandemia pero también por el proceso de transición energética. En el comunicado interno que la empresa remitió a su plantilla para comunicarles el ERTE, la compañía alude en primer término a la “contracción inédita del consumo de petróleo” derivada de la crisis sanitaria, con “la mayor caída de la demanda global de la historia”. Añade que a esta situación coyuntural se suma otra estructural: la “incertidumbre generada por la transición energética, que va a exigir importantes proyectos e inversiones en los próximos años” para alcanzar los objetivos de transformación y descarbonización.
Pese a que destaca su reciente Plan de Resiliencia, anuncia la parada de las Unidades de Destilación y las plantas asociadas. Mantienen su actividad habitual las áreas de Lubricantes y Química. Anuncia así un ERTE por causas productivas para un máximo de 618 personas con distinto grado de aplicación. Y culmina argumentando que se trata de una decisión “socialmente responsable”. Esta comunicación se realizó además poco después de aprobarse el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética del Gobierno de España.
Desde los sindicatos con representación en la empresa (CCOO, UGT y STR) no están de acuerdo y han expresado su “rechazo frontal” desde el primer día. No solo por las 618 personas afectadas: hablan además de otras 800 personas afectadas por la parada de las empresas auxiliares y contratas, es decir, casi 1.500 en total.
El Comité de Empresa de Repsol Petróleo Puertollano ha mostrado su oposición por unanimidad al ERTE. Alega que las causas productivas que argumenta la empresa son “poco justificadas” cuando las autoridades sanitarias “vislumbran un segundo trimestre de vacunación masiva, una movilidad más flexible y cuando el aumento de los márgenes de refino provocan que otras refinerías del país comiencen a poner en marcha las unidades que mantenían en parada”.
“Creemos que las verdaderas razones que llevan a la compañía a proponer semejante despropósito son de otra índole. Amedrentar a las trabajadoras y trabajadores para la futura negociación del Acuerdo Marco del Grupo Repsol e influir en un marco normativo con respecto a la transición energética, son las conclusiones que sacamos de los comunicados que la propia empresa ha divulgado en los medios de comunicación y por la red interna de Repsol”, explica la representación sindical de la plantilla.
De hecho, consideran que aunque se trate de una herramienta temporal a la que se han acogido tantos trabajadores y trabajadoras, en el caso de Repsol, los empleos “no pueden ser cuestionados de esta manera”. “La profesionalidad y el compromiso de todas las personas que trabajamos en la refinería, personal propio y empresas auxiliares, será la clave de bóveda para la transformación energética de Repsol a futuro. Si Repsol piensa que esta es la mejor forma de comenzar a trabajar en los retos de futuro planteados en su Plan Estratégico creemos que comete un error de una gran magnitud”. Por su parte, fuentes de Repsol comentan a elDiarioclm.es que el compromiso de la multinacional con la comarca sigue intacto y piden respetar el proceso negociador que en breve se abordará con Comité de Empresa y sindicatos, apelando a la prudencia y a la garantía de futuro de sus empleos.
Reunión García-Page y Antonio Brufau
Se da la circunstancia de que el pasado mes de noviembre se reunieron el presidente de Repsol, Antonio Brufau, y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Analizaron el desarrollo de proyectos relacionados con la transición energética y descarbonización del complejo industrial. Precisamente, a raíz de la comunicación del ERTE, el consejero de Desarrollo Sostenible de la Administración autonómica, José Luis Esducero, ha recordado a la multinacional que la transición ecológica debe servir para “propiciar empleo”, no para “destruirlo” mencionando además las alternativas que proporciona el hidrógeno verde. Repsol trabaja actualmente con proyectos de este tipo y además el Centro Nacional del Hidrógeno se encuentra ubicado también en Puertollano. Actualmente es la mayor apuesta energética de la comarca.
Pero al margen de todo ello, la decisión de Repsol ha levantado ampollas. En Puertollano llueve sobre mojado y medio millar de personas arroparon esta semana a la plantilla en la Plaza de la Constitución de la ciudad. El 23 de abril hay convocada una manifestación desde el complejo petroquímico hasta la Concha de la Música. Durante todos esos días, habrá puntos informativos tanto en la refinería como en el municipio para informar a la ciudadanía de la problemática que conlleva el ERTE.
El complejo petroquímico nació durante la dictadura franquista, en noviembre de 1942, cuando se creó, por iniciativa del recién nacido Instituto Nacional de Industria, la Empresa Nacional Calvo Sotelo de Combustibles Líquidos y Lubricantes. Un año más tarde, se empezó a construir en Puertollano una fábrica de destilación de pizarra bituminosa, debido a las importantes minas de carbón de la comarca. Diez años después se inauguró la destilación de este material.
Cuando a principios de los años 60 se planteó la construcción de una refinería para abastecer a la zona centro del país, la infraestructura industrial que se había creado en los años 50 hizo que se contara con Puertollano. De esta forma nace en 1965 la primera refinería. En 1972 se constituye la Empresa Nacional del Petróleo (ENPETROL) y bajo su dirección se realiza la primera ampliación de la refinería, que se extendería hasta 1983. En 1982, como respuesta a la subida del precio del crudo y la necesidad de adaptar la producción hacia un mercado más especializado se inicia en Puertollano el camino de la conversión, construyendo una planta de FCC. España se incorpora a la Comunidad Europea en 1986. Un año después nace el grupo Repsol y afronta la liberalización del mercado petrolero español.
Durante los años 90 se van introduciendo importantes avances en la calidad de los combustibles producidos. En el año 2000 se inaugura el oleoducto procedente de Cartagena y en 2012 se concluye el oleducto reversible entre ambas ciudades. En 2016 se impulsó el Plan de Competitividad de la Química con inversiones de 60 millones de euros para aumentar la competitividad y la eficiencia de la química, fabricando productos de mayor valor añadido.