José Luis Martínez Gómez, más conocido como ‘el herrero de San Antón’, da un paso adelante en su carrera artística con la exposición ‘Creación en hierro’, que se puede contemplar hasta el 15 de enero en el Centro Cultural Aguirre y consta de una treintena de piezas, creadas en el último año y pico, en las que, sin abandonar del todo la figuración, explora nuevas vías acercándose al abstracto en un juego de inspiración centrado en la naturaleza y en la búsqueda del equilibrio.
El hierro, el material del que están hechas obras suyas como el homenaje a Las Turbas ubicado en la esquina de Palafox o El Quijote próximo al Centro Aguirre, es ahora manipulado por José Luis en busca de figuras geométricas en ocasiones de significado evidente, en otras no tanto, con las que logra un efecto estético en sintonía con el informalismo abstracto del pasado siglo, que haría que su obra no desentonara, por ejemplo, en ese Museo de Arte Abstracto que este año cumple su 50 aniversario. “Quedaría bien, pero yo no puedo exponer ahí, porque están casi todos muertos”, dice.
Si acaso, lo único que se le podría reprochar es no presentar sus obras con un aspecto algo más limpio. “Al acero inoxidable es muy difícil sacarle brillo y no me estoy en eso: mi misión es crear”, argumenta.
En el aspecto temático, en sus obras están tres de los cuatro elementos (el agua, el fuego y el aire), porque la naturaleza, de la que está tan rodeado en su taller del barrio de San Antón, bajo el cerro de La Majestad y a pocos metros del río Júcar, es una de sus principales fuentes de inspiración. Algo que se puede apreciar también en sus tributos a las mariposas o a las hojas.
“Mi taller está metido casi en la naturaleza y voy captando de lo que veo. Hay muchas obras que he sacado a partir del otoño: me fui aposta a ver la cantidad de hojas que hay dentro de un mismo árbol y me di cuenta de que la variedad es impresionante: no hay ninguna igual”.
El tormo, “también tan de mi tierra”, probablemente como un homenaje al maestro Pedro Mercedes, es otra de las piezas que aparecen en esta exposición junto a un curioso cubilete del que salen varios dados distribuidos de forma poética. “Es el cubilete de la vida, a partir del cual se forma una cascada de dados”. Con él representa una apuesta al todo o nada, “jugarte la vida”.
Y tampoco faltan las cometas, una pareja de amantes, una mujer tumbada, libros abiertos, escaleras. Y hasta un pensador. E invita al espectador a fijarse en cómo algunas de sus obras se duplican al reflejar la luz sus sombras en la pared. “Se pueden tener dos visiones de ellas”.
Apuesta por la variedad
Martínez Gómez, que es muy conocido por sus esculturas dedicadas a la Semana Santa y al toro, reconoce que en esta exposición, incluida en el ciclo Días de Arte Conquense, ha tratado de hacer algo distinto. “Creo que sí. No te puedes estar haciendo solo una cosa, sino que se trata de apostar por la variedad. Aunque al final todo es mi mundo”.
Él siente que tiene facilidad para crear, y lo demuestra con esta variada exposición. “Me cae un trozo de varilla de acero y enseguida le saco algo. Creo que he cogido facilidad para encontrar cosas en el hierro, siempre buscando darle movimiento y guardar el equilibrio”.
Eso sí, ‘Creación en hierro’ le ha supuesto un esfuerzo importante del que espera que sea consciente el público que visite la muestra. “Hay que ser muy Quijote para embarcarse en todo esto”, considera. Aunque él se implica con gusto. “Me encierro en mi taller y disfruto: es la única forma de que te salga bien”.
En Cuenca es de sobra conocido, pero también le han ofrecido exponer en Madrid. Otra cosa es que lo haga. “Lo estoy pensando porque acarrea mucho trabajo. En Cuenca he tenido que hacer cuatro viajes en la furgoneta para traerlo todo. Y luego hay que buscar peanas, que aquí me han facilitado siete, pero no es fácil. Y yo no tengo la posibilidad de que alguien me lleve y me traiga la obra, como a Ai Weiwei”, concluye.