La adrenalina que se produce mientras juegas en una 'escape room' es incomparable a otra cosa, se te va la vida en ello, superes o no la prueba
Los ‘escapistas’ de Castilla-La Mancha están de enhorabuena. Desde principios de julio está en marcha ‘La llave maestra’, la primera Ruta Manchega de Juegos de Escape con la que los apasionados de las escape rooms pueden recorrerse diferentes ciudades buscando desafíos diferentes.
La Ruta la conforman 13 empresas con 21 salas, entre ellas ‘Escape Cuenca’, a la que podría sumarse pronto otra más que está a punto de abrir en la capital conquense.
El número de adeptos castellano-manchegos a esta alternativa de ocio que conjuga diversión y suspense a partes iguales se está disparando de manera notable en los últimos años. De hecho, los fines de semana hay lleno total.
Tampoco para de crecer el número de salas. En España hay en estos momentos más de 1.000 y en Madrid, por ejemplo, es imposible encontrar un hueco si pretendes ir reservando solo de un día para otro.
“El escapismo engancha y cuando juegas una vez no puedes repetir en el mismo sitio, por lo que los usuarios nos preguntaban donde había más salas por la zona”, explica Marta Reñones, una de las promotoras del proyecto. Nació así la idea de crear este itinerario.
“Nosotros no somos competencia, decidimos juntarnos todos y hacer esta ruta para conseguir mover a los clientes de un sitio a otro y, al mismo tiempo, que puedan conocer distintos lugares”, dice.
Y es que otro de los objetivos que se plantean los organizadores es el de fomentar el turismo activo. “Los grupos pueden pasar un hora con el juego y después tienen el resto del día para visitar la ciudad, creemos que es una oportunidad y algo muy interesante, una nueva forma de disfrutar del tiempo libre”, apunta Reñones, que es además gerente de Locked Toledo.
Pero, ¿qué es lo que tanto engancha a este tipo de entretenimiento? En palabras de Marta, una mezcla de grandes dosis de adrenalina, diversión y suspense. “La adrenalina que se produce durante la experiencia es incomparable con otra cosa, se te va la vida en ello, ya superes o no la prueba”.
Por eso, cuando se termina quieres más y más. Da igual la edad. Porque a pesar de que parezca que es algo que en principio solo podría atraer a gente joven, cada vez son más las familias que aprovechan los fines de semana para jugar a descifrar enigmas. “Es increíble pero los niños tienen una visión distinta y se fijan en cosas que a lo mejor pasan desapercibidas para los adultos”. Tampoco faltan celebraciones de cumpleaños, despedidas de soltero o, cada vez más habitual, regalar un escape room en fechas señaladas.
Es curioso además que las empresas estén eligiendo estas salas para realizar por las mañanas entre semana los llamados team building, jornadas especiales que sirven para reforzar el ambiente entre los empleados y mejorar así su rendimiento.
Para participar en ‘La llave maestra’ hay que adquirir un pasaporte al que se le ha puesto un precio simbólico de un euro que se irá sellando en todas las salas a las que asista el jugador.
Desde ese momento hay un plazo de un año para completar la ruta, siendo necesario visitar al menos un juego de cada una de las escape rooms que la conforman. Los que la finalicen recibirán de regalo un pack con una taza de desayuno y una mochila y participarán en el sorteo de un cofre de experiencias. El primero de ellos se hará antes del 31 de julio de 2019.
Los escapistas ya han empezado a comprar sus pasaportes. “Hemos tenido una muy buena acogida en estos primeros días”, asegura Reñones, quien espera que cada vez se sumen más empresas a esta iniciativa que se irá complementando en próximas ediciones con otras actividades puntuales y con eventos especiales en verano o Navidad.
Al entrar en una de estas habitaciones, lo primero que hacen los responsables de las salas es introducir a los participantes en una historia, que suele estar relacionada en la mayoría de los casos con asesinatos o desapariciones, envuelta en misterio.
Una vez conseguida la ambientación, se encierra al grupo por fuera con llave y tienen 60 minutos para salir. Objetos, muebles, cuadros o libros tienen todas las claves que deben ir averiguando para conseguir los candados que les saquen de allí. Cualquier detalle, similitud o diferencia puede ser definitiva. Como señala Marta, “lo importante es la observación, la imaginación y el trabajo en equipo porque si no hay comunicación entre ellos y se van contando lo que saben nunca van a resolver el enigma”. Respecto al porcentaje de resolución depende mucho la dificultad de la sala. Las de Castilla-La Mancha tienen un nivel medio-alto. “Tampoco interesa que sean muy difíciles porque el objetivo es que la gente lo pase bien y esté al alcance de todo el mundo. Hay expertos a los que algunos juegos se les quedan cortos y tardan 10 minutos en escapar y otros que son inexpugnables”, afirma.
Además de Escape Cuenca, los aficionados pueden encontrar más llaves maestras en Toledo, Navahermosa, Ciudad Real, Albacete, Talavera de la Reina, Valdepeñas y Alcázar de San Juan.
“Nos visita gente que ha jugado en más de 100 salas e incluso de 700”
Cuando Escape Cuenca abrió sus puertas en julio de 2016 este tipo de juegos eran bastante desconocidos en Castilla-La Mancha. De hecho, su primera sala, la de la Reconquista, es la más veterana de la región. En solo dos años el panorama ha cambiado radicalmente, como nos cuenta su gerente, Moreyba Martín, que ha sido también una de las impulsoras de la Ruta Manchega de las Escape Rooms. “Al principio la gente entraba extrañada y nos preguntaba qué que era esto. Ahora nos visitan no solo conquenses, sino gente de toda España y verdaderos aficionados , gente que lleva jugadas más de 100 salas e incluso algunos 700”, subraya.
En este último grupo, se encuentra una pareja de Barcelona que es la que ostenta el record de resolución de la sala ambientada en 1177 en la que hay que ayudar al pastor Martín Alhaja a hacer posible la Reconquista de Cuenca antes de ser descubiertos por las tropas almohades. Tardaron en salir 43 minutos y desde entonces nadie los ha superado. No obstante, “lo importante no es si se sale o no, o lo que se tarda en escapar, se trata de pasarlo bien y disfrutar”, señala Moreyba.
Junto a esta propuesta de ambientación histórica y más épica, tienen otra donde prima el misterio y la intriga, ‘La cena del doctor Delarge’. Resolver los macabros secretos de este médico antes de que se acaben los 60 minutos entraña una dificultad mayor, por lo que los gerentes de Escape Cuenca, recomiendan esta sala para aquellos que ya hayan probado alguna vez la experiencia de los escapes.
Para Martín, la idea de crear la Ruta Manchega es una bonita manera de colaborar entre las salas, “recomendarnos unas a otras, darnos a conocer y además recorrer de una forma muy chula las diferentes ciudades”.
Desde su apertura, este negocio conquense no ha parado de innovar, sobre todo teniendo en cuenta que una vez que se juega en una sala ya no se puede repetir. Por este motivo, organiza desde el año pasado Cenas Escape y han puesto en marcha con éxito el Escape Portátil para grupos grandes a partir de 12 personas que se realiza en bares, domicilios, casas rurales e incluso está siendo demandado para fiestas de los pueblos. En este caso, el objetivo no es escapar de una habitación sino que varios equipos deben cumplir una misión en 90 minutos descifrando correctamente el material que reciben en unas cajas.
De cara al año que viene, Escape Cuenca tiene previsto ampliar negocio y promete novedades. Para aquellos que aún no se han atrevido a dar el paso de probarlo, Moreyba les aconseja “que jueguen, porque el 99% de quien viene se lo pasa muy bien, independientemente de la edad y de si tiene o no perfil de jugador”.