El lince ibérico llega a Cuenca para asentarse en una nueva zona de reintroducción

Uraclio y Ventolera son los dos primeros linces que han sido liberados en la provincia de Cuenca. Un macho y una hembra de uno y dos años de edad, respectivamente, que marcan el comienzo de lo que quiere ser una nueva zona de reintroducción para la protegida especie.

Han sido puestos en libertad en la finca La Veguilla de la localidad de Las Pedroñeras, desde donde se pretende establecer una población en un entorno natural de unas 60.000 hectáreas. Ambos animales vienen del Centro de cría  del Lince Ibérico de Zarza de Granadilla, dependiente del Organismo Autónomo de Parques Nacionales.

Uraclio nació salvaje en la zona de los Montes de Toledo, donde se encuentra una colonia “muy estable” de la población y se ha llevado hasta la provincia conquense para repetir la experiencia toledana. O esa es la esperanza. El Gobierno castellanomanchego tiene prevista la liberación de otros cinco ejemplares, para conformar una población que se consolide y desarrolle en la zona.

Así lo ha explicado la consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez, que ha resaltado que el objetivo es unir la incipiente población conquense con las que ya existen en la región. Gómez recordó que existen ya cinco corredores de linces que conectan varios lugares de la comunidad autónoma. La intención es que sirvan para “colonizar todo lo que es Castilla-La Mancha.

El siguiente paso será reintroducir la especie también en Guadalajara. “Acabamos de iniciar los estudios. Lo que queremos es que realmente esta especie se desarrolle bien, con tranquilidad y con todas las medidas de seguridad y de conservación que necesita el lince ibérico. Hay que tener en cuenta que en estos momentos en Castilla-La Mancha contamos con el 35% de toda la población de linces de la península ibérica”, recordó la responsable de Desarrollo Sostenible.

Gómez recordó también que ya son unos 715 ejemplares de lince los que viven en la región, de los cuales 137 son hembras adultas reproductoras. La “traslocación” que se ha hecho con Uraclio, es decir llevarlo de la zona donde nació y vivió a otra donde no hay linces, se quiere repetir en otras ocasiones.

La consejera también defendió que el lince funciona como una especie que mantienen “a raya” las alimañas, lo que permite ofrecer una “mejor caza” dentro de su territorio. También controlan las poblaciones de conejo, apuntó Mercedes Fómez. “Ese papel trascendental es el que contamos a los ciudadanos donde queremos desarrollar estos proyectos”, aseveró.

La finca conquense de Las Pedroñeras se eligió debido a que es una zona de monte, lo que permite que los animales tengan una zona de abrevadero donde beber y también luigares donde buscar protección. Además, tiene conejos, que es lo que “más le gusta” al lince ibérico. “Estarán cómodos y vivirán bien”, finiquitó Gómez.