Hasta finales de este mes de junio, dos archivos de la ciudad de Albacete, el Provincial, dependiente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el Municipal, del Ayuntamiento de la capital, han organizado sendas exposiciones con las que dar a conocer a la ciudadanía cómo la capital ha evolucionado en los últimos dos siglos. Las iniciativas se enmarcan en la celebración del Día Internacional de los Archivos. Con estas muestras se pretende acercar a los vecinos planos, fotografías y documentos que perfilan la historia del lugar donde vivimos. Ambas exposiciones tienen un denominador común: mirar al pasado para ver cuánto hemos cambiado.
En la esquina de las calles Mesonero Romanos y San Julián, en la planta baja del Archivo Histórico Provincial de Albacete, se ha dispuesto una colección de planos de Albacete que son una verdadera guía por aquella villa del siglo XIX. Aquel fue el gran siglo de la transformación de pueblo a capital. Y este momento crucial ha motivado la exposición 'Albacete, como surge la ciudad moderna en el siglo XIX'. Entre vitrinas con documentación y el apoyo de una pieza audiovisual, los asistentes recorren los hitos más importantes. La directora de la institución, Elvira Valero, ha comentado estos días que el siglo XIX “fue decisivo para Albacete”. Hechos como la designación de capital de la provincia; la creación de la Audiencia Territorial; la llegada del ferrocarril; las obras de canalización del agua y el otorgamiento del título de ciudad en 1862, de la mano de Isabel II, convirtieron el pueblo con trazado medieval en ciudad abierta.
Albacete pasó de las estrechas calles a los paseos anchurosos. Aunque ya no se conservan recuerdos sobre el problema de estancamiento de las aguas o el uso que antes tuvieron los edificios religiosos, gracias a los documentos los ciudadanos podemos completar esta memoria. Por eso, los archivos juegan un papel fundamental para que este conocimiento forme parte de nosotros. Parte imprescindible de nuestra identidad. Y para que esta sustancia intangible de orgullo arraigue entre la ciudadanía, los archivos, aparte de las exposiciones físicas, se están adaptando a los nuevos formatos y canales de difusión.
Acercar la historia a la gente. Almudena Blaya, responsable del Archivo Municipal de Albacete, situado en la calle León, ha concebido junto al equipo de la institución, una muestra que ejemplifica el enorme cambio de la ciudad a través de fotografías. 'Albacete, ayer y hoy' relata en imágenes la evolución urbanística de la ciudad desde principios del siglo XX. No deja de sorprender a los visitantes cómo se han transformado la plaza del Altozano, la calle Ancha o la plaza de Gabriel Lodares. La profesional indica que “si dentro de 20 años hiciéramos la misma exposición, seguro que veríamos una ciudad totalmente distinta porque la ciudad sigue cambiando”.
Por eso, cuando falla la memoria, siempre nos quedan los documentos. Concretamente, el Archivo Municipal dispone de unos fondos que suman 25.000 cajas de documentación, más de 6.000 libros, hemeroteca con decenas de títulos de revistas y diarios oficiales y miles de fotografías. Solo el año pasado, la ciudadanía realizó 1.604 consultas y se facilitaron casi 6.500 reproducciones.
Son datos que demuestran la inmensa labor que realizan los archiveros en la ciudad de Albacete y en el conjunto de la provincia. Precisamente estos días, y organizado por la Diputación de Albacete, se ha celebrado en Chinchilla de Montearagón la segunda jornada de archivos municipales. Un encuentro en el que se ha debatido y reflexionado sobre la mejora de estos organismos y en el que han participado profesionales de Hellín, Socovos y Tarazona de la Mancha.
Más allá de la semana de conmemoración, los archivos están aquí durante todo el año para facilitar al ciudadano esa llave que le conecte con su propio pasado, aunque a veces parezca tan ilegible y lejano. Desde estas líneas, recomendamos visitar los archivos, participar de sus actividades y disfrutar de las exposiciones como las aquí reseñadas. Por deleite, contra la amnesia y por una sana memoria histórica.