El Festival 'Tablas de Daimiel' homenajeó a Joaquín Díaz

“De la vieja fuente yo bebo”, escribió el gran poeta vasco Joxean Artzek. “Bebo el agua nueva, el agua que siempre es nueva, de la fuente que siempre es vieja”. Y así fue una vez más ayer en el Teatro Ayala de Daimiel. Se homenajeaba a Joaquín Díaz, pero se celebraba el agua fresca que es siempre la tradición, el agua fresca de esta vieja fuente que gentes como Joaquín Díaz ayudó a mantener limpia y desbrozada para que siguiera manando el agua fresca. 

Junto a él, sobre el escenario del Festival Folk 'Tablas de Daimiel' se reunieron medio centenar de músicos para celebrar la frescura de esta fuente que sigue manando y llenando de vida la creatividad contemporánea. Nombres como los de Aljibe, Arrabal, Sandalio Morales, La Camerata Cervantina, Vigüela, Jaraíz o el Nuevo Mester de Juglaría, se reunieron sobre las tablas de esta cincuenta y dos edición del festival para que pudiéramos comprobar una vez más que la fuente sigue manando agua nueva, fresca y abundante para regar las mentes y las partituras de quienes, a pesar de no conocer quien la cuidó durante estos últimos cincuenta años, podamos seguir bebiendo de este agua que viene de nuestras raíces. 

Los grupos que se subieron ayer al escenario llevan en su mayoría más de cinco décadas sobre las tablas, algunos de ellos como Sandalio Morales incluso estuvo aquí ese dos de septiembre de 1973 en que nació este festival, entre los más longevos de todo el país. Esta generación de músicos se apoyó al mismo tiempo en Joaquín Díaz y en Bob Dylan, con el Nuevo Mester como “apóstoles” de esta nueva manera de mirar la tradición, recorrió todos los territorios, todos los pueblos, todas las aulas universitarias, todos los rincones. 

A Daimiel, reunidos por la llamada de Joaquín Díaz y del Nuevo Mester, acudieron desde Ciudad Real (Sandalio Morales), desde Yepes (Aljibe), desde El Carpio de Tajo (Vigüela), desde Alcázar de San Juan (La Camerata Cervantina), desde Mora (Jaraíz) o desde Daimiel (Arrabal) a esta celebración de la vida y de la tierra. Que tantas agrupaciones, y otras muchas, sigan activas en Castilla-La Mancha después de cincuenta años sirve de muestra de la fortaleza de estas raíces. 

Hoy son sus nietos los que copan los carteles, los escenarios y los festivales con muchas miradas diversas a la tradición que van desde la recreación purista hasta el folk electrónico. Todos beben de lo construido por esta generación de músicos que fue la última que tuvo la oportunidad de nacer un mundo que vieron que vieron desaparecer entre sus manos y cuyo testimonio quisieron conservar en sus voces. Sin su trabajo, hoy habríamos perdido gran parte de nuestra memoria colectiva. 

Fueron dos horas de concierto que comenzaron con la voz del festival desde su primera edición, Manuel López Francia, que comenzó su trayectoria en Ser Ciudad Real en 1966, que pertenece a esa generación de locutores de voces eternas que narraron gran parte de nuestros recuerdos. Lourdes Espinosa compartió con el mítico locutor las tareas de presentación de la gala. 

Rompió el hielo La Camerata Cervantina, que puso el tono a lo que sería una noche única, en la que la gran mayoría de piezas interpretadas sobre el Ayala fueron versiones de trabajos de Joaquín Díaz. Todo un festín de diversidad partiendo de una misma fuente. La noche comenzó con una versión de 'Las Seguidillas del Laurel“ que también interpretaron, además del propio Joaquín Díaz, Agapito Marazuela y Eliseo Parra. 

Tras la Camerata fue el turno de Sandalio Morales, que comenzó su intervención como la realizó en 1973, interpretando 'En el frente de Gandesa' grabada por Joaquín Díaz en 1968 y que se ha convertido en su versión 'Si me quieres escribir' en un himno de la música tradicional española. De hecho, el año pasado, en este mismo escenario, la Ronda de Motilleja se despidió del festival con su propia versión de este tema. Sandalio Morales, con guitarra y en solitario, representó la versión más pura de ese cruce de caminos que se dio durante los setenta entre la figura del cantautor y la recuperación de músicas tradicionales. 

Las intervenciones musicales, como en todo buen homenaje que se precie, estuvieron trufadas de otras intervenciones, presenciales o en vídeo. Presentes en el acto, además del alcalde de Daimiel, estuvo también David Muñoz López, autor del blog Cancionero de Romances, dedicado a Joaquín Díaz, el director del Museo Etnográfico “El Caserón” (San Sebastián de los Reyes, Madrid) o, en la pantalla, Vanesa Muela, Carrión, Las Colmenas, Alquitara, Martirio, Karmento o Rozalén. 

Muchos participantes sobre el escenario, que respetaron los tiempos escrupulosamente, lo que hizo que el acto fluyera, y que durante las dos horas, se mantuviera el ritmo con rápidos cambios en el “rider” de cada grupo sobre el escenario que participaban con dos temas cada uno de ellos. 

El siguiente sobre el escenario del Ayala fue Aljibe desde Yepes, que se decantó por el repertorio de música sefardí recuperado por el maestro Joaqúin Díaz. En concreto con una versión propia de 'Abridme galanica' que apareció ya en el álbum 'Mi primer concierto', publicado por Joaquín Díaz en 1968. Aljibe nació en 1985, pero anteriormente algunos de sus componentes habían participado en proyectos musicales como Fundados en 1985, pero que antes habían participado en proyectos como Azada, Nueva Castilla o Tierra Húmeda. 

Ya en el ecuador de la gala, fue el turno de Vigüela, uno de los grupos diferenciales de la tradición más clara y que en la actualidad podríamos considerar de referencia en la música de raíz. Baste recuperar su último trabajo 'A la manera artesana' (2022) o el recentísimo 'We' (2024), elegido mejor disco por el panel de especialistas LIMUR. Entre las piezas elegidas estuvo 'El romance Blancaflor y Filomena' en una maravillosa interpretación en trío que ahondaba en lo más profundo de la tradición. 

Encarando la recta final fue el turno de Jaraíz y de Arrabal, dos grupos de Mora y Daimiel respectivamente, nacidos a mediados de la década de los setenta y claramente influenciados tanto por Joaquín Díaz, como por El Nuevo Mester. Casi cinco décadas sobre los escenarios que dan buena cuenta de lo fructífero de este árbol. Si Jaraíz se decantó por 'La Serrana de la Vera', mito casi fundacional de la cultura peninsular, musicado y publicado por Joaquín Díaz en 1978 a partir de un romance de tradición oral, el grupo daimieleño 'Arrabal' se decantó por la mítica 'Esta noche ha llovido' que forma parte habitual del repertorio de formaciones contemporáneas como Entavía o Zarzamora, o incluso de Nando Agüeros. 

Y para la traca final, El Nuevo Mester. Joaquín Díaz en primera fila y frente a él, Llanos Montreal, Fernando Ortiz, Rafael San Frutos, Francisco García, Luis Martín y Jesús Martín. Un momento para el recuerdo. Memoria colectiva de un país. El 'Romance del Quintado' y como no podía ser de otra manera para poner el punto final a la gala, el 'Romance Del Conde Olinos' que grabaron junto a Joaquín Díaz en aquel inolvidable 'Todos En Un Cantar' de 1996. 

Tras la preceptiva placa, las palabras de la viceconsejera de Cultura del Gobierno regional, Carmen Teresa Olmedo, y las breves, pero sustanciosas palabras del propio Joaquín Díaz, se levantó el telón del Ayala para descubrir a todos los músicos participantes en el escenario para dedicar al maestro una versión adaptada de la jota de 'La Melitona', y para poner la guinda 'A la Mancha Manchega' dedicada a toda la organización de la Asociación Folklórica Virgen de las Cruces de Daimiel por la organización de este homenaje en el Festival 'Tablas de Daimiel' que ha sido un verdadero regalo para los sentidos.