Varios investigadores intentan confirmar que en Ciudad Real vivieron homínidos arcaicos similares a los de Atapuerca

Carmen Bachiller

12 de mayo de 2024 20:05 h

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La intervención en el yacimiento arqueológico, paleontológico y paleoantropológico de Ruidera-Los Villares, en la provincia de Ciudad Real arroja un resultado, a priori, sorprendente.

Los restos óseos encontrados, algunos de ellos humanos, pertenecerían a los habitantes del lugar hace entre 300.000 y 400.000 años, en el Pleistoceno Medio. “De confirmase tendríamos un yacimiento único y excepcional de homínidos arcaicos que sólo tendría comparación con otros yacimientos como Atapuerca”, explica Daniel García Martínez, de la Unidad de Antropología Física en la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid.

Dirige el proyecto bautizado como ‘Primeros Pobladores del Alto Guadiana’ en el que también participan Carlos A. Palancar, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN - CSIC), Francesc Gascó Lluna, de la Universidad Isabel I y por Sara Díaz Pérez, del Institute of Archaeology de la Universidad de WrocÅ‚aw, en Polonia.

Este profesor había trabajado antes en el yacimiento de 'La Cueva de los Toriles' en Carrizosa. En 2018 el equipo recibió algunos de los restos asociados al yacimiento Ruidera-Los Villares. “Los analizamos mediante la datación de series de uranio”, detalla. Habían probado antes con el Carbono 14 pero sin éxito. “Estaba fuera del rango porque solo sirve para dataciones de hasta 50.000 años atrás. Los restos resultaron ser más antiguos. Eran de hace entre 300.000 y 400.000 años”.

Fue entonces cuando se notificó a la Junta de Castilla-La Mancha no solo su existencia, sino la cronología preliminar asociada al hallazgo. “Entre los restos estaban los de una cabra. Un tar que hoy tenemos en el Himalaya pero durante el Pleistoceno Medio podíamos encontrar en la península ibérica. Apreciamos signos de que había sido comida por los humanos”.

En agosto de 2023 iniciaron la primera prospección en la que lograron recuperar más de 1.400 restos. Entre ellos apareció el fragmento de un cráneo. “Sin ninguna duda es humano y por suerte hemos podido datar también el sedimento que tenía pegado. Queríamos ser muy cautos, pero la edad es coherente con esos 300.000 o 400.000 años atrás. El humano y las cabras parecen ser de la misma edad. Todo el conjunto que encontramos es bastante homogéneo”.

Estas piezas están siendo estudiadas para situarlas en una época y especie concreta, pero los científicos lo tienen claro. “Un análisis preliminar de estos restos humanos nos ha permitido argumentar que no estamos ante la presencia de humanos modernos, sino ante una especie más arcaica”, dice el informe al que ha tenido acceso elDiarioclm.es

Daniel García es un colaborador habitual en el yacimiento de Atapuerca. “Lo conocemos bien. Tanto la Sima de los Huesos como otra parte llamada 'Galería' tienen unos 400.000 años. El yacimiento de Ciudad Real sólo es comparable a Atapuerca”.

Los investigadores creen que el descubrimiento vendría a llenar “un vacío histórico en relación con la presencia humana”, tanto en la zona como en la península ibérica porque su cronología se remontaría a la época en la que los pre-neandertales habitaban en la Meseta Norte. “Queremos saber si los que hemos encontrado lo son también. O si incluso estamos hablando de restos con morfología más arcaica que los de la Sima de los Huesos”.

Daniel García apunta que “probablemente podría englobarse dentro de la especie Homo heidelbergensis. Tiene más pinta de homínido arcaico que de neandertal. Hablamos de un periodo que no es tan conocido porque es más escaso en restos”, explica este investigador que recuerda la tesis de José María Bermúdez de Castro, uno de los responsables de la Fundación Atapuerca: “Cree que convivieron formas neandertales con otras más arcaicas”.

“El Homo heidelbergensis fue una especie de transición, el heredero de Homo erectus que sale de África, llega a Europa y se diversifica. Es posible que en la parte sur de la península ibérica, en el Mediterráneo, las formas de Homo heidelbergensis fueran todavía un poco arcaicas”.

Ya han iniciado una segunda campaña de excavación en el yacimiento. Será breve porque durará unos 15 días, pero ya han encontrado nuevos restos humanos. “Hemos encontrado dientes y de cráneo. El primer día, con las tareas de organización y limpieza ya apareció un diente de gran tamaño”.

Sea lo que sea, creen que los hallazgos en este yacimiento “constituyen un punto de inflexión en el patrimonio de Castilla La Mancha y de la península ibérica”, tanto por la cantidad de fósiles recuperados, como por su ubicación.

Los restos óseos faunísticos encontrados proporcionan también una amplia visión acerca de la “potencia” del yacimiento por la cantidad y diversidad de especies que poblaron la zona de Ruidera y la Meseta Sur a finales del Pleistoceno Medio. También permite estudiar su relación con otros yacimientos de la península ibérica.

Durante los trabajos afloraron también restos de industria lítica antigua realizada en cuarcita. En total hay 55 piezas que han sido revisadas e inventariadas. Es la materia prima predominante también en otros yacimientos paleolíticos de Castilla-La Mancha como El Sotillo o Albalá (Ciudad Real), así que se cree que las poblaciones de la época tenían predilección por la cuarcita para crear sus herramientas, frente a otras como el sílex. “No sabemos por qué”.

El origen del yacimiento

Fue a principios de los años sesenta del siglo XX cuando empezaron a construirse los primeros chalets en el municipio de Ruidera (Ciudad Real) en los terrenos aledaños a la cabecera de la laguna del Rey. Durante los trabajos aparecieron restos arqueológicos que después se identificarían como romanos. 

En aquellas mismas fechas se planificó también la urbanización ‘Los Villares’ con vistas a las lagunas La Colgada y del Rey. Cuentan los investigadores que, según el testimonio oral del capataz de la obra Juan Capdevila, “salían cascotes y cosas raras, pero como nadie sabía lo que era aquello, se quedaban por los terraplenes de los carreterines”.

Es posible que la parte superior de la cueva se erosionase y que lo que estamos excavando ahora sea el interior de una de esas cuevas, pero en superficie

Por fortuna, algunos de esos restos se conservaron. “El guarda de la finca, Antonio Ruiz, dio a conocer la existencia de huesos en el lugar a un profesor de la Universidad de la Complutense allá por 2008, aunque aquello quedase olvidado hasta 2018. Fue entonces cuando nuestro equipo entró en juego”, explica Daniel García.

Ahora, y a partir de los datos recogidos en el yacimiento, la hipótesis inicial apunta a que ese lugar de Ciudad Real fue un abrigo rocoso en el que encontraron refugio los homínidos. “Creemos que formaba parte de un sistema de cuevas”, explica, que o bien fue arrasado o bien colapsó tras haberse formado durante el Pleistoceno. Era justo en el momento en el que el río Ruidera tenía una cota similar a la del yacimiento. “Es posible que la parte superior de la cueva se erosionase y que lo que estamos excavando ahora sea el interior de una de esas cuevas, pero en superficie”.

Ya en el siglo XX, con las obras en el lugar, se generó una zona de escombros de material Pleistoceno con abundantes fósiles que ofrecen ya algunas respuestas para este equipo multidisciplinar compuesto por arqueólogos, paleontólogos, geólogos, geofísicos, paleoantropólogos, químicos...

Estudian desde las características de estos homínidos hasta su dieta, pero también se interesan por la fauna del momento e incluso en qué ambiente vivían. “Creemos que no se trata de un periodo de glaciación, sino interglaciar”, explica, para referirse a un periodo más atemperado entre dos glaciaciones. “Los sabemos porque no ha aparecido fauna de zona fría como mamuts o rinocerontes lanudos, pero sí cabras, leopardos o leones... Lo poco que sabemos del polen fósil, otra de las vías de estudio, es que el clima sería mediterráneo pero más árido de lo que tenemos actualmente”.

Los investigadores esperan poder continuar con la investigación. “Es crucial generar conciencia sobre la importancia de este yacimiento arqueo-paleontológico y los desafíos a los que nos enfrentamos debido a la falta de financiación”.

Buscan apoyo para seguir y ya han anunciado, lo hacen en el propio informe, su intención de pedir permiso de excavación y de estudio del material “hasta que el yacimiento sea excavado por completo” porque esta investigación “puede suponer un avance para el conocimiento de la evolución humana en la península ibérica, en Europa y en el mundo, pero también puede ser un activo en la zona de las lagunas de Ruidera con un turismo más masificado. Atapuerca ha demostrado que hay mucho interés por otro tipo de turismo, el cultural”.