Irene Pardo corta la cinta del Festival de Teatro Clásico de Almagro: “Estamos escribiendo la tradición del futuro”
La directora del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, Irene Pardo, ha dado el pistoletazo de salida a la cita desde el Corral de Comedias mirando a los asistentes, “personas que han trabajado muchísimo y han aportado ideas”, también los vecinos, que han volcado su “ilusión” por la cita estival.
Tras agradecer al Patronato por su “confianza y actitud positiva” en un momento de “expansión y crecimiento del festival”, ha avanzado su “voluntad de explorar raíces y orígenes”.
“Heredamos una cultura que debemos resignificar. Hoy estamos escribiendo la tradición del futuro, y es una responsabilidad enorme”, ha señalado.
La programación de este año “recoge todo el talento creativo en torno al Siglo de Oro, pero también refleja una admiración por lo que sucedía en esos siglos fuera del país”.
Empiezan hoy 24 días de “anáfora, quiasmo, oxímoron” que serán “símbolo de modernidad gracias a las representaciones de medio centenar de compañías” con teatro, danza, incluso flamenco.
En su relato de la historia almagreña ha citado a las encajeras locales y a sus “miles de historias” que se cruzan en un festival “único”.
En una “era digital de algoritmos que retroalimenta de lo que nos gusta”, todo el que viene a Almagro viene a “estimular sentimientos y a agitar conciencia, practicando la irrenunciable libertad de creación”. “Qué apasionante la de vivir con curiosidad”.
Ha atacado la “ridícula idea” de la “inexistencia de las mujeres” en la cultura del Siglo de Oro, destacando también su importancia.
“Cada alma tiene sus deseos, sus capacidades, y por eso nos esforzamos por ser un festival que permita a todos vivirlo a su manera. El teatro es el ritual de la escucha, el momento en el que prestamos lo más valioso, nuestro tiempo y la atención”, ha señalado.
Para Urtasun este festival es “la casa del milagro”
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, se ha estrenado en esta cita, “una de las más representativas de la cultura española en nuestros días”, un certamen “acompasado con la democracia” en los últimos 47 años. En pocos eventos, ha dicho, “es tan sólida” la relación de los actores con su público. “Nunca salimos de un clásico como entramos. Algo siempre nos provee de una nueva mirada”.
Un teatro clásico que es además “una medida del universo” que en Almagro representa “la casa del milagro” que se repite verano a verano en La Mancha, que goza de “universalidad” en materia cultural. Otra singularidad, “todo lo colectivo y plural del festival, viendo cómo se genera bienestar y diálogo con lo que pasa en nuestras vidas”.
“Habéis sacado el teatro a la calle y la implicación del público es de destacar. Es una poderosa aleación con teatro, danza y ópera”, ha dicho antes de invitar a consultar la programación.
En su opinión, una cultura se sostiene “en sus artistas”, poniendo como ejemplo al referente que representa 'El Brujo'. “Nos ha llevado de la mano al teatro clásico y ha sido fiel durante 30 años en la cita almagreña”.
“La cultura es una argamasa social”
Por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha, ha tomado la palabra el vicepresidente segundo, José Manuel Caballero ha apelado a “la parte más humana” que representa el teatro ante un mundo que “está desorganizado, de desastre en desastre”.
En un escenario de “tristes noticias y sobrecogedoras imágenes” como “el goteo de muertes por violencia machista, negada y amparada por algunos”, ha defendido la actividad cultural, que “propicia el entendimiento y favorece la integración”.
“La cultura es una argamasa que puede sujetar la democracia. El teatro no va a salvar el mundo, pero despertará conciencias y nos ayudará a construir un mundo más habitable”, ha afirmado.
El presidente de la Diputación de Ciudad Real, Miguel Ángel Valverde, ha participado para poner de relieve la importancia para toda la región de este festival, “la puerta de entrada durante el mes de julio a la provincia”. “La cultura es un privilegio, no es un capricho, y Almagro es claro ejemplo de ello”, decía.
Por su parte, el alcalde de la ciudad, Francisco Javier Núñez, ha participado en el acto para saludar al premiado, y para aplaudir el “gran trabajo” de todo el equipo de la directora, Irene Pardo. El aumento del público ha sido uno de los datos que ha querido reivindicar, extremo por el que ha dado las gracias a toda la organización.
“Una vez más el tiempo se para y los escenarios se estremecen”, ha apuntado para asegurar que el festival es “el evento cultural más importante de Castilla-La Mancha, gracias al nivel artístico”.
Mérida, presente y reivindicativo por la paz en Palestina
La cita almagreña comparte calendario con el Festival de Mérida, y su director, Jesús Cimarro, también ha tenido protagonismo, y desde la tribuna de oradores, y dirigiéndose a 'El Brujo', le ha dicho antes de recoger el premio que ha tenido que romper todo lo escrito en su discurso para citar 'El Lazarillo de Tormes', estrenado en este mismo escenario. Un espectáculo que fue “el antes y el después” en la vida de 'El Brujo'.
Ha ironizado sobre la ristra de autoridades políticas que han alabado su trabajo para rememorar cuándo en el 92, tras los tratados de paz entre Israel y Palestina, fueron a interpretar al Lazarillo sobre el terreno.
“Qué bien que por fin se produce la paz”, ha rememorado, para continuar: “Quién nos iba a decir que 32 años después iba a estar ocurriendo esta barbarie. Pido a los que manejan los hilos para que se pare esa barbarie”.
El Festival salda su deuda con 'El Brujo'
El Festival de Teatro Clásico de Almagro ha saldado su simbólica deuda con el actor Rafael Álvarez 'El Brujo' al entregarle el Premio Corral de Comedias, galardón que ha recibido ante un público al que ha conseguido arrancar los abanicos con los que combatían los 32 grados de la noche tropical almagreña y al que ha apelado por potenciar la “ley del amor” como una fuerza universal que consiga vencer “la ley de la destrucción”.
'El Brujo', desnudo de micrófono y amparándose en “la acústica” del Corral, ha reivindicado al recoger el premio que “la vida persiste en medio de la destrucción”; para lo cual se hace necesaria “una ley superior” a esa destrucción.
Una legislación que debe de ser “la ley de la vida”, y la ley de la vida, “es la ley del amor”. “Si tienes que pelear, tienes que pelear. Tienes que librar la batalla. Pero si convences desde el amor, habrás obtenido la más contundente victoria sobre la destrucción”, ha dicho parafraseando a Ghandi.
“Debemos vivir con la conciencia de que formamos parte de algo más grande que nosotros mismos, y ese es el único camino hacia la paz”, ha dicho recordando las palabras del maestro de Ghandi.
Tras todo ello, hablando de teatro, lo ha circunscrito a “una ciencia, una técnica que indaga en la naturaleza de la vida”, y además, “la celebra”. Mientras el físico o el biólogo no lo hacen, “el actor, lo baila”.
“El pollo” que montó en Almagro
Repasando su trayectoria se ha retrotraído al “pollo” que montó en Almagro en cierta ocasión que “tocó furia”; ha recordado también “el sarcasmo, la ironía o el juego” con las autoridades políticas; incluso ha habido “momentos para exabrupto”, porque “hay momentos para todos”.
“La libertad de expresión permite el ejercicio de todas esas cosas, pero qué maravilla poder utilizarla para expresar agradecimiento, con la que está cayendo, con lo que algunos entienden por libertad de expresión”, ha abundado.
Volviendo a Almagro pero años atrás, ha rememorado cómo la Royal Shakespeare acudió a las tablas del Corral y, admirándolo, “se hincaron de rodillas” para percibir su esencia.
En su alocución ha querido recordar a sus maestros y ha repasado anécdotas de escenarios, de ratones sobre las tablas y de ministros recibiendo ovaciones.
Ha hablado de Marsillach, “otro maestro, que venía con el Corral lleno para verme en el Lazarillo”. “Tienes una cosa muy buena, como yo y como Nuria”, le dijo el maestro. “Y es que hablas raro, por eso triunfas. En este país, el actor que habla normal, a la Diputación”, bromeaba mirando a las autoridades presentes en el público.
Con su esposa presente, ha recodado cómo llegó a su vida cuando él penaba “en una cueva oscura” como dijo Alberti de María Teresa León.
Ha pedido a los actores que se adentren en los clásicos pero que lo hagan para “sacarle todo el jugo”. “Todos los que trabajamos en la cultura, hagámoslo para hacerla un instrurmento terapéutico que irradie como el sol a toda la vida. Y esa será nuestra victoria sobre la puñetera ley de la destrucción, ha rematado antes de poner en pie al Corral.
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