ENTREVISTA

Malena Alterio, la nueva 'taxi-driver' del cine español: “Las actrices hemos dejado de ser las consortes”

Malena Alterio no para ni, de momento, quiere parar. Esta actriz de cine, teatro y televisión está encantada con el todoterreno en el que lleva montada casi 25 años compaginando todas las facetas que se le ponen a tiro. Su vis cómica, patentada en la serie ‘Aquí no hay quien viva’ y que la catapultó a la fama, no fue una etiqueta de por vida, ya que ha sabido moldear su carrera con otros roles dramáticos que también han engordado su prestigio y reconocimiento, sobre todo entre el público.

Después de papeles protagonistas dramáticos tan conmovedores como el de ‘Una palabra tuya’, esta actriz, de la saga de los Alterio, argentinos afincados en España, está en plena promoción de otro papel con vocación de trascendencia: la luchadora Lucía en la película ‘Que nadie duerma’. Un drama-thriller híbrido donde todo está lleno de sorpresas y que Malena Alterio carga sobre sus hombros de principio a fin.

Inspirada en la novela homónima de Juan José Millás, esta película de Antonio Méndez Esparza, que también cuenta con Aitana Sánchez-Gijón y José Luis Torrijo, se preestrena este martes, 7 de noviembre, en el Festival del Cine y la Palabra (CiBRA) de Toledo y Malena Alterio habla con elDiarioclm.es sobre el enorme “empoderamiento” de su personaje y la “cebolla con muchas capas” que esconde su nuevo trabajo.  

La película se estrenó en la Seminci y ahora comienza a rodar por festivales. Me cuentan que está usted entregadísima con la promoción.

Sí, estamos totalmente inmersos en presentar la película por toda España. Yo estoy contenta, expectante y emocionada. Porque es una película que siento que está sorprendiendo, es diferente, una propuesta inquietante y creo que así llega al espectador. Tengo una devolución muy positiva de la gente que la ha visto y es muy sorprendente en relación al trabajo que vengo realizando.   

Está inspirada (no adaptada) en la novela homónima de Juan José Millás. ¿Cómo surgió el proyecto?

Es una inspiración, eso es, porque los espectadores que hayan leído la novela van a comprobar que hay muchas cosas diferentes. El guion es una versión muy libre de Antonio Méndez Esparza (también el director). El productor Pedro Hernández, que es magnífico y al que admiro profundamente porque se arriesga con lo incierto y lo creativo, se le ocurrió, junto con el director, que yo podía ser la protagonista de esta historia. Me lo preguntaron, yo corrí rápidamente a leer el libro de Millás y dije que sí pero muy expectante porque la historia es compleja de llevar al cine.

Pero se lanzó…

Me lancé, claro, aun así, porque sentí que los pilares que me sostenían eran muy potentes y que tenía toda la confianza.   

¿Qué podemos contar del argumento?

Es la historia de Lucía, una mujer que hasta la fecha ha cumplido con todos los mandatos que se le presuponen a una chica de su edad. Ha estudiado carrera, tiene su trabajo, cuida de su padre y hasta ahí todo normal. Pero la vida da revolcones y Lucía se queda sin trabajo. Lejos de rendirse, ella decide tomar las riendas de su vida y ser ella la propia autora de su historia. Se compra una licencia de taxi… y ahí empiezan a pasar cosas, cosas y cosas (risas).

¿Una ‘taxi-driver’ en el cine español?

¡Eso hemos hecho, salvando las distancias! Pasamos de Nueva York al barrio madrileño de Usera, donde en los últimos años se ha formado una comunidad china muy importante y acompaña a la historia que contamos. Y a su vez se mezcla con algo que tiene que ver con ‘Turandot’ (ópera de Giacomo Puccini). ¡No puedo adelantar más! Hay muchos temas en esta película y no sé cómo me las voy a ingeniar para explicar todo, porque que es una gran cebolla llena de capas.    

Sí hemos visto que hay amor, hay venganza, hay intriga. ¿Entonces estamos hablando de géneros híbridos?

Desde luego. Es una película que va a sorprender. Que requiere de la paciencia del espectador al principio pero si tomas de la mano al personaje y viajas con ella, no va a dejar a nadie indiferente debido a que genera inquietud. Yo creo que es una de las películas más especiales en las que he participado.

¿Por algún elemento en especial?

Pues por ejemplo, porque se mezclan la realidad y la ficción. No es un documental, pero hay un montón de personajes que aparecen en la historia que no son actores. Además del placer inmenso de trabajar con Aitana Sánchez-Gijón, con Manuel de Blas o José Luis Torrijos, el resto de participantes son un taxista de verdad, una profesora de canto de verdad, un abogado de verdad, y toda esta mezcla hace que sea una propuesta muy chula.

Vuelve usted de nuevo a interpretar un papel protagonista...

¡Soy la prota total! Estoy de principio a fin y además de una manera muy intensa porque la forma de rodar de Antonio ha sido muy exigente, pero porque tiene un don muy rico y muy interesante. Todo el trabajo ha valido la pena.  

La heroicidad es tirar para adelante porque no queda otra

Por lo que me ha contado del argumento, ¿también hay un gran empoderamiento femenino?

Claro. Lucía, lejos de quedarse arrinconada, se yergue y toma las riendas de su vida. A mí me encanta ese personaje, me encanta que pese a todo y con todo, con una vida a veces dura, triste y solitaria, construye su historia para poder seguir viviendo. Ella tira para adelante.

¿Considera que es la historia de muchas mujeres empoderadas, incluso de heroínas?

Bueno, la etiqueta ‘heroína’ suena muy extraordinaria, pero sí, si entendemos que la heroicidad es tirar para adelante porque no queda otra, sí. A mí, personalmente, siempre me han gustado las historias que hablan de nosotras, con las que me siento más empática y más reconocida y me atraviesan más que otro tipo de historias. Creo que este personaje que me ha tocado en suerte con el que empatizas bastante y justificar cosas a lo mejor injustificables.

Con ello el cine español sigue alumbrando papeles femeninos muy fuertes y contundentes, ¿no cree?

Afortunadamente estos años ha habido una cosecha femenina fantástica, con nuevas directoras, nuevos personajes. Hemos dado un paso adelante y las actrices ya hemos dejado de ser las consortes, ya no solamente somos las que sostienen las historias de los hombres, sino que somos las protagonistas de nuestras historias. Y eso está muy bien.

La popularidad le llegó por la televisión, pero también ha hecho cine y teatro. ¿Es necesario cambiar?

Precisamente yo he hecho de todo porque me gusta cambiar. El teatro a veces es duro porque tienes que estar ahí presente todo el rato y fuera de tu casa, pero la energía que se genera en el directo no es comparable con nada. La tele también es muy rico porque vas construyendo los personajes. Y el cine es el encanto, las luces y la inmensidad que todo lo hace más grande. Pero lo que me gusta es poder ir cambiando y me siento afortunada en eso, porque gracias a que he podido tocar varios palos, siempre he estado trabajando.  

¿Con tanto trabajo queda alguna asignatura pendiente?

Huy, muchísimas, pero sabría decir ninguna en concreto (Risas). Tampoco soy una mujer muy ambiciosa. Me siento muy satisfecha con lo que he recibido. Lo he podido gestionar todo bien. Igual si me dan esta película hace 20 años, no la puedo defender. Todo ha sido tranquilo y constante. Ha ido apareciendo en el momento en el que yo sabía que podía sostenerlo. Que tampoco soy tan lanzada ni kamikaze. Siempre he sido precavida y cautelosa.

Pero seguro que ya está usted trabajando en otros proyectos…

Precisamente acabo de terminar un proyecto muy divertido y muy bizarro con el director canario afincado en Sevilla David Sainz. Se llama ‘En fin’ y es para Amazon Prime. Justo acabo de terminar y, cuando termine de presentar ‘Que nadie duerma’, empezaré los ensayos para otro proyecto de teatro, con el dramaturgo argentino Daniel Veronese y junto al actor David Lorente.

Es decir, a tope de intensidad, como decíamos al principio…

Sí, sí, espero que la salud y la energía me acompañen, que tengo mucha plancha.

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