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Un milenio bajo el suelo: una excavación en Toledo saca a la luz una gran fuente ornamental islámica

La regeneración urbana que comenzó hace dos años en el Corral de Don Diego está posibilitando el estudio y redescubrimiento de esta zona del Casco Histórico de Toledo que se supone que en su día formó parte de la alcaicería islámica y que funcionó como mercado al por mayor de productos de artesanía como la seda.

El espacio que se ubica frente a la entrada del Salón Rico, que ha estado abandonado durante las últimas décadas, está siendo objeto de una excavación en área que precisamente el Consorcio de Toledo está dando esta semana a conocer a la ciudadanía a través de visitas guiadas de la mano de los dos arqueólogos que están trabajando en ella.

Dicha excavación ha servido para entender la configuración que pudo tener este patio en la época del palacio de los García de Toledo y la evolución posterior que sufrió este espacio, en el que confluyen “distintas canalizaciones y reformas posteriores”, tal y como destacan los arqueólogos Santiago Moreno y Julio Sánchez.

Durante estos trabajos, el subsuelo de la plaza, que se convertirá en un nuevo espacio público y un gran eje de comunicación en el centro neurálgico de la ciudad a partir del próximo mes de octubre, ha sacado a la luz distintos elementos como una fuente ornamental o alberca -con dimensiones idénticas al pórtico del Salón Rico- o un “gran muro islámico” que podría datar del siglo X o XI.

Destaca también un tramo de suelo hallado con pavimento de espiguilla, “en una zona más amplia” a la que esperaban y que “sí que parece que es de esa fase del momento del palacio bajomedieval -en torno al siglo XIII-”, o unos parterres con vegetación, sobre los que se está haciendo un estudio para conocer las especies que albergó el espacio en el pasado.

“El espacio es muy interesante y tiene mucha potencialidad. Hay un muro que parece islámico, muy anterior al patio, que es bastante grueso y que debería sostener un edificio bastante alto”, destaca Moreno, que apunta que “es posible que ni se terminara de hacer” pues entre la conquista de Toledo y el siglo XIII se produjeron “muchas reformas” en esta zona.

Estudio de la evolución del espacio

“En otras ciudades conquistadas andalusíes, la estructura islámica se mantiene más tiempo, pero en esta zona del Casco parece que hubo muchas modificaciones. Hubo mucha actividad inmediatamente después de la conquista. La conformación de todas estas 'Casas de la Gallinería' que conforman esta manzana señorial fue muy rápido... estamos viendo cómo enganchamos esas fases y cómo evoluciona el espacio”, indica el arqueólogo.

Y es que, tras las tareas propias de excavación, la labor que están desarrollando ahora se centra en la estratigrafía para determinar las fases y la secuencia de la evolución del espacio a partir de los sondeos arqueológicos que están llevando a cabo. “La mayor parte de lo que se ve es un caos de canalizaciones de agua que tienen pinta de ser muy recientes, de los siglos XIX o XX, lo que ha dificultado acceder a esas fases medievales más atractivas”, explica por su parte Sánchez.

No obstante, pese a la excavación que han podido llevar a cabo y el estudio que están haciendo la zona, los arqueólogos afirman que lo que se ve ahora en área es “solamente el último momento de uso” que tuvo este espacio. “Queda muchísimo por hacer y lógicamente tampoco podemos alcanzar un objetivo más amplio, pero por lo menos tocamos un poco la secuencia” de este patio, subrayan.

Apuntan también que la conservación del espacio “no es excelente para ser musealizada”, aunque es un tema que valorará el propio Consorcio de Toledo. “Pase lo que pase, con la musealización de la alberca o lo que sea, va a quedar una buena documentación que estará a disposición”, explican sobre el estudio que arroja un poco más de luz de la cantidad de historia que tiene la ciudad de Toledo.