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El director del Instituto Franklin: “Biden no levanta pasiones, pero muchos le apoyarían para no votar a Trump porque da miedo”

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Que las elecciones presidenciales de Estados Unidos que se celebrarán a finales de este año son toda una incógnita no se le escapa a nadie. Tampoco su relevancia y hasta sus peculiaridades con dos posibles candidatos, el binomio Biden-Trump, mayores y polémicos por distintas razones.

Hablamos con José Antonio Gurpegui, catedrático de Estudios Norteamericanos y director del Instituto Franklin de la Universidad de Alcalá (UAH). Fue fundado en 1987 y es el único instituto universitario de investigación sobre Norteamérica que existe en España.

Su actividad se centra en la investigación y la enseñanza de posgrado relacionada con los estudios norteamericanos y la educación bilingüe a través de proyectos, becas y ayudas a la investigación, y su difusión en publicaciones propias y eventos de carácter científico.

En una entrevista, Gurpegui analiza para el espacio divulgativo ‘De Ciencia’ que publica elDiarioclm.es, el todavía largo camino hacia las elecciones presidenciales de Estados Unidos que se celebrarán en noviembre. Quedan muchos meses y muchas incógnitas, nos dice. Quizá también algunas sorpresas.

 

¿Cómo definiría las elecciones presidenciales que se celebrarán en noviembre? No sé si tiene la sensación de que son tan interesantes como preocupantes.

Es una buena definición. Siempre son interesantes per se. ¿Preocupantes? No necesariamente, aunque este año sí. Sobre todo, con un candidato tan imprevisible como Donald Trump. Algunas de sus últimas declaraciones restando importancia a que Rusia pueda atacar a un país de la OTAN son ciertamente preocupantes, sobre todo en lo que interesa a Europa.

Camino de estos nuevos comicios, ¿cuáles son las diferencias con las de hace cuatro años? Todo indica que los protagonistas van a ser los mismos.

Es cierto que Biden y Trump son los candidatos con mayores posibilidades, pero en este momento no me atrevería a asegurarlo al cien por cien. Ni de un lado, ni de otro.

En el caso de los republicanos, después del Supermartes del 4 de marzo el panorama será bastante más claro. Todo indica que será Donald Trump.

En cuanto a los demócratas, y pese a que todo apunta a Joe Biden como su candidato, también hay espacio para la sorpresa.

Biden es un demócrata de 81 años al que la Fiscalía acaba de describir como un “anciano con mala memoria”, cuestionando su salud mental y llegando a sugerir que no es apto para dirigir el país. ¿Eso en unas elecciones como las americanas, puede tener consecuencias?

Eximirle por haber retirado documentos oficiales de la Casa Blanca cuando era vicepresidente debía haber sido una buena noticia para él. Pero ha resultado ser un auténtico caramelo envenado. Y después, una rueda de prensa confundiendo al presidente egipcio con el de Méjico… Todavía peor. La imagen de senectud que refleja Biden resulta preocupante y desde luego no resulta en absoluto beneficioso para su candidatura. En estos momentos la popularidad de Biden es la más baja respecto a cualquier otro presidente de los Estados Unidos.

Creo que su designación por el partido demócrata tuvo que ver con el convencimiento de que Trump será finalmente el candidato republicano y que, si ya le vencieron una vez, ahora con más motivo tras todo lo ocurrido. Por eso repiten candidato. Estoy de acuerdo con Nikki Haley cuando dice que la única que puede vencer a Joe Biden es ella y estoy convencido que ella sería la vencedora en un hipotético enfrentamiento Biden-Haley.

En cualquier caso veremos qué ocurre, porque queda mucho hasta noviembre.

Hay que esperar como mínimo a las primarias de los republicanos en Carolina del Sur el 24 de febrero para saber si el candidato será Trump o Haley...

Creo que si Trump vence en Carolina del Sur, es posible que Haley se retire y ni siquiera concurra en el Supermartes. En caso de que venciera en su Estado y el resultado del Supermartes no fuera determinante a favor de Trump, es probable que continuara en la carrera. Haley está recibiendo numerosos donativos, lo que quiere decir que mucha gente, muchos republicanos, apuestan por ella, lo que resulta ciertamente significativo.

"Nikki Haley está recibiendo numerosos donativos, lo que quiere decir que mucha gente, muchos republicanos, apuestan por ella, lo que resulta ciertamente significativo"

También refleja la división existente en el partido republicano, pero no pueden dar esa imagen. La forzada dimisión de Kevin McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes, y más recientemente la retractación del acuerdo alcanzado para venta de armas a Ucrania y emigración son prueba de ello.

No sé si el sistema judicial americano puede cambiar la historia de estas elecciones. Hay cargos relacionados con el asalto al Capitolio, pero también del hecho de que se hable de la posibilidad de incapacitar a Biden por su salud.

El Supremo americano ya ha dicho que los Estados no tienen competencia para negar la posibilidad de que un candidato pueda presentarse a una elección presidencial. Eso debe determinarlo el Congreso. Particularmente creo que las posibilidades de incapacitarlos aduciendo a cualquier tipo de legislación, federal o estatal, es casi imposible. Otra cosa es la lógica y el sentido común.

Tras el asalto al Capitolio cualquiera hubiera pensado que era el fin de Trump, y así lo manifesté en directo en una televisión nacional. Como diría un castizo “me columpié” porque con Trump nunca se sabe y de poco o nada sirve analizar sus actuaciones tomando como referente la historia de Estados Unidos o pensar que se impondrá el sentido común. La razón no tiene cabida en el análisis cuando él está de por medio. Es como el ave fénix.

¿Cabe la posibilidad de que ninguno de los dos candidatos llegue serlo?

No por temas judiciales, repito. En cambio, la enmienda 25 a la Constitución de Estados Unidos podría inhabilitar a un presidente por cuestiones relacionados con la salud mental.

¿Hay precedentes?

Que yo sepa no. Al menos en los siglos XX y XXI que son los que he trabajado en mayor profundidad.

¿Cómo cree que contemplan toda esta situación los norteamericanos que viven en nuestro país y que tienen derecho a voto?

El día de las elecciones en Estados Unidos el Instituto Franklin organiza unas mock elections o elecciones ficticias entre los estudiantes norteamericanos de nuestra universidad. Nuestros datos nos dicen que siempre votan mayoritariamente al partido demócrata, hasta en un 80%.

En cualquier caso, es complejo responder a la pregunta por el propio sistema electoral que exige el registro de votantes, de forma que algunos norteamericanos que viven en España pueden no estar registrados o pueden estarlo en Estados Unidos, con lo que resulta complicado establecer categorías de voto.

Lo cierto es que, como dije antes, Biden tiene una baja popularidad y no levanta pasiones. Digamos que no es Obama. Sin embargo muchos americanos le votarán y apoyarán aunque no guste para que Trump no vuelva a ocupar la Presidencia. Un dato significativo es que en torno a un 30/35% de votantes republicanos tampoco votarán a Donald Trump.

Si ambos dirigentes siguen con la carrera electoral. ¿Cómo cree que están sus posibilidades?

Aunque en estos momentos Trump va por delante en las encuestas. Están tan equilibradas que no me atrevo a apostar por ninguno de ellos. Vuelvo a insistir en que falta mucho para noviembre y hay demasiados factores que pueden intervenir… Trump levanta muchas pasiones, pero al mismo tiempo también da mucho miedo.

El contexto geopolítico mundial es también muy complejo, con dos guerras muy marcadas. ¿Eso puede influir en el resultado final?

Creo que influirá más la guerra de Israel contra Gaza, que la de Rusia contra Ucrania. En cuanto a votos.

De nuevo estas elecciones se van a dirimir en lo que se conoce como los swing states. Son aquellos estados norteamericanos que finalmente deciden la Presidencia. En algunos de ellos las diferencias son de unos pocos miles de votos y cualquier acontecimiento puede hacer que se decanten finalmente por uno u otro candidato.

Los judíos y católicos votan indistintamente demócrata y republicano, los evangelistas votan republicano pero la población árabe fundamentalmente vota demócrata. Y el caso es que, si Biden mantiene una posición proisraelí de facto, solo con advertencias ‘de boquilla’ a Israel, la población árabe puede quedarse en casa, dando la victoria a Trump en algunos estados determinantes.

Con una extrema derecha que ha avanzado en muchos países y no solo los europeos, ¿cree que el argumentario de los candidatos será diferente?

Creo que los mensajes serán muy distintos. Trump ya está 'enseñando la patita', rememorando de nuevo expresiones castizas. Se centrará de forma muy clara en la inmigración. No hace mucho anunció su intención de llevar a cabo la mayor deportación de la historia y también cuestiona las energías renovables y su intención es no subvencionarlas.

Biden se centrará en sus logros económicos, como las bajas tasas de paro y defenderá su política de inversiones en energías. Tendremos dos posiciones totalmente distintas en este aspecto. En cuanto a la inmigración, Biden intentará evitar el asunto y desde luego no lo convertirá en uno de sus temas estrella.

En una entrevista con elDiario.es, la historiadora Barbara Perry cree que, si Trump vuelve a ser presidente, intentará suspender la Constitución. ¿Está de acuerdo?

Recuerdo haber leído ese titular en vuestra publicación, pero no, no estoy de acuerdo en absoluto. Estamos hablando de la democracia más antigua del mundo y también de la Constitución más longeva. Trump no se atreverá, pero claro… tampoco me habría imaginado un asalto al Capitolio ni en la peor pesadilla. No quiero ni pensar en lo qué ocurriría si llega a ese extremo.

¿Cambiarían las relaciones de España con EEUU en función de una victoria de Biden o de Trump?

Todo está supeditado a las relaciones económicas con la Unión Europea, en particular los aranceles. Da igual quien gane porque la política exterior norteamericana nunca ha dado grandes bandazos, sobre todo en el terreno económico.

Las singularidades de España respecto a sus socios europeos tienen que ver con las bases de Morón y Rota y las relaciones con Marruecos, socio de primer orden para EEUU. Hay que recordar que Marruecos fue el primer país en reconocer a Estados Unidos como nación.

Por eso nuestra propia relación con Marruecos, estoy pensando en el Sáhara, estarán muy condicionadas por la posiciones norteamericanas. Estoy convencido de que en la cuestión de la posición del Gobierno de España con el Sáhara Occidental tuvo mucho que ver Estados Unidos.

Que las elecciones presidenciales de Estados Unidos que se celebrarán a finales de este año son toda una incógnita no se le escapa a nadie. Tampoco su relevancia y hasta sus peculiaridades con dos posibles candidatos, el binomio Biden-Trump, mayores y polémicos por distintas razones.

Hablamos con José Antonio Gurpegui, catedrático de Estudios Norteamericanos y director del Instituto Franklin de la Universidad de Alcalá (UAH). Fue fundado en 1987 y es el único instituto universitario de investigación sobre Norteamérica que existe en España.