El futuro de las pymes pasa por la tecnología blockchain: “Es segura, confidencial y sus datos son inmutables”

La Universidad de Alcalá (UAH) ha participado durante más de tres años en el proyecto europeo BEGIN financiado a través de Erasmus+ para crear un programa formativo en torno a la tecnología blockchain, destinado a pymes y emprendedores.

La Institución académica ha colaborado junto a otras entidades europeas (de Irlanda, Reino Unido, Dinamarca, Estonia y Holanda) a través del Grupo de Investigación i4, adscrito al Departamento de Ciencias de la Computación.

Su objetivo principal pasa por mejorar la capacidad de los proveedores de educación empresarial para proporcionar formación acerca de la cadena de bloques tanto a pymes como a emprendedores, explica el profesor Salvador Sánchez.

De la Universidad de Alcalá, explica el profesor, “salió la idea técnica” de un proyecto que concluye en este mes de enero. Se ha desarrollado en tres fases. Primero se preguntó a los proveedores de educación empresarial sobre sus conocimientos acerca de la tecnología y también sobre las necesidades de las pequeñas y medianas empresas.

Después se elaboró el plan de formación y en tercer lugar se implementaron diversas experiencias ‘piloto’, con formación de formadores. Los agentes formadores interesados ya pueden acceder a un curso online.

“Hay una carencia importante de formación entre las pymes o autónomos por su propia dinámica diaria. Les queda poco tiempo y por eso es importante estar al día de aquellas tecnologías que les faciliten la vida y les permitan crecer en cuota de negocio”, explica Salvador Sánchez

La cadena de bloques o blockchain, en su acepción en inglés, es una novedosa tecnología para el almacenamiento de datos. “Esta nueva forma de almacenar datos ofrece mayor seguridad e inmutabilidad de esos datos y sin que exista una autoridad central que tenga la propiedad en exclusiva del contenido”, explica.

La diferencia con otros soportes en los que se almacena información radica en el sistema de bloques. “Todos tienen determinado tamaño y cuando se completa guarda los datos y genera otro bloque. Así sucesivamente”. Los bloques están encadenados, abunda el profesor, “de forma que si alguien, maliciosamente, intenta modificar datos en uno de los bloques, invalidaría el resto. Eso hace que sea una tecnología muy segura”.

Además, se evita formar parte de un sistema en el que hay intermediarios. “De alguna forma permite eliminar la figura de una ‘autoridad central’ dueña de los datos y a la que hay que pedir permisos o pagar comisiones. Esa libertad aporta muchas ventajas y flexibilidad”.

Salvador Sánchez recuerda que la red Bitcoin fue la primera en implementarlo pero aclara que “no está asociada a las criptomonedas”. Se trata de un sistema que “puede usarse en cualquier otro contexto. De hecho, ya se está utilizando, por ejemplo, para registrar historias clínicas o en los registros de la propiedad porque tienen que tener esas características de seguridad, confidencialidad o inmutabilidad que ofrece la blockchain”.

Pero la cadena de bloques puede ser también de utilidad a las pequeñas y medianas empresas. El proyecto BEGIN ayuda a las pymes a integrarla en su negocio.

“Uno de los proyectos que ponemos como ejemplo es el de una galería de arte virtual. Sus obras pueden ser adquiridas no solo por uno sino por varios propietarios a través de la tecnología blockchain. Eso abre muchas probabilidades a la empresa por un lago y a inversores por otro en el mercado del arte”.

Es el futuro, incluso el presente, señala Salvador Sánchez. “Tanto la blockchain como la inteligencia artificial (IA). Son aplicables a todos los niveles”.