Decenas de personas protestan en Cuenca antes del juicio contra los encausados por el escrache en la boda de De Quinto

9 de septiembre de 2020 11:10 h

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Decenas de manifestantes y ex trabajadores de Coca-Cola han acudido a la llamada de la plataforma 'Coca-Cola en Lucha' para protagonizar una protesta a las puertas de los juzgados de Cuenca en el día en el que arranca el juicio contra tres encausados por el escrache contra Marcos de Quinto en el día de su boda en la capital conquense en 2017.

El presidente del Comité de Empresa de la planta de Fuenlabrada, Daniel Andrés, ha considerado el juicio como “fuera de lugar”, ya que los compañeros que se concentraron en la boda protestaban por “los 1.200 despidos de la empresa” pese a tener beneficios.

Una concentración “legal” en la que no hubo “ningún problema”. “Pero el señor Marcos de Quinto quiere hacerse notar porque no puede ver a los trabajadores de Coca-Cola, que han ganado todas las sentencias contra una empresa que vulneró sus derechos”.

“Cobró 8 millones de euros y se fue a tributar a Portugal, aunque se considere un patriota”, ha indicado Andrés.

Ha defendido que las consignas lanzadas “fueron sindicales” el día de la boda de De Quinto, y si bien en el escrito de calificación del fiscal se apunta a que se profirieron insultos, ha esquivado la responsabilidad achacando este extremo a que en la manifestación había personas más allá de los sindicalistas. Eso sí, ha dicho que “el que primero insulta es el propio De Quinto”.

De Quinto y su mujer llegan al juzgado

El propio Marcos de Quinto y su mujer han llegado a los juzgados a las 10.13 horas, y ha sido recibidos por gritos y abucheos de los manifestantes.

“Que conste que si hay gente sentada en el banquillo no es por estar en una manifestación autorizada y pacífica, sino por todo lo contrario”, ha advertido en declaraciones a los medios a su llegada, mientras era increpado.

Esta misma semana y desde su cuenta personal en la red social Twitter, De Quinto ha emitido una serie de mensajes en los que recuerda que “desde enero de 2014” lleva sufriendo “el acoso de un grupo mafioso-sindical”.

“Grupo que sabe de sobra que yo nunca he sido parte del litigio que utilizaron para alcanzar el estrellato mediático que ahora añoran. Me han insultado, me han amenazado, llenaron de pegatinas mi urbanización. En 2017 hicieron un escrache en mi boda, insultando y amenazando a mis invitados, llegando a golpear el coche en el que iba”, lamenta.

Critica igualmente el “cachondeo que se corrieron” a costa de su “hazaña”, el cual ahora les lleva “a los tribunales”. “Esta mafia sindical esta capitaneada por estos tres piezas. Dos de ellos son matrimonio y se embolsaron en 2017 unos 200.000 euros por no pegar palo al agua y llamar al boicot a la empresa que se los pagaba”, remataba.

Una “reivindicación”, no un “acoso” como el que sufre Pablo Iglesias

A la protesta ha acudido el coordinador autonómico de Podemos en Castilla-La Mancha, José Luis García Gascón, quien ha preguntas de los medios ha querido marcar distancias entre lo que considera que fue una “reivindicación” de derechos laborales --en alusión al escrache sufrido por De Quinto-- y lo que a su juicio es un “acoso”, refiriéndose a las protestas diarias en el domicilio del líder de su partido, Pablo Iglesias.

García Gascón ha defendido que Podemos “siempre ha estado del lado de los trabajadores, que reivindican su derecho al trabajo”. En el caso de Coca-Cola, ha recordado, se sufrió un ERE que afectó a 11.000 puestos de trabajo.

Lo que pasó en la boda de De Quinto “no es acoso”, ya que los trabajadores que protagonizaron aquel episodio “dicen que solicitaron permisos a la Subdelegación del Gobierno y estaban dentro de su derecho a la manifestación”.

“Nada tiene que ver con un acoso sistemático --el que sufre Pablo Iglesias-- para amedrentar a todas las personas progresistas de España que queremos protección social”, ha zanjado.

La declaración de De Quinto

El exvicepresidente de Coca-Cola Marcos de Quinto ha apuntado que los acusados de 'escrache' en el día de boda tenían como “objetivo” boicotearla y lo “consiguieron”. “Parecía una manifestación para atacarme en lo personal, no para pedir sus derechos”, ha aseverado.

Tanto él como su mujer, que ha admitido que se sintió agredida en un ambiente de “odio” en ese día, han reclamado la cantidad de 6.000 euros --“una cantidad simbólica”-- en concepto de los daños causados y de los cambios que tuvieron que realizar en la ceremonia a causa de los hechos. La mujer de Marcos de Quinto ha afirmado que se sintió “agredida” e “intimidada”. “Cuando salimos, estando en el coche, se nos acercó la gente y nos dijeron que nos iban a joder la boda”, ha relatado.

Por su parte, los tres acusados, trabajadores de Coca-Cola, que se han limitado a responder a las preguntas de la Fiscalía y sus abogados, han admitido que se encontraban en la protesta de ese día en la Plaza Mayor pero que desconocían si se estaba celebrando una boda. Han negado que profirieran los insultos que se detallan en el escrito de la Fiscalía hacia los novios, que increparan su coche y que colocaron pegatinas.

Asimismo, han hecho alusión a que la protesta estaba autorizada por la Subdelegación del Gobierno en Cuenca y estaba motivada por que no se estaban cumpliendo las sentencias de readmisión de trabajadores que se encontraban en un Expediente de Regulación de Empleo.En la misma línea, han expresado que en los momentos de la protesta no hubo ninguna sanción ni comunicación por parte de la Policía por estar cometiendo irregularidad alguna.

Piden cárcel y 4.500 euros de multa

Este miércoles el Juzgado de lo Penal número 1 de Cuenca juzgará a los tres encausados por hacer un 'escrache' al ex vicepresidente de Coca Cola Marcos de Quinto el día de su boda en la Catedral de Cuenca, el pasado 30 de septiembre de 2017.

La cita judicial ha comenzado a las 10.30 horas en el Juzgado de lo Penal numero 1 de la capital.

Según consta en el escrito de calificación de la Fiscalía, los tres acusados (A.T.G., I.A.S y D.M.B), “puestos de común acuerdo, estuvieron en la Plaza Mayor de Cuenca, donde se encuentra la Catedral, ”y dada la vinculación laboral, convocaron una manifestación a la que acudieron unas 40 personas, en protesta por un ERE en dicha empresa“.

“Micrófono en mano y con aparatos de megafonía de gran potencia, los tres hicieron consignas de insultos y cantaron contra los contrayentes y los invitados con expresiones como 'hijos de puta, malparidos', 'los corruptos están dentro'”, lo que provocó a juicio de la Fiscalía que los invitados entraran a la Catedral de forma precipitada.