El proceso de desmantelamiento y clausura de la central nuclear 'José Cabrera', en Almonacid de Zorita (Guadalajara), ha superado ya el 97% de su ejecución y en este momento se ha alcanzado uno de los hitos finales con la demolición del último de los grandes edificios de la instalación, el antiguo edificio de turbina, y se espera poder devolver los terrenos a su propietario, Energy, en el 2024.
Según ha explicado este viernes en la propia instalación el director del desmantelamiento de la central más antigua de España --cerrada en abril de 1996--, Manuel Ondaro del Pino, una vez que concluya la demolición de este edificio, prevista para el mes de junio, empezaran las labores de vigilancia ambiental, habrá que enviar los residuos que quedan pendientes a El Cabril (Córdoba), se procederá a entregar la documentación al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), esperar a que les den la declaración de clausura y devolver la planta al propietario, previsto para el año 2024.
Pese a la pandemia, los trabajos de desmantelamiento han tenido continuidad de forma presencial en estos terrenos aunque siempre siguiendo las normas marcadas por Sanidad, ha remarcado Ondaro.
Hasta el momento, en este periodo se han gestionado del entorno de 93.000 toneladas de materiales, de los que un 86% corresponden a materiales convencionales y el resto ha sido material radiactivo. Y durante todo este tiempo siguen sometidos a las inspecciones correspondientes por parte del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
El desmantelamiento comenzó en 2010
El proceso de desmantelamiento por parte de Enresa se inició en el 2010 y en este momento se está acometiendo el derribo de uno de los últimos edificios, unos trabajos para los que actualmente se está empleando maquinaria de gran tonelaje, plataformas elevadoras y equipos de picado y corte.
El edificio, de una altura de 30 metros, está fabricado, principalmente, con estructuras de hormigón armado en las que estuvieron apoyadas las turbinas de alta y baja tensión, el alternador y el condensador, dando trabajo en este primer trimestre a unas 138 personas, el 65% de ellas de la provincia.
Se estima que, en la demolición total de este edificio, que se prolongará hasta el mes de junio, se generarán, aproximadamente, 4.500 toneladas de materiales entre escombros de construcción y demolición y elementos metálicos.
Este edificio, reconvertido en Edificio Auxiliar de Desmantelamiento (EAD) para poder acometer esta obra, se acondicionó durante los primeros años de dicho proceso de desmantelamiento para ser el lugar en el que acondicionar los residuos radiactivos de las partes activas de la central.
Y es que el EAD se dotó, entre otras dependencias, de talleres de descontaminación, equipos de ventilación, instalaciones para la transferencia de residuos y zonas de almacenamiento temporal para contenedores hasta ser enviados al centro de almacenamiento que Enresa tiene en El Cabril (Córdoba).
La previsión es que, durante los años 2022, 2023 y 2024 se preparen todos los dosieres que luego evaluará el CSN y a partir de su evaluación prevén que les den el visto bueno, obtener la declaración de clausura y poder devolver el edificio al titular.