Este blog es un espacio de colaboración entre elDiario.es de Castilla-La Mancha (elDiarioclm.es) y el Colegio de Ciencias Políticas y Sociología de Castilla-La Mancha para abordar diversas cuestiones sociales desde la reflexión, el entendimiento y el análisis.
Y tú... ¿Eres de ideas o de creencias?
Cuando observamos la realidad, desarrollamos ideas y creencias. Las creencias, a diferencia de las ideas-ocurrencias, son ideas ya asumidas por la sociedad y que cada uno se encuentra y adopta como interpretación de la realidad. Pues yo creo que hay veces, en las que es mejor no “escuchar” a las creencias. Lo voy a intentar explicar mejor.
Se suele atribuir al célebre Ortega y Gasset, la siguiente frase: “Las ideas se tienen, en las creencias se está...”. Pues bien, el sentido ético y social de esta frase es, en mi opinión…demoledor.
Es como si nuestra vida se desenvolviese en dos planos, las ideas que tenemos y las creencias a las que estamos realmente sujetos y sobre las cuales, guiamos nuestras acciones. En este sentido, las ideas vienen a ser representaciones conscientes de la sociedad; os propongo que llevemos esta representación a nosotros mismos como ciudadanos, dentro de nuestro entorno social y comunitario…y valorar nuestras percepciones y comportamientos acerca de cómo respondemos, por ejemplo, con personas en situación de riesgo de exclusión social en nuestro entorno más cercano. El siguiente paso es preguntarnos: ¿Qué ideas predominan en nuestra ciudad, pueblo, barrio, familia, etcétera?. Por ejemplo, sobre personas con algún tipo de discapacidad: ¿Qué discurso predomina? ¿Pensamos que abundan los planos de igualdad en el trato con estas personas? ¿Escuchamos a veces tratos infantilizados o relaciones que no están basadas en un mismo nivel?.
Ahora hagamos un contraste con las creencias que realmente tenemos, es decir sobre lo que realmente creemos y hacemos. En este sentido, ¿creemos que cada persona tiene derecho a ser diferente? Y vamos a liarlo más… ¿Cuál es nuestra opinión acerca de lo que los demás creen en aspectos como estos?
Según sea la cultura de una sociedad, así será la manera de entender a las personas en riesgo de exclusión social, y así serán las ideas, creencias, costumbres y comportamientos que compartan sus diferentes grupos, en diferentes contextos facilitando un ambiente inclusivo o no.
Es cierto que las personas vivimos en una época, en un contexto determinado y sucede que al agruparnos compartimos entre otras muchas cosas, percepciones, ideas y creencias sobre la realidad que tenemos delante de nuestros ojos. Es como una forma individual y por supuesto colectiva de ver el mundo, de entender hechos, de entender colectivos.
Centrándonos en la discapacidad, las creencias y las actitudes que predominen en entornos comunitarios, pueden ser apoyos o barreras para poder afrontar retos inclusivos como la educación, el empleo, el acceso a una vivienda, etc. Pero, y ¿cómo puede una sociedad trabajar y fortalecerse en esto? Es preciso conocer, desde la propia voz de la ciudadanía, cuáles son sus necesidades, qué es lo que les puede ayudar o cómo se pueden sentir más confiadas para implicarse de manera decidida en el proceso inclusivo; en otras palabras, la sociedad también tiene que construir y desarrollar creencias y actitudes inclusivas. El cambio sucede cuando cambias tus creencias, una tarea complicada. ¿Verdad? ¡Por supuesto!
Si por algo destaca hoy nuestra sociedad es por el valor de lo individual, por un cierto egocentrismo en el que tener y consumir, están por encima de todo. Pero tenemos que intentarlo, una ciencia como la nuestra, tiene que trabajar generando más diagnóstico social, tenemos que “traducir” toda la información que obtengamos haciendo uso de técnicas de investigación social, debemos acercar de una manera sencilla y accesible toda esta información tanto a expertos como a la sociedad en general.
La diferencia y la diversidad es una de las manifestaciones más básicas y fundamentales y que mejor definen a cualquier sociedad moderna: La sociología, poco a poco ocupa su lugar como una ciencia que facilita y contribuye en este proceso de tránsito, a que todos los implicados, podamos alinear ideas y creencias en un mismo nivel y con un compromiso de querer hacer. Qué importante será atender nuestras creencias para hacer posible la transformación de nuestras prácticas diarias. Pero, ¡Ojo! Tiene que partir de nosotros mismos, y eso implica importantes procesos de cambio en la cultura de las organizaciones de todo tipo y de la sociedad en general. Y qué importante será que podamos valorar opciones en las que la sociología pueda hacer contribución para una conciencia colectiva y fomentar la igualdad y la inclusión como prácticas sociales, un nuevo rol, no solo de los profesionales sino también de la ciudadanía es el ingrediente esencial para este nuevo enfoque, para lograr una transformación social.
Cuando observamos la realidad, desarrollamos ideas y creencias. Las creencias, a diferencia de las ideas-ocurrencias, son ideas ya asumidas por la sociedad y que cada uno se encuentra y adopta como interpretación de la realidad. Pues yo creo que hay veces, en las que es mejor no “escuchar” a las creencias. Lo voy a intentar explicar mejor.
Se suele atribuir al célebre Ortega y Gasset, la siguiente frase: “Las ideas se tienen, en las creencias se está...”. Pues bien, el sentido ético y social de esta frase es, en mi opinión…demoledor.