La ecología es uno de nuestros principales intereses y es el centro de este blog: cambio climático, medio natural, desarrollo sostenible, gestión de residuos, flora y fauna, contaminación y consumo responsable, desde el punto de vista de periodistas, expertos, investigadores, especialistas y cargos públicos. También editamos la revista 'Castilla-La Mancha Ecológica'.
¿Dejas residuos en el medio natural? Ahora eres culpable de la ‘basuraleza’
Si la vida de una tortuga marina está en riesgo por haberse enganchado a una anilla portalatas, o si un ave como la perdiz roja abandona un hábitat por la expansión de escombros y residuos, es indudablemente por la acción del ser humano. También puede suceder que los “frágiles equilibrios” de un humedal queden “patas arriba” porque ya son demasiadas las colillas que se alojan en su fondo, según los últimos informes de SEO/Birdlife. Esto es lo que comunidad internacional en el ámbito del medio ambiente ha venido denominando con el término anglosajón ‘littering’ y afecta a entre 800 y 1.400 especies solo en océanos y entornos acuáticos.
Está claro que el problema no es de hoy, pero se ha vuelto tan común y es tan peligroso que científicos de todo el mundo coinciden en alertar sobre los posibles impactos del abandono de basuras en la naturaleza. Sin embargo, en medio de esta gran llamada a la acción, ha surgido obstáculo: el propio término ‘littering’. No está incluido en el Diccionario de la Lengua Española de la RAE y las posibles traducciones propuestas por distintas instituciones no siempre responden a la realidad del fenómeno ni contribuyen a superar el reto de informar a la opinión pública sobre la envergadura del problema y cómo ser parte de la solución. De hecho, en inglés, la propia palabra puede generar confusiones porque también se emplea en contextos de suciedad urbana o para aludir a la hojarasca y a los desechos orgánicos.
Por todo ello, y tras consultar con expertos e investigadores especializados en biodiversidad, Libera -la iniciativa de SEO/BirLife en alianza con Ecoembes para liberar a la naturaleza de basura- ha propuesto una palabra alternativa que, al menos en español, ayude a concienciar y prevenir el littering: se trata de ‘basuraleza’.
Según apuntan desde este proyecto, otra conclusión generalizada en la literatura científica es que la dimensión y complejidad del problema requiere de más investigación. Comienzan a alzarse las voces que sitúan a la ‘basuraleza’ como un agente de la transformación global: el conjunto de cambios en el medio ambiente provocados por el ser humano, que incluye realidades como el efecto de las emisiones de gases de efecto invernadero, la pérdida de especies y de espacios naturales como consecuencia de la destrucción de hábitat, el urbanismo descontrolado o la intensificación agraria.
De igual modo, señalan que quedan huecos por rellenar en el estudio de la distribución y composición de la ‘basuraleza’, en su origen o en su monitorización. Especialmente, una vez más, en entornos terrestres y acuáticos. Hasta la fecha, la presencia de materiales plásticos es la mejor documentada, pero la literatura científica también apunta a la conveniencia de analizar el impacto de los microplásticos y naplásticos que se extraen de la ropa o los cosméticos, de los residuos metálicos (por ejemplo, el tóxico plomo), o de otros restos como las ubicuas toallitas desechables o las igualmente ubicuas colillas.
Por eso subrayan que “cada persona cuenta”. “Cada acción cuenta. Un bastoncillo tirado por el inodoro en España puede terminar interactuando con un caballito de mar en una prístina isla del Pacífico. Tampoco conviene olvidar que uno de los principales retos para atajar este problema es abordarlo a escala global y desde la cooperación internacional”, apuntan desde ambos colectivos.
“El abandono de residuos en entornos naturales se ha convertido en una catástrofe ambiental de dimensiones abrumadoras que afecta, no solo a la flora y fauna, sino también al ser humano. Con ‘basuraleza’ queremos intentar llegar a toda la ciudadanía, que comprendan la gravedad de esta problemática que ya está presente en cualquier ecosistema del planeta”, afirma Nieves Rey, directora de Comunicación y Marketing de Ecoembes.
Por su parte, Federico García, responsable del Área Social de SEO/Birdlife, subraya que está “lejos de ser un problema meramente estético o secundario”. “No es solo la escombrera ilegal o la isla de plástico del Pacífico. Es cada colilla, cada papel de aluminio para el bocata o cada envoltorio que se abandona en la naturaleza. Ese acto puede tener efectos directos, por ejemplo, en la degradación o destrucción de hábitat, e indirectos, ya que la presencia dispersa de ‘basuraleza’ en casi cualquier ambiente puede convertirse en una fuente de contaminación difusa, a menudo invisible, pero de consecuencias impredecibles a gran escala”.
Si la vida de una tortuga marina está en riesgo por haberse enganchado a una anilla portalatas, o si un ave como la perdiz roja abandona un hábitat por la expansión de escombros y residuos, es indudablemente por la acción del ser humano. También puede suceder que los “frágiles equilibrios” de un humedal queden “patas arriba” porque ya son demasiadas las colillas que se alojan en su fondo, según los últimos informes de SEO/Birdlife. Esto es lo que comunidad internacional en el ámbito del medio ambiente ha venido denominando con el término anglosajón ‘littering’ y afecta a entre 800 y 1.400 especies solo en océanos y entornos acuáticos.
Está claro que el problema no es de hoy, pero se ha vuelto tan común y es tan peligroso que científicos de todo el mundo coinciden en alertar sobre los posibles impactos del abandono de basuras en la naturaleza. Sin embargo, en medio de esta gran llamada a la acción, ha surgido obstáculo: el propio término ‘littering’. No está incluido en el Diccionario de la Lengua Española de la RAE y las posibles traducciones propuestas por distintas instituciones no siempre responden a la realidad del fenómeno ni contribuyen a superar el reto de informar a la opinión pública sobre la envergadura del problema y cómo ser parte de la solución. De hecho, en inglés, la propia palabra puede generar confusiones porque también se emplea en contextos de suciedad urbana o para aludir a la hojarasca y a los desechos orgánicos.