La ecología es uno de nuestros principales intereses y es el centro de este blog: cambio climático, medio natural, desarrollo sostenible, gestión de residuos, flora y fauna, contaminación y consumo responsable, desde el punto de vista de periodistas, expertos, investigadores, especialistas y cargos públicos. También editamos la revista 'Castilla-La Mancha Ecológica'.
La desconocida fauna de la posidonia
El ser humano es un animal terrestre. Si bien los ecosistemas marinos son cada vez más conocidos gracias a las campañas científicas de investigación, la divulgación aquí falla más y para el grueso de la población, la fauna marina sigue siendo una gran desconocida. Y lo que no vemos no lo interiorizamos como algo valioso, digno de conservarse. Es lo que sucede con la fauna que frecuenta las praderas submarinas de una planta conocida como posidonia.
Al igual que sucedió en el reino animal con los cetáceos, esto es, a partir de antecesores terrestres cuando la evolución generó formas completamente acuáticas, en el reino vegetal ha sucedido algo similar con ciertas plantas que, a partir de formas ancestrales que vivían en tierra (más concretamente, en la zona intermareal), los descendientes acabaron adaptándose a vivir completamente bajo el mar. Es el caso de la posidonia oceánica, una planta subacuática que forma praderas submarinas en el Mediterráneo, donde es endémica. En nuestras aguas, se pueden encontrar praderas de posidonia en la costa mediterránea peninsular, en las Islas Baleares, especialmente en torno a Ibiza y Formentera, por ejemplo, y en el Parque Natural de Ses Salines, entre ambas islas.
Las praderas de posidonia albergan interesantes comunidades animales, que buscan refugio y alimento en ellas de la misma manera que bisontes y perritos de las praderas lo hacen en las praderas terrestres. Se calcula que el 70% de esta comunidad está compuesta por herbívoros, como el erizo de mar Paracentrolus lividus, que incluye en su dieta hojas de posidonia o las babosas de mar (nudibranquios) de la especie Felimare Villafranca.
Una especie emblemática de las praderas de posidonia es la nacra (Pinna nobilis), un mejillón gigante que puede alcanzar los 120 cm de longitud, y que en los últimos tiempos está pasando una gravísima crisis debido a un parásito invasor (posiblemente traído al Mediterráneo por aguas de lastre procedentes de barcos), que puede causar su extinción, a pesar de los esfuerzos que la comunidad científica está realizando en la actualidad para asegurar su conservación.
Los peces de este ecosistema
Entre los peces presentes en este ecosistema, destacan el pez pipa (Syngnathus typhle) que, con su forma alargada y filiforme, se camufla perfectamente entre las hojas de posidonia, o el pequeño pez chafarrocas (Opeatogenys gracilis), que no sobrepasa los tres centímetros de longitud, la salema o sarpa (Sarpa salpa), migratorio que durante el verano, puede constituir hasta el 70% de la fauna de peces de las praderas de posidonia, o el magnífico falso abadejo (Epinephelus costae), que en algunos mercados se comercializa con el nombre de “mero”. Además, en estas praderas hay pulpos y también son frecuentadas por las tortugas bobas.
Pero este rico ecosistema, que libera al ambiente hasta 20 litros de oxígeno por día y metro cuadrado de superficie, que “filtra” las aguas, que protege a las playas de la erosión marina, entre otros “servicios ecosistémicos”, está en peligro. La pesca de arrastre y las anclas de embarcaciones, sobre todo barcos turísticos recreativos, arrancan las posidonias del fondo, “deforestando” las praderas, la contaminación, la “eutrofización” (exceso de nutrientes procedentes de fertilizantes agrícolas) son las principales causas de su desaparición de amplias zonas del 'mare nostrum'. Por ejemplo, en algunos puntos de las Baleares ha desaparecido hasta el 40% de las praderas de posidonia. Y, desde los años 90, su extensión ha caído un 50%.
Si este verano vamos al Mediterráneo a pasar unos días de vacaciones, recomiendo que dediquemos un poquito de tiempo a darnos cuenta de lo que hay justo debajo de la superficie del mar donde nos bañamos. Y, si vamos a navegar en barcos recreativos, existen interesantes aplicaciones para móvil que nos indican dónde hay praderas de posidonia para saber dónde podemos fondear y dónde no.
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