La ecología es uno de nuestros principales intereses y es el centro de este blog: cambio climático, medio natural, desarrollo sostenible, gestión de residuos, flora y fauna, contaminación y consumo responsable, desde el punto de vista de periodistas, expertos, investigadores, especialistas y cargos públicos. También editamos la revista 'Castilla-La Mancha Ecológica'.
La filoxera y las plagas del siglo XXI
Se cumple este año el 150 aniversario de la llegada a Europa (y el 140 aniversario de su llegada a España) de una de las plagas agrarias más devastadoras que se recuerdan en nuestro continente: la filoxera. Y me extraña muchísimo que no se esté aprovechando este aniversario para realizar la imprescindible divulgación y pedagogía porque la filoxera fue, ni más ni menos, la primera de las muchas plagas que la Globalización ha extendido por todo el mundo. Pedagogía muy necesaria pues estas plagas no sólo no han desaparecido sino que cada vez son más frecuentes.
La filoxera (Dactylosphaera vitifoliae) es un insecto hemíptero originario de Norteamérica que parasita de forma natural diversas especies de vides silvestres que no se utilizan en la industria vinícola. Su ciclo es complicado: las hembras ponen huevos en las hojas, y las larvas provocan unos abultamientos llamados “agallas”. Cuando la larva se transforma en ninfa, ésta migra hacia las raíces de la planta donde se alimenta chupando la savia. Pasadas algunas generaciones, los individuos adultos emergen a la superficie reiniciándose el ciclo. En Norteamérica las vides silvestres han desarrollado una resistencia natural hacia este insecto, cuya parasitosis no les acarrea mayores problemas.
Pero cuando en 1868 se importaron a viveros británicos varias vides americanas que llevaban la filoxera como polizón, se desató la tragedia. Pronto los viñedos franceses y austríacos resultaron afectados y en un breve intervalo casi todas las vides de Europa fueron infectadas. Las vides europeas no habían co-evolucionado con la filoxera y el insecto atacaba directamente las raíces, matando las plantas en tres años. Centenares de miles de hectáreas de viñedos eran arrasadas cada año. En 1878 aparece la filoxera en la provincia de Málaga y en 1879 en Cataluña. Entre 1896 y 1903 se extiende por el Valle del Ebro y en 1899 llega a La Rioja. Los viticultores asistían impotentes a la muerte de viñedos milenarios.
Después de treinta años de devastación se encontró la solución: replantar los viñedos usando pies americanos (inmunes) a los que se injertaban las plantas europeas. Actualmente todos los viñedos del mundo descienden de estos viñedos injertados, excepto los argentinos y chilenos, el 25% de los viñedos españoles y todos los plantados en suelos arenosos, pues la filoxera no puede moverse en este tipo de suelo.
¿Hemos aprendido la lección?. Mucho me temo que no. La globalización agrícola se ha incrementado cada vez más, y plantas de todo el mundo viajan por todo el planeta sin los debidos análisis biológicos en busca de posibles plagas. Así, en 1999 llega a Canarias la polilla guatemalteca Tecia solanivora, cuyas larvas destruyen las patatas al excavar galerías dentro para alimentarse. Esta polilla, originaria de Centroamérica, se ha extendido por México y el norte de Sudamérica como parásita de cargamentos de patatas que recorren absurdamente miles de kilómetros. En 2015 esta polilla saltó a la Península a través de patatas canarias importadas en Galicia. ¿Tiene sentido importar patatas a una Comunidad Autónoma tradicional productora de patatas? No hay remedio conocido para este parásito y sólo la cuarentena puede frenarla.
O como la bacteria Xylella fastidiosa, originaria de California e inoculada a las plantas a través de la picadura de insectos chupadores, y que destruye plantas de enorme interés económico: olivos, almendros, ciruelos, melocotoneros o limoneros. En 2013 aparece en Apulia (Italia) donde devastó millones de olivos. En 2016 aparece en Baleares donde, a mi entender, no se combatió aplicando las recomendaciones europeas y, como consecuencia, salta a la Península con el movimiento de plantas de vivero: 2017 en Alicante y 2018 en la Comunidad de Madrid.
¿La solución?, apostar por los productos de temporada y de proximidad, e intensificar los controles sanitarios y biológicos ante cualquier importación (casi siempre innecesaria) de productos exóticos.
Se cumple este año el 150 aniversario de la llegada a Europa (y el 140 aniversario de su llegada a España) de una de las plagas agrarias más devastadoras que se recuerdan en nuestro continente: la filoxera. Y me extraña muchísimo que no se esté aprovechando este aniversario para realizar la imprescindible divulgación y pedagogía porque la filoxera fue, ni más ni menos, la primera de las muchas plagas que la Globalización ha extendido por todo el mundo. Pedagogía muy necesaria pues estas plagas no sólo no han desaparecido sino que cada vez son más frecuentes.
La filoxera (Dactylosphaera vitifoliae) es un insecto hemíptero originario de Norteamérica que parasita de forma natural diversas especies de vides silvestres que no se utilizan en la industria vinícola. Su ciclo es complicado: las hembras ponen huevos en las hojas, y las larvas provocan unos abultamientos llamados “agallas”. Cuando la larva se transforma en ninfa, ésta migra hacia las raíces de la planta donde se alimenta chupando la savia. Pasadas algunas generaciones, los individuos adultos emergen a la superficie reiniciándose el ciclo. En Norteamérica las vides silvestres han desarrollado una resistencia natural hacia este insecto, cuya parasitosis no les acarrea mayores problemas.