La ecología es uno de nuestros principales intereses y es el centro de este blog: cambio climático, medio natural, desarrollo sostenible, gestión de residuos, flora y fauna, contaminación y consumo responsable, desde el punto de vista de periodistas, expertos, investigadores, especialistas y cargos públicos. También editamos la revista 'Castilla-La Mancha Ecológica'.
La malvasía cabeciblanca: un caso de éxito
Cuando hablamos de fauna silvestre, por desgracia casi siempre lo hacemos de especies animales que han desaparecido o están a punto de desaparecer por acción u omisión humana. Sin embargo, es justo hablar también de los esfuerzos que se hacen desde el sector privado y el sector público para tratar de recuperar especies que se encuentran en ese momento de peligro. A veces se llega a tiempo y la especie puede empezar a recuperarse.
La malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala) es un ejemplo de un caso de éxito. Se trata de una anátida de pequeño tamaño, inconfundible por su “cola” fina que suele llevar enhiesta y por su cabeza masiva, blanca en los machos, culminada en un pico grande que, en el macho, es de color azul. En la hembra, los colores son más oscuros y discretos pero puede distinguirse por una banda oscura que le atraviesa la cabeza a la altura del ojo.
Como todas las anátidas, vive en humedales donde se alimenta, sumergiéndose, de larvas y pupas, así como plantas acuáticas. En el mundo hay dos grandes poblaciones: la centroasiática, que es migratoria, y otra población en España, Magreb, y Turquía hasta Pakistán, que es sedentaria. En la Península Ibérica, la malvasía era un ave nidificante habitual entre 1900 y 1970, en humedales y lagunas de Andalucía Occidental. Se produjo un proceso de declive que culminó en 1977, cuando se censaron únicamente 22 ejemplares. ¿Qué había sucedido?
Munición de plomo y especies invasoras
A la degradación y desaparición de los humedales donde habitaba, se unió el problema de la munición de plomo proveniente de las actividades cinegéticas, que provoca intoxicaciones. Pero la introducción de especies invasoras como la carpa o la perca americana afectaron más específicamente a la malvasía porque terminaban con la vegetación del humedal, alteraban la cadena trófica y, en el caso de la perca americana, llegaban a devorar incluso pollitos. Otro importante factor fue la introducción de una especie competidora: la malvasía canela (Oxyura jamaicensis) que, procedente de América como especie ornamental, no sólo compite con la malvasía autóctona, sino que también se hibrida con ella, degradando su pureza genética.
La especie fue declarada “En Peligro”, y varias comunidades autónomas pusieron en marcha planes de recuperación de la especie. En Castilla-La Mancha se aprobó dicho plan en 1995, actualizándose en 2008. Las medidas que se definían en este plan eran, entre otras, las siguientes:
- Prohibición de la tenencia en cautividad de la malvasía cabeciblanca
- Prohibición de la caza en los humedales con presencia de la malvasía, como las lagunas de la Dehesa Monreal (La Guardia, Toledo), Los Charcones de Miguel Esteban (Toledo), la Laguna de la Vega (Ciudad Real), o el Embalse de la Vega (Ciudad Real)
- Extirpación de ejemplares de malvasía canela y los híbridos que pudieran encontrarse
- Control y extirpación de especies de peces exóticos en los humedales
- Seguimiento de poblaciones de ambas especies de malvasía.
Como consecuencia de estos planes de recuperación, la malvasía empieza a aumentar su población a partir de 1980, consolidando su presencia en humedales de Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha donde se encuentra la población más septentrional en la Península Ibérica. En el año 2015 se censaron 1.674 malvasías cabeciblancas.
En Castilla-La Mancha se ha logrado consolidar una población reproductora, que suele emigrar a Andalucía durante el invierno pero que vuelve para reproducirse en primavera, y que ha logrado colonizar otros humedales aparte de los nombrados en el Plan de Recuperación, como por ejemplo las Lagunas de Pétrola-Corral Rubio –La Higuera, en Albacete, a partir de 1998.
En definitiva, la recuperación de la malvasía cabeciblanca ha sido un éxito pero no se pueden bajar los brazos. La especie sigue clasificada como “En Peligro”, y aún subsisten muchos factores que casi llevan a su extinción. Recientemente, hubo en Albacete polémica por permitirse la caza en algunos humedales con presencia de malvasías. No bajemos la guardia.
Cuando hablamos de fauna silvestre, por desgracia casi siempre lo hacemos de especies animales que han desaparecido o están a punto de desaparecer por acción u omisión humana. Sin embargo, es justo hablar también de los esfuerzos que se hacen desde el sector privado y el sector público para tratar de recuperar especies que se encuentran en ese momento de peligro. A veces se llega a tiempo y la especie puede empezar a recuperarse.
La malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala) es un ejemplo de un caso de éxito. Se trata de una anátida de pequeño tamaño, inconfundible por su “cola” fina que suele llevar enhiesta y por su cabeza masiva, blanca en los machos, culminada en un pico grande que, en el macho, es de color azul. En la hembra, los colores son más oscuros y discretos pero puede distinguirse por una banda oscura que le atraviesa la cabeza a la altura del ojo.