La ecología es uno de nuestros principales intereses y es el centro de este blog: cambio climático, medio natural, desarrollo sostenible, gestión de residuos, flora y fauna, contaminación y consumo responsable, desde el punto de vista de periodistas, expertos, investigadores, especialistas y cargos públicos. También editamos la revista 'Castilla-La Mancha Ecológica'.
La naturaleza y el espacio como recurso
Que Castilla-La Mancha no es sólo una llanura, es ya una frase manida para todos los que llevan el nombre de nuestra región a los cuatro vientos, y también es algo sabido por todos aquellos que se animan a conocer muchos de los lugares que esconden nuestras fronteras autonómicas.
La maldita crisis del coronavirus nos ha hecho como ciudadanos replantearnos nuestras relaciones sociales, nuestros viajes y nuestra forma de vivir. Aunque aún se sigan viendo grandes aglomeraciones en ciertos momentos y lugares, lo cierto es que ahora lo que se busca son lugares lejos de muchedumbres, a ser posible rodeados de naturaleza y con la mayor tranquilidad posible.
De forma inesperada, los pueblos abandonados que estaban cayendo en picado en población y turismo, ahora han visto una pequeña oportunidad de atracción de población para pasar unos días, pero también para retirarse a teletrabajar siempre que sea posible.
El espacio, entendido como la amplitud entre distintos elementos, en este caso personas, es ahora un factor demandado. Tenemos algunos de los espacios más despoblados de toda Europa, que por otro lado son lugares maravillosos donde respirar, comer o pasear. Ahora el foco de la demanda turística también apunta hacia estos lugares, a los que quizá, no se hubiera prestado ninguna atención por parte de muchos viajeros que hoy ven las cualidades de “escaparse al pueblo”.
También está ocurriendo con los espacios naturales. Lagunas, lagos, montañas o bosques son quizá este año más demandados que nunca, pero entendiendo que se busca calidad y una naturaleza sana y respetada.
Sólo en Castilla-La Mancha tenemos más de cien espacios naturales protegidos, entre los que destacan los Parques Nacionales Cabañeros y de Tablas de Daimiel, además de los Parques Naturales del Alto Tajo, Serranía de Cuenca, Valle de Alcudia y Sierra Madrona, Lagunas de Ruidera, Calares del Mundo y de la Sima, Sierra Norte de Guadalajara y Barranco del Río Dulce. Lugares donde bucear, nadar, pasear, comer con productos de primera categoría o fotografiar fauna autóctona tan emblemática como el ciervo, el águila imperial, el buitre negro o el lince.
Todo ello se ha convertido en un recurso turístico muy valioso, que, por otro lado, siempre lo ha sido, pero ahora quien no los conocía, mira con ganas la oferta turística y de actividades de estas zonas y otras tantas similares.
Quizá ha llegado un cambio en el modelo turístico volcado hasta ahora en el sol y la playa. También se tiene que valorar levantarse cada mañana en la serranía de Cuenca con una temperatura de 14ºC o menos, haber dormido con una manta, y salir a conocer una naturaleza salvaje con mucho espacio. Respirar el aire de la Sierra Norte de Guadalajara clasificado por la Organización Mundial de la Salud como el más limpio de España y el tercero mejor del mundo.
Tenemos que valorar lo que tenemos aquí al lado y también tenemos que cuidarlo, para que la naturaleza siga cuidando de nosotros muchos más años.
Que Castilla-La Mancha no es sólo una llanura, es ya una frase manida para todos los que llevan el nombre de nuestra región a los cuatro vientos, y también es algo sabido por todos aquellos que se animan a conocer muchos de los lugares que esconden nuestras fronteras autonómicas.
La maldita crisis del coronavirus nos ha hecho como ciudadanos replantearnos nuestras relaciones sociales, nuestros viajes y nuestra forma de vivir. Aunque aún se sigan viendo grandes aglomeraciones en ciertos momentos y lugares, lo cierto es que ahora lo que se busca son lugares lejos de muchedumbres, a ser posible rodeados de naturaleza y con la mayor tranquilidad posible.