Novela y divulgación científica sobre los animales en 'Darwin era un aficionado', de Eugenio Fernández

Eugenio Fernández ha hecho de la divulgación toda una herramienta para conocer el reino animal. A través de su blog 'Crónicas de Fauna' y de sus redes sociales detalla, ilustra y relata curiosidades sobre todo tipo de especies que le han convertido en un referente. Ahora ha querido trasladar ese conocimiento en un libro que parte del hecho de que la fauna silvestre es parte fundamental de nuestro patrimonio y que es el momento de “dejar de mira hacia otro lado”. Ha puesto en marcha un proyecto de ‘crowfunding’ con el que espera poder financiar el libro 'Darwin era un aficionado' y sacarlo adelante en breve plazo.

“La conversación ecológica se abre paso en la sociedad porque empezamos a ver las consecuencias de un comportamiento irresponsable que está destruyendo el único planeta que tenemos. Es hora de cambiar y estamos a tiempo”, apunta el experto y así lo hace ver en uno de los pasajes del libro sobre una de las especies que más polémica está generando en los últimos años, como es el lobo:

“El lobo es un portento físico: si tuviera que definirlo con un símil deportivo diría que es un corredor de fondo. Extremadamente resistente, puede recorrer distancias muy grandes en poco tiempo merced a una forma de desplazarse llamada ”trote lobero“, que consiste en un movimiento lo más rectilíneo posible, a una velocidad moderada, pero sostenida y constante. De esta forma, una manada de lobos puede perseguir a sus presas durante kilómetros y kilómetros sin cansarse, venciéndolas por agotamiento. Su capacidad pulmonar y cardiaca son elevadas, su olfato es inconcebiblemente poderoso y preciso. No sólo puede captar efluvios a grandes distancias, sino que distingue perfectamente los olores que le interesan de entre otros muchos con los que pudiera estar mezclado. El lobo tiene una estructura social muy compleja puesto que es un animal que trabaja en equipo, y fuertes e intensos lazos familiares refuerzan y hacen funcionar este equipo.”

‘Darwin era un aficionado’ es así algo más que un libro. Es una novela y también divulgación científica. Pero por encima de eso, que no deja de ser contingente a los tiempos que vivimos, es una conversación. “Un diálogo con el espejo; un vistazo al futuro para ser conscientes de que todo lo que hacemos hoy tiene consecuencias mañana”.

El vehículo para todo ello es una novela juvenil que nos presenta a Kevin Villanueva, un joven de 15 años que recibe una visita tan inesperada como especial: él mismo, pero a los 80 años de edad. El Kevin del futuro, después de una vida de éxito empresarial asociado a la explotación de los recursos naturales, tiene la oportunidad de enmendar sus errores concienciando a su yo del pasado de la importancia de respetar la naturaleza.

Sobre el autor

Eugenio Fernández siempre escribe el mismo inicio para todas las entradas de su blog: “Querida hija”. “Aún tiene cinco años y no es capaz de leer todo lo que escribo, claro, pero vemos juntos documentales, fotografías y todo tipo de cosas de animales”, cuenta orgulloso. “Y le encantan”, concluye. Parece inevitable que la hija de este apasionado de la naturaleza observe con admiración la vida animal. Aunque su vida profesional tuvo que ir por otros derroteros, lleva los últimos cinco años dedicándose a divulgar la labor de preservación de la fauna silvestre en su blog y sus redes sociales. Ha hecho de la concienciación parte de su vida porque, como él mismo dice, no podemos conservar algo que ni siquiera sabemos que existe.

“Los niños son el futuro y con ellos ya se está haciendo una labor muy importante de educación científica y ecológica, pero creo que nos estamos olvidando de los adolescentes”, explica Eugenio. Este libro está dedicado a ellos, pero habla de todos nosotros. Si nuestro yo del futuro viniera a visitarnos también nos diría que estamos a tiempo de cambiar las cosas.

Pero, según resalta, su lectura “no es una bronca”. Sumergirse en sus páginas es darse cuenta de la oportunidad que tenemos por delante. “Es admirar la belleza que nos rodea, la fortuna que tenemos del patrimonio animal que es capaz de convivir en armonía con una naturaleza que se lo da todo. Kevin dialoga con su futuro para lograr evitar el desastre y para darse cuenta de que su codicia tiene un precio demasiado alto para ser colmada: el sacrificio de la belleza que lo rodea y de la que aún no es consciente”.