Castilla-La Mancha Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Seis señales de que la Tierra está en peligro

Tras las olas de calor sufridas durante estas últimas semanas, este mes quiero hablar de las señales que la Tierra nos manda día a día para avisarnos de que algo está yendo mal y sobre cómo nos puede influir en nuestra vida diaria.

1. Olas de calor

Quizás este punto sea el más claro de todos. Desde que empezó el verano no hemos dejado de escuchar noticias acerca de olas de calor, temperaturas extremas en toda Europa, etc. Cierto es que olas de calor ha habido siempre, pero no con tanta intensidad. Tal y como ha confirmado el Servicio de Cambio Climático de la agencia europea Copernicus, julio ha sido el mes más caluroso desde que existen datos fiables (hablamos del año 1880).

Estas olas de calor han acelerado el deshielo de glaciares y han facilitado la aparición de incendios, como es el caso de Toledo, donde a finales de junio se sucedieron varios incidentes, casi a la vez, devastando zonas como San Bernardo o Almorox.

2. Temperaturas máximas en lugares impensables

¿Imaginas que en Noruega hubiera más de 30 grados en mayo? ¿Y en Dinamarca? Parece increíble pero es verdad: en el año 2018 se registraron temperaturas de 32,7 grados en Etne (Noruega), siendo la más alta  seguida de 31,8 grados en el año anterior. En Bergen se ha alcanzado una temperatura máxima promedio mensual de 22,5 grados, superando el récord de 1947 (21,1 grados).

Además, en sitios como Dinamarca se registraron temperaturas de 29 grados en ese mismo mes, muy poco usuales en esa zona. Esto va empeorando año tras año, conllevando graves problemas de incendios y sequías al norte de Europa. Muchos apuntan que, de no poner solución, ciudades como Madrid, hacia el 2050, estará a la temperatura de Marrakech (elevándose en más de seis grados), Londres a la de Barcelona y Estocolmo a la de Sofía. Esto hará que miles de especies sufran las consecuencias y que muchas enfermedades acechen.

3. Olas de calor sumadas a altas temperaturas equivalen al Ártico en llamas

Desde el mes de junio de este año el Círculo Polar Ártico ha sufrido un centenar de incendios forestales debido a las altas temperaturas y a las olas de calor recogidas en Europa y América. Esto preocupa bastante a los científicos, no solo por la destrucción ecológica, sino también por la alta cantidad de dióxido de carbono que se está emitiendo a la atmósfera. De hecho, se generaron unas 50 megatoneladas de este componente, lo que equivale a las emisiones de Suecia en un año entero.

Los incendios son una catástrofe en cualquier lugar en el que suceden, pero en el Ártico esto se sufre con mucha más intensidad. Además, el dióxido de carbono emitido agrava seriamente el calentamiento global. 

4. Corales: blanco sobre azul

Además de albergar a miles de especies marinas, son unos buenos indicadores de que algo no está yendo muy bien. Como sabemos, los corales tienen colores y formas característicos que les hacen ser una atracción turística muy importante. Pero es esto -junto con el cambio climático, las cremas solares y el mal drenaje de las aguas- lo que les está matando lentamente.

En 2018 se detectó que más de 20 especies de corales se veían amenazadas por el “Síndrome Blanco”. Se trata de una enfermedad que mata al coral desde dentro, dejando el esqueleto desnudo y proporcionándole un color blanquecino. También conocido como epizootia, destruye colonias de corales en pocas semanas.

Es es muy preocupante ya que los corales son barreras que protegen la costa de los huracanes, y por lo tanto, sin ellos, estaríamos en grave peligro. Pero ahora viene el problema: esta enfermedad cada vez se va propagando más y más deprisa, y aunque aún se está estudiando el origen, la mala calidad de las aguas y el aumento de temperatura del mar no ayudan nada.

5. Aire: una muerte silenciosa

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que alrededor de siete millones de muertes al año en el mundo son causadas por la contaminación del aire, equivalente al número de habitantes de Londres. De estas muertes, un 25% pertenecen a enfermedades del corazón y un 24% a ictus. Lo llaman “el nuevo tabaco”, señalando que es un riesgo para la salud.

Sucede que la contaminación es producida por partículas tanto sólidas como líquidas (siendo las más pequeñas aquellas que son más peligrosas debido a su fácil inhalación), el ozono, el monóxido de carbono (emitido por los incendios) y el NO2, sin olvidar al SO2 y a los COV (emitidos por los productos químicos como ya destacamos en anteriores artículos).

Tras respirarlos, pasan a la sangre a través de la barrera alveolar, favoreciendo problemas cardiacos que derivan a enfermedades como ictus y paradas cardiocirculatorias. El tráfico rodado es el mayor causante de estos contaminantes, de ahí la importancia de restringir el paso de estos a grandes ciudades, sobre todo de los coches diésel que no tienen catalizadores selectivos.

6. “La Sexta Extinción”

Muchos científicos afirman que nos dirigimos hacia “La Sexta Extinción”. ¿Lo peor de todo? Está causada por el ser humano. La sobrepoblación, la explotación de recursos, y un largo etcétera acarrearán este problema de no poner solución cuanto antes. La IUCN presentó en mayo un informe que señala que cerca de un millón de especies van a extinguirse debido a la acción humana, entre ellas, siete especies de primates, más de un tercio de peces de agua dulce y el elefante africano.

18 meses para salvar el planeta

En noticias recientes se ha dicho que solo se disponía de 12 años para evitar el colapso, pero hace unos días los científicos han señalado que los próximos 18 meses son cruciales para luchar contra el cambio climático. Acciones como reducir las emisiones globales de CO2 en un 45% para el 2030 para evitar que el planeta supere 1,5 grados la era preindustrial, son claves en estos momentos.

De cualquier forma, todavía estamos a tiempo, y para ello hay que concienciar a la gente, empezando por nuestro núcleo más cercano. Como dice la ya conocida Greta Thunberg “nuestros padres discuten el final de 'Juego de Tronos' mientras el planeta se quema”, y es que, ¿cuántas veces hemos escuchado aquello de “Nosotros no lo viviremos” o “Que se encarguen los que vengan”? ¡Actuemos ahora!

Quizás una persona no tiene por sí sola el poder suficiente para hacerlo posible, pero entre todos, podemos conseguir llamar la atención para que esto cambie. 2019 está siendo un año de cambios, de rebelarse y salir a la calle; y movimientos como Extinction Rebellion o las huelgas escolares de Greta Thunberg son esenciales en estos momentos.

El hashtag #ActNow recoge también a las miles de personas que quieren cambiar el mundo, recordando que si desparece el planeta, nosotros también. Y para aquellos que siguen replanteándose esta cuestión, preguntamos: ¿de verdad quieres que tus hijos no disfruten lo que tú has disfrutado, que no tengan lo que tú tienes?

Tras las olas de calor sufridas durante estas últimas semanas, este mes quiero hablar de las señales que la Tierra nos manda día a día para avisarnos de que algo está yendo mal y sobre cómo nos puede influir en nuestra vida diaria.

1. Olas de calor