Sigüenza, un verdadero tesoro paisajístico donde un viaje al pasado es posible

El 2020 se adentra sin frenos hacia su recta final. Un año totalmente atípico donde la pandemia del COVID-19 desgraciadamente ha sido la protagonista día sí, día también, y en el que hemos visto cómo las reuniones de personas han sido limitadas y las aglomeraciones en eventos suprimidas, con tal de reducir el riesgo de contagio. Es por ello que el turismo rural se ha convertido, especialmente este año, en un perfecto plan de ocio, seguro y enriquecedor, sobre todo ahora que nos adentramos en el ecuador de una de las estaciones más coloridas del año y con un tiempo muy apetecible para pasear y disfrutar de las grandes sorpresas que esconden nuestros municipios.

Y si algún lugar es de obligatoria visita, esa es la ciudad guadalajareña de Sigüenza. Una localidad aspirante a ser Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO donde es posible realizar un viaje a la época medieval contemplando los diferentes monumentos y edificios emblemáticos de la ciudad en un recorrido por sus angostas y bellas calles, repletas de pura magia e historia.

Por envergadura resaltan dos construcciones por encima del resto, dos monumentos arquitectónicos testigos de interminables batallas y leyendas forjadas en la ciudad: El Castillo de los Obispos y la Catedral de Santa María. El Castillo de los Obispos, con origen musulmán, data del siglo VII, aunque su actual aspecto es el responsable de dos remodelaciones importantes, una en el siglo XII y otra, muy actual, de 1972. Esta última transformándolo en Parador Nacional, y siempre conservando la práctica totalidad de sus planos originales. La fortaleza ha resistido los envites bélicos de la reconquista, la guerra de la independencia, las guerras carlistas y la civil, además de trágicos sucesos como varios incendios. Es una estupenda posibilidad para pernoctar y/o degustar la gastronomía de la zona disfrutando de unas vistas espectaculares, sintiéndonos auténticos personajes de una época pasada y deleitándonos con sus productos típicos, como un bizcocho borracho o unas yemas de doncel entre otros.

La Catedral de Santa María, por su parte, fue erigida en el siglo XII, y es perfectamente visible con dos grandes torres en la fachada principal. Mirando de tú a tú al Castillo en una demostración de poder entre ambas construcciones, cuyo objetivo era el de proteger Sigüenza. Su estilo es principalmente gótico con toques románicos e, incluso, aparecen aspectos barrocos en ella, y fue declarada Bien de Interés Cultural, por lo que no nos arrepentiremos en absoluto de su visita.

Si tienes pasión por la mitología y las leyendas, recalar en la conocida Casa del Doncel será una muy buena idea. Allí, la tradición nos cuenta que se hospedó el famoso Doncel D. Martín Vázquez de Arce, dueño de la leyenda del doncel, tan conocida en los aledaños de la ciudad como a nivel nacional.

Más sitios de un alto interés cultural son la Iglesia de San Vicente, de estilo románico -aunque posteriormente evolucionado al protogótico-, y las murallas que rodean el antiguo alcázar, con la presencia de diferentes puertas. Destacando entre ellas, la Puerta del Sol y la Puerta del Hierro, esta última siendo la entrada principal a la ciudad.

Ya solo por su valor histórico-cultural, merece la pena una escapada a Sigüenza, pero es que, además, también encontramos en las inmediaciones de ella el Parque Natural del Río Dulce. Parque que está incluido en la Red Natura 2000 y cuenta con las distinciones de ser Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Zona de especial conservación (ZEC), además de ser considerado un Lugar de Importancia Comunitaria (LIC)

Los colores del otoño embellecen Sigüenza

El otoño y su amplia gama de colores amarillentos y amarronados visibles en los quejigares de la zona nos dejará un paisaje espectacular, por el que podremos gozar de la naturaleza en todo su esplendor por alguna de sus rutas. Según nos adentremos al parque, observaremos cómo el cauce del río se enclava entre las calizas y dolomías características de la zona debido a los procesos erosivos, formando impresionantes y angostas hoces por las que podemos discurrir y disfrutar de un maravilloso día de senderismo.

Ya el famoso presentador, Félix Rodríguez De la Fuente, escogió este lugar para rodar grandes cantidades de imágenes pertenecientes a la fauna de este paraje. Entre muchas especies recordarán, algunos de ustedes, las escenas de cabras montesas o águilas reales siendo filmadas en dicho parque. También, el entusiasta naturalista realizó aquí sueltas de especies tan emblemáticas como los lobos.

Por todo esto, una visita a Sigüenza se convierte en el disfrute de un verdadero tesoro vivo, un lugar de la provincia castellano manchega para apuntar en nuestras agendas, una experiencia enriquecedora que, además, servirá de oasis de paz en mitad de tanto caos.

El 2020 se adentra sin frenos hacia su recta final. Un año totalmente atípico donde la pandemia del COVID-19 desgraciadamente ha sido la protagonista día sí, día también, y en el que hemos visto cómo las reuniones de personas han sido limitadas y las aglomeraciones en eventos suprimidas, con tal de reducir el riesgo de contagio. Es por ello que el turismo rural se ha convertido, especialmente este año, en un perfecto plan de ocio, seguro y enriquecedor, sobre todo ahora que nos adentramos en el ecuador de una de las estaciones más coloridas del año y con un tiempo muy apetecible para pasear y disfrutar de las grandes sorpresas que esconden nuestros municipios.

Y si algún lugar es de obligatoria visita, esa es la ciudad guadalajareña de Sigüenza. Una localidad aspirante a ser Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO donde es posible realizar un viaje a la época medieval contemplando los diferentes monumentos y edificios emblemáticos de la ciudad en un recorrido por sus angostas y bellas calles, repletas de pura magia e historia.