Las temperaturas altas que se dieron en la primera semana de marzo, provocaron también que los niveles del ozono en la zona de Puertollano superase los niveles llamados 'de información' del contaminante. Era la primera vez que ocurría en España en los últimos cinco años, y ocurrió el pasado 10 de marzo. Es el primero de los umbrales que advierten del ozono, y está seguido por el de 'alerta' que se rozó, pero no se alcanzó a superar.
Además de los niveles contaminantes detectados, Ecologistas en Acción también ha advertido de la “insuficiente” labor informativa que se llevó a cabo por parte del Gobierno regional. Según explica Carlos Villeta, existe un protocolo que está determinado por una normativa europea, en e que se exigen una serie de medidas en el caso de traspasarse estos umbrales. En el caso del llamado 'información', tal como indica su nombre, los medios locales de la zona deben transmitir la situación, impulsados por las administraciones.
“Debería haber una manera en la que se notifique a los medios locales, como radios o televisión para informar a la población y para que las personas sensibles, como los mayores o niños puedan tener cuidado”, explica Villeta. Más allá, en el caso de alerta, se debe tener previsión de que estos niveles se pueden alcanzar, y, por tanto, debe haber un plan de actuación. Para este, desde Ecologistas proponen la posibilidad de suspender la actividad en las empresas que produzcan esta contaminación, como es el caso de la petroquímica de Puertollano.
El día 10 de marzo, los mayores niveles se registraron en las estaciones de control de Campo de Fútbol e Instituto en la localidad minera, y Ecologistas señala que se trata de las “más próximas” al complejo petroquímico. Este episodio, afirman, fue “previsible” debido a las condiciones meteorológicas y a los niveles de contaminación que se registraron en los días anteriores. “No obstante la Junta de Castilla-La Mancha no adoptó ninguna medida preventiva”, critican desde el colectivo.
Villeta afirma que es competencia de la Junta velar ante esta situación, y por eso afirman que se necesitan “mecanismos” para que estas medidas sean efectivas. “Debe haber una suerte de parada segura sin que haya problemas”, explica el activista. En resumen, se trata de un plan que permita reducir los niveles del contaminante en cuanto haya “algún problema”. Pero, a largo plazo, exigen otras gestiones, aunque reconocen que se trata de un planteamiento más complejo.
“Es más difícil porque el ozono no se ve por chimenea, sino que es un contaminante secundario. Aparece cuando hay un exceso de óxidos de nitrógeno y azufre y en la atmósfera hay condiciones concretas como ya ha ocurrido”, afirma Villeta. Entre sus propuestas, se encuentra un nuevo diseño de las chimeneas de las industrias que logren minimizar esto, o también cambiar los procesos industriales.
Y es que los efectos del ozono también pueden ser a largo plazo. Carlos Villeta asegura que entre los inmediatos se encuentran las enfermedades respiratorias agudas o, incluso, el agravamiento de patologías relacionadas con el aparato circulatorio. Sin embargo, con el tiempo, y debido a que se trata de un oxidante potente, puede desencadenar “incluso en un cáncer”. Finalmente, Ecologistas advierte de que el cambio climático tiene un efecto “evidente” en el aumento de los niveles de ozono, que no sólo se refiere a la contaminación.