El reencuentro de Eduardo Beato y Juan Mota en Casa de Vacas
El pasado día 6 de septiembre se inauguró en Casa de Vacas la exposición de Eduardo Sánchez-Beato y Juan Mota. Una muestra de pintura, grabado, escultura y collage, donde se conjugan dos lenguajes paralelos encontrados a través del tiempo y la amistad.
Beato, la figuración con un guiño a la geometría. Un estallido de color, un constante mirar alrededor para aprender desde la libertad autodidacta, sin miedo a los clásicos. Un claro ejemplo de la herencia toledana, pasando por la influencia de Guerrero Malagón.
Mota, la clave de la composición sin perder la espontaneidad y el equilibrio entre formas y colores. Elementos orgánicos que flotan en el espacio, una huella evidente de la escultura, el grabado y la pintura. No solamente fue director de la Escuela de Artes de Toledo, también profesor de forja y grabado durante varios años. La vibración de colores saturados como si de una serigrafía se tratase, los planos flotantes y el barrido de sus texturas nos hablan de un artista que se ha enriquecido a través de múltiples fuentes, desde lo academicista a lo experimental.
La muestra ya ha tenido una gran acogida por parte del público en su primera semana. Podrá visitarse hasta el 23 de septiembre en un amplio horario ininterrumpido. La inauguración contó con un empático concierto de piano de Juan Antonio Simarro, acompañado de la violonchelista Irene Rouco. Sin duda, una presentación especial y cercana, creando una sinestesia de notas, colores y emociones.
Dos artistas representativos del siglo XX en Toledo que nos recuerdan con melancolía al desaparecido grupo Tolmo y la Bienal del Tajo. Una llamada de atención para reflexionar sobre la situación actual del arte y la cultura en nuestra ciudad ¿Qué está ocurriendo en Toledo? Los artistas se encuentran huérfanos, el compromiso está colgado de un finísimo hilo, grandes talentos vuelan a otras ciudades... En definitiva, tenemos muchas preguntas pero ninguna clara respuesta que nos abra la puerta para reconstruir aquello que se ha desmoronado en el camino.
Alegría es contemplar a Beato y Mota en pie sin abandonar los pinceles en una oscura esquina, a pesar de los obstáculos que hayan podido encontrar en su larga trayectoria. Despierten, hay mucho suelo que barrer. La entrada es libre hasta completar aforo. El horario de la exposición es de 10 a 21:30 horas, de lunes a domingo.
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