La Universidad de Castilla-La Mancha organizó esta semana el curso 'Mujeres, participación y diversidad cultural: entre el oriente y el occidente ' organizado por la facultad de Ciencias Sociales de Talavera de la Reina. Principalmente, entre los objetivos planteados se encontraba la “complejidad” de las relaciones sociales de género y entender la modificación de la situación de la mujer a lo largo de la historia.
Este cambio ha incluido, según señalaba la organización del curso, que se ha ido rompiendo con el antagonismo que ha existido entre Oriente y Occidente. Otro de los cambios sustanciales que se ha vivido entre las mujeres es la aparición de líderes locales que han logrado abrir un lugar en la participación socio-política. “En resumen, en lo que consideramos la participación pública”, explica la doctora Ewa Strzelecka, Profesora Asociada de la UCLM y una de las organizadoras de las jornadas.
Entre los ejemplos que se utilizaron en las jornadas, uno de los estudiados en profundidad fue la comunidad musulmana en Madrid. En el caso de las mujeres, explica Strzelecka, no sólo se sufre la discriminación por la orientación religiosa, sino que se debe extender a un contexto más amplio en el que también entra una interrelación de factores como el sexo o el color de piel. “No es lo mismo la discriminación que sufren las mujeres, porque puede llegar a ser doble o triple”, afirma.
Mujeres y espacios de poder
Debido a que los espacios de poder son un concepto muy amplio y que puede ser sujeto a distintas interpretaciones, la profesora lo reduce a la participación política. Sin embargo, puntualiza, a pesar de existir efectivamente el concepto feminista de 'techo de cristal' o 'suelo pegajoso', en el caso de las mujeres del sur, es decir América Latina o África esta realidad no está “tan acentuada”. “Hay mujeres presidentes y primeras ministras. La situación está mucho mejor que en Europa, pero también es cierto que son mujeres de clase alta o ciertos privilegios, con facilidades y más oportunidades”, asegura la doctora.
“Nuestro objetivo era romper con los estereotipos, tanto aquí como en oriente. Romper con los antagonismos que se han ido creando”, asegura Ewa Strzelecka. Es por eso que entre las invitadas se encontraban ponentes latinoamericanas e investigadoras como ella que han trabajado en países árabes y cuentan con una larga trayectoria en su trabajo de campo etnográfico.
Mujeres activistas y líderes
“Queríamos contextualizar la situación de género actual hablando de las mujeres activistas, las líderes en sus comunidades”, asegura la profesora. No sólo hablando de figuras como Malala, cuya lucha ha sido “muy importante” y le ha valido el Nobel, porque “no todas han tenido la misma suerte” al no alcanzar los niveles de fama que tiene la joven activista. Strzelecka señala, por ejemplo, que en Yemen (uno de los lugares donde la doctora ha trabajado) sólo hay una mujer activista conocida, Tawakkul Karman, quien también ganó el premio Nobel.
Las luchas locales también tienen trascendencia, porque en algún lugar del mundo hay una mujer consiguiendo mejoras y todas nos beneficiamos. Siempre hay conexiones entre lo global y lo local. En resumen, la iniciativa académica quiso llevar a Talavera un espacio en el que propiciar el intercambio y transmitir la situación de las mujeres en diferentes contextos. “No somos tan diferentes, todavía tenemos asignaturas pendientes y se pueden crear espacios para suplirlos”, concluye.