Una norma regional obliga a las empresas a regenerar la zona una vez termina la explotación minera
La historia minera de Puertollano viene de lejos. En 1884 se puso en marcha la explotación minera (subterránea) del carbón en Puertollano, después de que 11 años antes fuese descubierta la cuenca carbonífera de esta localidad de Ciudad Real.
En 1975, el Consejo de Ministros encomendó a Encasur (perteneciente al Instituto Nacional de Industria y hoy propiedad de Endesa), la explotación a cielo abierto de la parte suroeste de la cuenca carbonífera de Puertollano. Se trataba de unas reservas localizadas en una zona del yacimiento situado al oeste de la denominada ‘Gran Falla’. Su actividad extractiva, que se inició en 1976, se mantuvo hasta el año 2015.
El objetivo de su puesta en marcha fue abastecer de combustible a la Central Térmica de Puertollano (entonces propiedad de la compañía Sevillana de Electricidad), que entró en funcionamiento en 1972, consumiendo como combustible principal fueloil procedente de la refinería.
En sus más de 39 años de actividad en Puertollano, Encasur se ha dedicado a la extracción de carbón y ha producido 24,9 millones de toneladas. Se han movido 350,7 millones de metro cúbicos de estéril y la compañía sostiene que “ha trabajado con personal con un elevado nivel de formación y ha incorporado las mejores tecnologías mineras disponibles”.
Este lunes, la mina ha recibido la visita del presidente regional, Emiliano García-Page, y del presidente de Endesa, Borja Prado. Ambos se han desplazado al lugar en el que se han realizado los de restauración ambiental de la explotación en un proceso que terminará en 2020. La empresa ha invertido 40 millones de euros para devolver a su entorno natural a un total de 987 hectáreas. Endesa culminará así su plan de restauración de espacios mineros que también ha realizado en otros puntos de España.
Estos trabajos en la mina de extracción a cielo abierto ‘Emma’, como se la conoce, se iniciaron en 1981, en paralelo a la extracción del mineral. Encasur eligió el sistema de laboreo de minería por transferencia, una alternativa “que permitía minimizar la ocupación de terrenos y simultanear la restauración con la explotación”.
En enero de 2016 se inició la restauración e integración del hueco final de explotación y el desmantelamiento de las instalaciones e infraestructuras anexas. En total se han excavado y vertido 2,5 millones de metros cúbicos y se han conformado 200 hectáreas de taludes y 100 hectáreas de plataformas en el hueco final.
Se han recuperado 669 hectáreas destinadas a cultivos de cereales y pastos, 126 hectáreas al cultivo de 27.950 olivos (de los que se obtiene aceite de muy buena calidad) y frutales (membrillo, higueras, granados, etc.), 104 hectáreas a vegetación autóctona y 36 hectáreas al lago y zonas de humedales
Integración de la vieja mina en el paisaje con aprovechamiento para cultivo
Los trabajos de restauración persiguen dejar la zona “con un diseño que admitiera su integración paisajística en el entorno”, explica Encasur, junto con unas características que permitieran sustentar vida vegetal con cultivos, pastizales o vegetación autóctona.
Se ha actuado en la superficie, conformando taludes, se ha acondicionado el subsuelo, se han construido infraestructuras de control de las aguas de escorrentía, consistentes en cunetas y bajantes principalmente y se han realizado labores de revegetación y trabajos complementarios de restauración del espacio natural.
En Castilla-La Mancha se establece por norma que al finalizar el aprovechamiento de una explotación, la entidad explotadora deberá proceder a la rehabilitación y abandono definitivo de la explotación. Si no lo hace, se encarga la Junta como Administración con los avales que previamente se les ha solicitado.
El Gobierno de Castilla-La Mancha cuenta actualmente con 1.066 avales depositados por las empresas mineras por un importe de más de 69 millones de euros para garantizar la regeneración ambiental de las explotaciones mineras.
Durante esta Legislatura, el Ejecutivo autonómico ha ejecutado diez avales, lo que supone haber invertido más de 286.000 euros en recuperar espacios de explotaciones mineras. Antes del verano, está prevista la licitación de seis avales más por importe de 447.000 euros.
Castilla-La Mancha cuenta con 285 explotaciones mineras, que dan empleo a 1.324 personas, se facturan casi 174 millones de euros y la producción vendible es de casi 12 millones de toneladas. Entre los productos mineros que se extraen destacan los áridos, que representan el 70 por ciento del número de explotaciones en la región y el 63 por ciento del empleo total generado, aunque en facturación sólo representa el 16 por ciento del total. En facturación destacan las arcillas especiales que representan el 39 por ciento del total facturado.