Las informaciones en torno a la presencia de restos de amianto en el barrio toledano de Santa María de Benquerencia (Polígono) han dado un giro inesperado. La ‘guerra’ abierta entre distintas administraciones, Junta de Castilla-La Mancha, Ayuntamiento de Toledo y Confederación Hidrográfica del Tajo y de todas ellas con los propietarios de los terrenos donde se ubicarían los restos de este material considerado cancerígeno y peligroso para la salud, abre un nuevo capítulo.
La Asociación de Vecinos ‘El Tajo’ ha denunciado la localización de restos de este material en una parcela de suelo urbano, en la Fase VI del Polígono que pertenece a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Es el lugar donde, hace años, se proyectó el “fallido”, dicen los vecinos, Barrio Avanzado de Toledo que nunca ha llegado a construirse.
Hoy la valla que rodea esta amplia parcela está rota en varios de sus tramos y los vecinos acceden a ella de forma habitual. “Entran con perros a cazar hurones e incluso gente con bicicleta”, según Víctor Villén, presidente de ‘El Tajo’ quien hoy comentaba que el hallazgo de estos restos ya se ha puesto en conocimiento de la Fiscalía, la misma que tramita la denuncia que vecinos, Izquierda Unida y Ecologistas en Acción presentaron en el año 2004, denunciando la presencia de amianto en el barrio y de la que hasta hoy no hay noticias.
El hallazgo se ha puesto también en conocimiento del Ayuntamiento de Toledo que, según Villén, ha enviado hoy mismo a miembros de la patrulla verde municipal a inspeccionar la zona así como al Gobierno regional, según la confirmado la alcaldesa, Milagros Tolón, en una conversación telefónica mantenida con los vecinos esta misma mañana.
“Ya no hablamos de terrenos privados”, recalca Villén porque hasta ahora se centrado gran parte de la responsabilidad en los propietarios de los otros terrenos del polígono donde se encuentra el amianto.
Emiliano García, miembro de la asociación vecinal, pide “rigor, sin cruce de declaraciones entre administraciones y poner punto final” al problema del amianto en Toledo. Los vecinos han desvelado hoy que, incluso hay constancia de cómo entre los años 2002 y 2004 llegaron a salir entre 20 y 30 camiones diarios de la fábrica Ibertubo con restos que fueron depositados en distintas parcelas del polígono, al margen de los otros restos ‘oficialmente tratados’ y que hoy se encuentran en un vertedero controlado en la carretera de Ocaña.
La Junta: “no hay nada de qué preocuparse”
La Junta: “no hay nada de qué preocuparse”La primera reacción a la noticia era la del portavoz del Gobierno regional, Nacho Hernando quien ha pedido tiempo para “contrastar” los datos. Ha aludido a “mediciones” realizadas por los técnicos cuyos resultados están alejados, insiste, de “cualquier cifra preocupante”. Ha querido enviar un mensaje de “tranquilidad” a la población aunque señala la necesidad de “depurar responsabilidades” y abrir expediente a quienes incumplan las reglas.
Ha anunciado que el Gobierno regional está realizando un estudio sobre el impacto del amianto sobre la salud del que ha avanzado que “los resultados son positivos” y, repite, “ ”no hay nada de lo que preocuparse“ para concluir que la Junta ”siempre va a ser parte de la solución y no del problema“.
El pleno municipal debatirá crear una comisión
El pleno municipal debatirá crear una comisiónLos vecinos miran esperanzados ahora al Pleno Municipal de este jueves que debatirá una moción a propuesta del Grupo Socialista, en colaboración con los propios vecinos, en la que se pedirá a la Corporación Municipal que inste, con el acuerdo de los grupos políticos, tanto a la Junta como a la Confederación Hidrográfica del Tajo a crear una comisión en la que las tres administraciones “estudien y decidan las soluciones a la problemática derivada del vertido con residuos de amianto” en este barrio.
Se pedirá también que, en el ámbito de la comisión, sean técnicos o entidades especializadas quienes elaboren distintas propuestas de solución y que se inste a los propietarios a ejecutar esas soluciones. Ahora, la propia Junta de Castilla-La Mancha está incluida entre esos propietarios.
Los vecinos calculan que puede haber unos 8.000 m3 de restos de amianto en el Polígono y en estos días se habla de un coste de tratamiento y retirada de los mismos que podría llegar a los 10 millones de euros. ¿Quién lo pagará? Es otra de las incógnitas.
Mientras, los vecinos recogen firmas a través de una Plataforma ciudadana de reciente creación porque la alarma crece. “Hay quien se ha planteado cambiarse de vivienda”, dice Víctor Villén, quien se pregunta qué hubiera pasado si no hubiese estallado la burbuja inmobiliaria. “El amianto está sobre una zona edificable contemplada dentro del actual POM” y hoy los restos esparcidos a lo largo de Vía Tarpeya, una de las calles más largas de esta parte de la ciudad, limítrofe entre la zona habitada y la que está sin urbanizar, son perfectamente visibles desde la perspectiva que nos ofrece Google.