- La Junta aprobó en julio de 2018 una Resolución para poner fin al régimen de autorizaciones de captura y retención de este tipo de aves que no se considera definitiva
La Comisión Europea ha pedido a Castilla-La Mancha un informe que recoja “la voluntad inequívoca y duradera en el tiempo de poner fin a la caza de aves fringílidas (el jilguero, el pardillo común o el verderón, entre otros), que infringe el ordenamiento comunitario”.
Lo ha hecho a través de una carta que ha dirigido a todas las comunidades y ciudades autónomas, menos Asturias que sí ha prohibido definitivamente la captura de aves cantoras, según ha dado a conocer la organización ecologista SEO/BirdLife.
En la misiva, la Comisión Europea recuerda que este tipo de caza “infringe el ordenamiento comunitario” y apunta la posibilidad a las regiones de poner en marcha reformas legislativas.
Castilla-La Mancha publicó el pasado mes de julio de 2018 una Resolución en la que se ponía fin a las autorizaciones de caza y retención de este tipo de aves pero, aclaran, fuentes de SEO/BirdLife solo con efectos para ese año. El texto publicado en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha reconocía que desde 2011, las direcciones provinciales de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural en las provincias de Ciudad Real y Guadalajara habían venido concediendo autorizaciones de captura y retención de aves fringílidas sobre la base de las directrices europeas. Ahora, la región ha recibido un nuevo toque de atención a través de la misiva de la Comisión Europea.
SEO/BirdLife recuerda que la Comisión Europea lleva “años” anunciando la necesidad de poner fin a la captura de fringílidos -y que en su opinión es “una práctica innecesaria ya que existen alternativas como la cría en cautividad”- y reclama aclarar las cuestiones planteadas por la Comisión.
“A pesar de que la mayoría de las comunidades autónomas han manifestado su voluntad clara de finalizar con la autorización de la captura de aves fringílidas, algunas otras administraciones mantienen una postura tibia”, sostiene.
En su opinión, “ faltan acciones concretas y definitivas que no dejen lugar a dudas sobre la voluntad de España de cumplir con la normativa comunitaria que protege a las aves”.
Los antecedentes
En julio de 2011 la Comisión Europea inició sus investigaciones (EU Pilot) para esclarecer la situación de la captura irregular de fringílidos en España por no ajustarse a la normativa de la Unión Europea. Fue entonces cuando el Gobierno español solicitó una prórroga para el cumplimiento de las obligaciones de la Directiva de Aves y propuso unas directrices técnicas para capturar cerca de dos millones de fringílidos y garantizar la cría en cautividad de aves cantoras, que incluían la reducción paulatina del número de capturas y unas condiciones mínimas sobre el destino y uso de las mismas, estableciendo una hoja de ruta hasta 2018.
La Comisión aceptó este acuerdo, pero detectó que estaban existiendo irregularidades en la aplicación de estas directrices técnicas aportadas por España. Por ello, el gobierno español recibió en 2017 una carta de emplazamiento por entender que se estaba vulnerando la Directiva de Aves (artículos 5, 8 y 9) iniciando así un procedimiento de infracción.
Mediante este procedimiento se emplazaba al gobierno estatal y a las comunidades autónomas a cumplir la legislación comunitaria, ya que se estaban autorizando capturas sin ajustarse a los requisitos establecidos en el régimen de excepciones de la Directiva y sin hacer además un control sistemático sobre dichas capturas, detalla la organización ecologista.
En 2018, la Comisión consideró que las irregularidades continúan, enviando un Dictamen Motivado a las autoridades españolas y dando un plazo para finalizar con estas prácticas de forma definitiva. “Es necesario recordar que las poblaciones de las especies que son objeto de estas autorizaciones están en declive”, apunta SEO/ Birdlife.
Así, los datos más recientes del Consejo Europeo del censo de aves comunes en Europa (EBCC, 2015) reflejan como el pardillo común sufre un declive del 67 % y el verdecillo de un 47 %. Aunque el verderón común ha experimentado un aumento del 14 % a largo plazo, actualmente sufre una disminución a corto plazo de un 9 % y el pinzón vulgar, a pesar de haber experimentado un aumento del 7 % a largo plazo, actualmente sufre una disminución a corto plazo de un 4 %. Y en cuanto al jilguero común, que ha experimentado un aumento del 2 % a largo plazo, actualmente sufre una disminución a corto plazo de un 14 %. Es decir, sostienen, que “las capturas pondrían en riesgo la viabilidad futura de las poblaciones de las aves afectadas”.