Lo que hoy son miles y miles de neumáticos devorados por el fuego en una zona colindante entre Madrid y Castilla-La Mancha, tan solo era una parcela desierta a finales del siglo pasado. Fue en 1999 cuando la empresa Disfilt S.A. comenzó a llevar a estos terrenos las primeras ruedas, depositadas en mitad del campo y cuando todavía ni siquiera se estaban tramitando las autorizaciones para la futura urbanización ‘El Quiñón’, la polémica zona residencial construida en Seseña (Toledo) por ‘El Pocero’. El vertedero fue declarado ilegal tras un pequeño incendio en el año 2000, pero después obtuvo licencia de actividad en 2003.
Así lo detalla el exalcalde de esta localidad, Manuel Fuentes (IU), que se hizo con el bastón municipal pocos meses después y que decidió, al comprobar que ya existía licencia, aplicar medidas correctoras para que dejaran de acumularse neumáticos en el vertedero. Finalmente, un juez declaró ilegal la actividad en el año 2009 por delito contra el medio ambiente, condenando a la empresa propietaria. Hasta entonces, tanto la policía local como agentes medioambientales de la Junta habían custodiado el terreno para impedir que se acumularan más neumáticos y únicamente se hicieran actividades de reciclado.
Tras la sentencia judicial, el Ayuntamiento, todavía gobernado por Manuel Fuentes, consiguió antes de las elecciones municipales de 2011 que los tribunales decretasen la parcela como “bien público en abandono”, de forma que el Ayuntamiento obtuvo autorización para gestionar los residuos así como el permiso de los propietarios del suelo, dos inmobiliarias. “Y ahí acabó mi gestión. Yo conseguí parar la actividad, pero desde entonces ha ido mucho allá de las competencias de gestión que tiene un ayuntamiento”, explica.
“Con independencia de si ha sido acertada o no la gestión de estos último cinco años – de gobierno municipal del PP-, el Ayuntamiento no era el propietario. Lo que sí es verdad es que, como el problema sobrepasa la competencia local, esa responsabilidad recae en la Junta de Castilla-La Mancha, en la Comunidad de Madrid y en el Ministerio de Medio Ambiente”.
“Se podría haber actuado con más diligencia”
“Se podría haber actuado con más diligencia”Por eso se pregunta qué se ha hecho en los últimos años cuando ya el problema estaba sobre la mesa. “El Ayuntamiento ha entendido que debía firmar con una empresa para la retirada de los neumáticos, pero eso hubiera sido imposible, tendría que haber sido una gestora de residuos muy potente, debido al gran volumen acumulado”. “Se podría haber actuado con más diligencia, pero no echo la culpa al Ayuntamiento, sino a quien verdaderamente tiene las competencias en medio ambiente, que son las comunidades autónomas”, ha concluido.
Por su parte, Carlos Velázquez, actual alcalde de la localidad, ha centrado hoy sus intervenciones más en las causas del fuego que en las responsabilidades. Según ha dicho a la Cadena Cope, “una serie de desalmados tuvieron que meter mucho calor a las ruedas para que esto prendiera”. Tras recordar igualmente que este problema comenzó en el año 2000, ha precisado que solo el 30% pertenece a término de Valdemoro, en Madrid, y que el resto está situado el Seseña, algo que dificulta la solución de este problema por estar en varias comunidades.
“Ahora es el momento de trabajar en colaboración para que se controle cuanto antes y no haya ningún afectado”, ha indicado el primer edil, que ha agregado que el Ayuntamiento ha hecho “todo lo imposible e imposible” por solucionar un problema “que no nos compete”.
También el alcalde de Valdemoro, Guillermo Gross, se ha referido a la cuestión asegurando que el incendio entre esta localidad y Seseña “se veía venir”, aunque ha pedido “tranquilidad” a la población debido a que en este momento “no hay ningún peligro” para los vecinos. El regidor ha señalado que este asunto “viene de largo” aludiendo a la misma sentencia condenatoria de la empresa responsable, a pesar de lo cual los vertidos han permanecido y llegaron a invadir el término municipal de Valdemoro.