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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

REPORTAJE

De la extinción de incendios a la lucha contra el coronavirus desinfectando residencias, pueblos y pedanías

El trabajo de los empleados y empleadas de la Empresa Pública de Gestión Ambiental de Castilla-La Mancha (GEACAM) es principalmente luchar contra los incendios forestales. Lo hacen tanto en la prevención de los mismos durante las épocas de menor riesgo con tareas de selvicultura, ayudas para pastoreo o seguimiento de hábitats de la Red Natura, como en la extinción del fuego, desgraciadamente algo muy habitual en verano en esta comunidad autónoma. Pero desde hace una semana esa labor, dependiente de la Consejería de Desarrollo Sostenible, ha cambiado: unos 400 trabajadores -80 en cada provincia castellanomanchega- están ahora luchando contra la epidemia de COVID-19 en varias tareas que incluyen la desinfección de residencias de mayores y de áreas sensibles de pueblos y pedanías de toda la comunidad autónoma.

Nos ha contado esta nuevo objetivo Federico Romero, delegado provincial de esta empresa pública en Guadalajara. Normalmente coordina desde las tareas mencionadas relacionadas con incendios hasta los programas de seguimiento del lobo, los centros de interpretación de los parques naturales o la formación. Tras decidir el Gobierno regional poner todos sus recursos al servicio de la Consejería de Sanidad, ahora se levanta cada día para organizar y supervisar las tareas de decenas de trabajadores cuya misión en frenar la epidemia.

La principal ventaja de GEACAM es disponer de un amplio número de personas que están distribuidas por todo el territorio regional, incluidas las zonas rurales de peor acceso, y por eso ha podido adaptarse rápidamente a la nueva situación, donde se les ha encomendado tareas de varios tipos.

La primera de ellas es la desinfección de exteriores en pueblos y pedanías de la región. Las unidades conocidas como 'Pick Up' están dando soporte a los municipios para matar al virus en el exterior de las zonas más sensibles como residencias, viviendas tuteladas, paradas de autobús, colegios, centros de salud, supermercados y farmacias.

Otra de sus nuevas funciones es ahora la entrega de comida a personas que no pueden salir de sus casas en sectores muy vulnerables: acuden al punto de recogida establecido, recogen los productos y los llevan a los domicilios asignados conforme a las instrucciones de los ayuntamientos. También están ofreciendo apoyo de transporte de todo tipo a los pueblos, cuando estos solicitan sus servicios, así como el traslado de productos hacia las farmacias del medio rural.

Pero la “activación” más importante de efectivos y vehículos de esta empresa pública se ha producido para limpiar los interiores de residencias de mayores, convertidas en los focos más sensibles y de riesgo de propagación y letalidad del virus.

Para ello, reciben primero una formación sobre los mecanismos de actuación y los dispositivos usados. Estas unidades trabajan en días alternos, turnándose entre ellas para estar disponibles las 24 horas en casos de extrema urgencia. Según explica Federico Romero, se ha cambiando el horario y la organización tradicional utilizada para la extinción de incendios con el objetivo de poder sustentar el servicio, “porque no sabemos cuánto tiempo serán necesarias nuestras intervenciones”. Además, los trabajadores ‘reclutados’ para limpiar interiores de residencias se dedican en exclusiva a esta tarea, debido su alto riesgo. “Una vez que la demanda, que ya es altísima, la hayamos cubierto, si el Gobierno regional considera que no hay que volver a empezar para asegurar la desinfección, se les dará otro tipo de misión”.

El delegado provincial de GEACAM en Guadalajara detalla que pese a la gran equipación de estos operarios en sus tareas habituales, para este nuevo objetivo hay materiales de protección “difíciles de encontrar” en un mercado “colapsado” como por ejemplo los trajes de buzo desechables (complementarios a los que utilizan habitualmente) o los guantes de látex y vinilo, puesto que los que utilizan para incendios son muy rígidos para aguantar el poder calorífico y no sirven para las tareas actuales. Pese a ello, en el resto de la protección, tienen la ventaja de poder utilizar la disponible para extinguir los incendios, como las mascarillas, las gafas de protección y los monos. “Aún así, estamos dando el servicio con normalidad y podremos mantenerlo lo que sea necesario”.

¿Cómo actúan en las residencias? En cuanto a los materiales, las unidades que actúan en exteriores llevan un 'kit' de alta presión detrás que también se utiliza en extinción de incendios, aunque en este caso se usan de manera muy diferente. En su interior echan una mezcla diluida de hipoclorito sódico, que no deja de ser lejía testada, muy efectiva para las desinfecciones, y que también usa la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Equipos y recibimiento

En el interior de las residencias no pueden utilizar esos mismos kits de alta presión ya que pueden causar daños, por lo que los operarios llevan mochilas flexibles de las que el producto desinfectante sale a través de lanzas como en las labores de fumigación, realizando toda la tarea manualmente.

El acogimiento en cada residencia es “muy emotivo, muy difícil de describir”. “Cuando llegamos se sienten reconfortados debido a las situaciones tan críticas que están viviendo. Y no solo por las labores de desinfección, que es lo prioritario, sino también porque les ayudamos en otras tareas como traslado de mobiliario, despejar estancias y todo lo que necesiten, que suele ser mucho porque están colapsados”, afirma Federico Romero.

Antes de entrar, el coordinador de cada equipo se pone en contacto con la dirección de la residencia para explicarle las actuaciones que van a desarrollar y para conocer cómo es el centro en cuanto a amplitud y estructura. Los operarios no entran ni en la cocina ni en la sala donde habitualmente están los productos farmacéuticos. Tampoco pueden estar en un mismo habitáculo con un residente: “Si son sintomáticos, porque son los sanitarios quienes deben asistirlos, y si son asintomáticos debemos tener en cuenta que echamos un producto diluido que no sabemos cómo les puede afectar”.

Una vez organizadas las tareas con la dirección del centro, los trabajadores de GEACAM se adaptan a las necesidades programadas y empiezan a trabajar dentro. Todo el personal de la residencia se organiza para que las salas vayan quedando libres para desinfectarlas y los residentes siempre en sus habitaciones. Conforme el producto se va secando de forma natural, se mueven por espacios como aseos, zonas comunes, zonas de estancia o despachos. En el equipo también van operarios que trabajan exclusivamente los objetivos más sensibles como los mandos de los ascensores, las barandillas y los pomos de las puertas y ventanas.

Un orden de prioridad

Las primeras residencias que ya han desinfectado se han hecho de acuerdo a un orden de prioridad que establece la Consejería de Bienestar Social en coordinación con la de Desarrollo Sostenible, así como con las diputaciones provinciales y las subdelegaciones del Gobierno central. Actualmente, tanto en labores de exteriores como en interiores de residencias, se cuentan ya por cientos las peticiones que les han llegado. Esperan poder llegar a todas: “Son muchas las personas de la empresa que se están ofreciendo desde sus casas para colaborar si el dispositivo se amplía”.

No obstante, el delegado de GECAM huye del término ‘héroes’ que tanto se está utilizando estos días. “Los héroes son las personas que están en las residencias dándolo todo y luchando por el bienestar de las personas. Este servicio tiene un componente emotivo y merece la pena solamente por ver cómo te acogen. Formas un grupo con gente desconocida y es impresionante cómo nos ponemos todos a trabajar en el mismo sentido para ser lo más eficaces posibles. Así seguiremos haciéndolo porque es nuestro deber”, concluye.

En la provincia de Guadalajara, ya han actuado en las residencias ‘Virgen de la Salud’ de la capital provincial, y en las de otros pueblos como de Fontanar, Horche o Yunquera de Henares. Mientras, en la provincia de Albacete, ya han comenzado también esta tarea en interiores de residencias, especialmente en localidades de más de 20.000 habitantes como Hellín, Almansa y Villarrobledo, y en otras instalaciones de carácter sociosanitario en entornos y zonas rurales. En total, las actuaciones extraordinarias de estos operarios durante el estado de alarma en la provincia de Albacete han ascendido a 281, con desinfección de espacios urbanos exteriores de uso púbico y zonas de tránsito.

También en Cuenca, el Ayuntamiento de Cuenca y la Consejería de Desarrollo Sostenible están colaborando en la desinfección de calles, espacios públicos y “puntos calientes” de las pedanías conquenses. Se trata de una actuación que alcanza también a la capital, puesto han intervenido intervinieron en los exteriores de la residencia de mayores Las Hoces, en colaboración con los bomberos municipales. En las provincias de Toledo y Cuenca, ya están activados igualmente los equipos de la empresa pública para acometer las mismas tareas contra la epidemia.