Familiares de brigadistas piden un memorial por los muertos “olvidados” de Tarancón

Un grupo de familiares de brigadistas internacionales procedentes de Escocia que lucharon en el bando republicano durante la Guerra Civil española acude todos los años, en febrero, a Tarancón (Cuenca) para rendir homenaje a sus seres queridos, que fallecieron allí en combate durante la batalla del Jarama de 1937 o que posteriormente fueron enterrados en esta localidad. Ahora, han dirigido una carta colectiva al Ayuntamiento, por vía de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Cuenca solicitando a la Alcaldía que se levante otro memorial en recuerdo de otros muertos “olvidados”: los propios vecinos de Tarancón que fallecieron en el bando republicano.

En la carta, los familiares comienzan mostrando su agradecimiento por el hecho de que el Ayuntamiento les permitiera erigir un memorial en el cementerio de la ciudad. “Cuando vamos a recordar a los escoceses que lucharon por la República Española entre 1936 y 1939, hemos visto en el mismo cementerio los distintos memoriales en honor a aquellos que cayeron en el bando contrario”, afirman, reconociendo “que cada vida perdida es una tragedia para la familia y amigos de aquella persona, y respetamos el deseo de aquellos que perdieron personas queridas, en cualquier causa, de tener un lugar donde puedan ser recordados”.

Sin embargo, dicen haberse dado cuenta de que no existe un memorial para aquellos ciudadanos de Tarancón que, por su vinculación a la causa republicana, también perdieron la vida durante y después de la Guerra Civil. “Sus nombres no están grabados en ninguna parte. No existe ningún lugar donde puedan ser recordados”, agregan.

“Sabemos que viejas heridas permanecen en España, y comprendemos el deseo de que sanen. Pero también creemos que estas heridas no pueden curarse allí donde hay iniquidad, donde hay injusticia en el acceso al recuerdo público, y donde se puede inferir la percepción de que un grupo de amigos, de personas queridas o antepasados son de una clase de muertos inferiores”, resaltan los familiares.

Por ello piden al Ayuntamiento permiso para erigir un memorial respetuoso a aquellos “cuyos nombres, debido a décadas de silencio, no han perdurado más que en los corazones de quienes los querían y que desean recordarlos”. Precisan que autorizar el memorial no requiere que el Consistorio apoye las opiniones o la causa por la que murieron, sino que “simplemente permite el reconocimiento de sus vidas y que así, todos puedan ser recordados por igual”.