El arte es un regalo que nos hacemos para poder soportar el peso de la interminable lista de facturas que tenemos que afrontar por ser humanos. Ya sea en forma de pragmática corbata a rallas, de laboriosa pieza de artesanía o de beso inesperado, recibirlo nos acerca al otro y nos hace estar un poquito más vivos.
Con este espíritu de entrega, la XXXVII edición del Festival de Teatro Clásico de Almagro ha presentado hoy su programación bajo el lema ‘Un clásico, un regalo’. Un presente que, como recoge el cartel elegido para esta nueva edición, toma la forma de una flor ofrecida con la mano abierta de las artes escénicas.
“¿Qué sería de la humanidad si no conociera las flores?” se preguntaba, recordando a Matisse, la directora del Festival , Natalia Fernández, que, un año más volvía a presentar el desembarco del universo escénico que cada veranos, desde hace ya 37 años, se produce en Almagro.
Junto a ella, en el Palacio de Valparaiso, el director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM), Miguel Ángel Recio, el director general de Cultura de la Junta de Comunidades, Javier Morales, el vicepresidente de la Diputación, Ángel Caballero, y el alcalde de la localidad, Luis Maldonado, han dado el pistoletazo de salida al Festival presentando la programación que se podrá disfrutar en Almagro entre el 3 y 27 de julio.
Una edición que contará con un 5,6% más de presupuesto que el año pasado, llegando a los 1,31 millones de euros. En total habrá 98 representaciones que pondrán sobre la escena 54 compañías distintas y en la que podremos ver desfilar a actores de la talla de El Brujo, Carmen Machi, José Sacristán, Verónica Forqué, Natalia Millán o Israel Elejalde y directores de escena como Miguel del Arcos, Lluis Pascual o Helena Pimenta.
En total habrá 16 obras nunca representadas en España, de las que 10 serán estrenos absolutos. Entre ellos, como es habitual, el de la Compañía Nacional de Teatro Clásico que abrirá el festival con ‘Donde hay agravios no hay celos’ de Rojas Zorrilla. Además el binomio entre el Festival y la Compañía Nacional también estará presente en varios montajes.
El precio de las entradas, que ya se encuentran a la venta a través de Internet, oscilará entre los 8 la más barata y los 27 euros la más cara. Además habrá un descuento especial para grupos, así como otro del 50% por el día del espectador (que será por primera vez los jueves) y otro del 40% para menores de 21 años, mayores de 65 años y desempleados.
Terapia teatral y paréntesis tecnológico
“Brillante”, así definía el alcalde de Almagro, Luis Maldonado, la programación elaborada para esta edición, que se aventuraba a calificar como “una de las mejores de la historia del Festival”, que coincidirá en esta ocasión con el 60 aniversario de la recuperación del Corral de Comedias.
“Necesitamos esos momentos terapéuticos y es a lo que nos invita ese regalo”, explicaba el director general de Cultura del Gobierno Regional, Javier Morales, que felicitaba al equipo del Festival por haber sido capaz de “encajar todas las piezas” de una forma tan perfecta. “Pediría a todos los todos los médicos que receten festival, porque la mejor forma de bajar el coste framacéutico es la cultura”, concluía Morales.
Por su parte, el vicepresidente de la Diputación, remarcaba la confluencia que se produce en este Festival entre las diferentes “plusvalías” que ofrece el teatro, tanto para transformación social como por su función de motor económico de la comarca “en un tiempo que estamos necesitados de buenas noticias, esta es excelente para los amantes de la cultura y para los hosteleros de las zona”.
El encargado de finalizar las intervenciones ha sido el director general del INAEM, Miguel Ángel Recio, ha puesto el acento en el gran papel que tiene el Festival en la estructura cultural del país, razón por la que este año el Gobierno ha decidido incrementar el presupuesto asignado en un 24%.
Recio ha concluido animando a la gente a acercarse a Almagro para comprobar como el teatro se infiltra en cada rincón de la ciudad y se vive con un sentimiento mayor del que se puede tener en otros sitios. “Que estar en Almagro sea un desconexión de ese mundo vertiginoso de las nuevas tecnologías”, concluía.