La fiesta del pueblo como un ritual cultural

De una camiseta de una chica de Abenójar (Ciudad Real) nace el nombre del proyecto de los fotógrafos Matías Uris y Jorge Moreno. 'Make today magic' es una recopilación de retratos en color y blanco y negro con la particularidad propia de cada uno de los profesionales. En el caso de Uris, reconocido fotógrafo de moda que ha trabajado con personalidades como Elijah Wood, Elena Anaya o Paris Hilton, ha trabajado con el color, mientras que Andrés lo ha hecho en blanco y negro y desde un punto de vista “más social”.

Pero no son retratos cualquiera, sino que están basados en una “idea espontánea”: retratar la preparación de las fiestas en la pequeña localidad ciudadrealeña, un “ritual” que gira alrededor de la Virgen de la Encarnación y que estructura todo el año en el pueblo. Ambos fotógrafos se pasearon por las casas de los vecinos y vecinas, captando cómo se preparaban, cómo se arreglaban, cocinaban e, incluso, limpiaban la casa de cara a este evento.

“Viendo cómo la gente vive las fiestas, se nos ocurrió que podríamos hacer este trabajo. En él vamos a poder ver que la gente nos ha abierto sus casas, nos ha dejado que los acompañemos y han posado para nosotros”, explica Moreno. La idea, asegura, es entender la importancia de la fiesta no sólo durante su celebración, sino antes y después. “La gente piensa en ellas a lo largo del año, que se estructura a partir de ellas”, explica.

“Hacer de un día un día mágico”

Sin dejar de lado el componente religioso de estas celebraciones, explica el fotógrafo, el proyecto quería cambiar el foco hacia las personas y centrarlo en cómo se vive esta experiencia. Por eso, lo han estructurado en tres días: la víspera, el propio día de la virgen y, finalmente, la romería, que es el día “más importante”. “Todo esto supone una especie de transformación y es en ello en lo que nos hemos querido centrar. Cómo hace la gente para convertir ese día en un día mágico”, explica. Con el trabajo se hará una exposición en Abenójar y también en Madrid, además del libro que se presentará en el Ayuntamiento de la localidad. 

Por su parte, Uris relata que el trabajo se realizó “sin escaletas ni entrevistas”. Cuento corto: se dirigió a la peluquería de su tía donde pedía a las clientas que se dejaran fotografiar. “Me decían pero cómo me vas a hacer la foto en bata o con los pelos”, recuerdaa el fotógrafo. De a poco, los vecinos los invitaron a su casa a ver cómo se hacían las rosquillas o las comidas típicas de estas fechas, o los vestidos que preparaban para la ocasión.

“Todo salió de manera natural, fue facilísimo y no cambié mi manera de trabajar. Estar con ellas fue exactamente lo mismo que estar con modelos, llevé mis focos y les puse la iluminación perfecta para que saliesen guapas. No cambié nada de mi estilo”, aclara el fotógrafo. Lo compara con la fiesta de la primavera del movimiento hippie, pues todo cambia: las ropas, cortes de pelo, e incluso las mismas casas.