Nueva protesta de los trabajadores de las brigadas anti-incendios de Castilla-La Mancha, dependientes de la empresa pública Tragsa y del Gobierno central. En esta ocasión denuncian que efectivos de este colectivo están siendo destinados a realizar “trabajos forzados” en los parques nacionales de Cabañeros y Las Tablas de Daimiel, labores que no se corresponden con su función como trabajadores contra incendios. Desde el sindicato SBIF destacan que “no pueden ser los grandes olvidados ni considerados como trabajadores de segunda”.
Concretamente, el sindicato explica que los brigadistas que desarrollan su trabajo en ambos parques nacionales y en la finca de Quintos de Mora de Toledo, no solo han visto reducida su jornada laboral de doce a seis meses por real decreto, sino que además ahora realizan de 11.00 a 13:30 horas labores de desbroce, selvicultura y cava, más propias de otros periodos de tiempo donde las temperatura no son tan altas.
“Es inhumano”, apuntan desde SBIF. Consideran que en estas fechas y a esas horas, estos trabajadores deberían estar preparados para afrontar su misión fundamental, que es prevenir y extinguir incendios. Comparan así su situación con la de los efectivos de la empresa pública castellano-manchega GEACAM que, en los días de máximo rigor atmosférico, están en sus bases. “A los de Tragsa, mientras, se les premia con trabajos forzados”.
Además, denuncian que todas las quejas dirigidas hacia la empresa pública han caído en saco rato, como su petición de reconocimiento como bomberos forestales; al tiempo que recuerdan que al estar activo el Plan Infocam contra incendios, hay un protocolo de actuaciones para todo el personal del dispositivo de incendios forestales que se debería estar aplicando.
Por este motivo, han convocado una concentración de protesta en Las Tablas de Daimiel para este viernes. Esta movilización se suma así a las que las Brigadas Forestales (Brif) han iniciado en todo el país desde el pasado martes, día 21 de junio. Reclaman a la empresa Tragsa mejoras laborales y económicas, y su reconocimiento como bomberos forestales, dentro de un conflicto que dura ya dos años y que sigue sin solución tras sucesivas huelgas y protestas.